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Suki estaba sorprendida, pero la furia se había apoderado de su cuerpo. Este hombre le estaba dando un dolor de cabeza insoportable, era un pesado y ahora había dejado fuera de combate a sus amigos.

Sarada y Boruto fueron los que recibieron mas golpes, su hermana sangraba inconsciente en el suelo y su mejor amigo, al cual quería como un hermano, estaba también en el suelo después de haber recibido una paliza de aquél hombre que estaba del tamaño de un gigante.

El dolor de cabeza y cuerpo, con la gran furia que sentía, se apoderaron de su cuerpo, cegándola por completo y sin pensar mas se lanzó a pelear contra Boro.

Una densa capa de chakra negro con algunas tonalidades moradas la comenzó a rodear por todo el cuerpo, sentía como sus ojos ardían e incluso los sentía diferentes, pero no prestaba atención a eso, solo quería acabar con aquél hombre y regresar a casa con sus compañeros.

Le dio un puñetazo en el antebrazo, haciendo que explotara y ahora quedara manco. Le pateó en el estomago y lo mandó a volar a los aires. Otra patada mas para que se estampara por los suelos. Suki se movía con una velocidad que asustaba, era mucho mas rápida que antes a tal grado de tener una velocidad sobrehumana. También golpeaba y estimulaba a Boro como si no fuera pesado, pareciera que se tratase de un saco de plumas.

Con Boro sobre el suelo, Suki se paró sobre él, haciendo que Boro la mirara con terror.

-¡eso es el Itamigan!- gritó Boro tanto eufórico como asustado.-¿quién te crees maldita mocosa para portar ese don? ¡no eres mas que una simple mortal!

Lo dicho hizo enfurecer a Boro, comenzando a revolcarse para intentar levantarse, pero no lo lograba. A simple vista, el pequeño y ligero cuerpo de Suki era lo único que le impedía levantarse, pero eran sus nuevos ojos haciéndose presentes, permitiéndole modificar y alterar el tiempo- espacio e incluso la materia, a cambio de un precio muy costoso.

Suki alcanzó a visualizar su propio reflejo en los ojos de Boro, y fue ahí cuando se dio cuenta. Sus ojo derecho estaba sangrando, la densa capa de chakra rodeándola y una nueva tonalidad morada en sus ojos, ¿era esto a lo que se refería Boro?

Perdió la capacidad de controlar su cuerpo, no entendía por qué se veía así y su cabeza daba vueltas intentando encontrar una respuesta. Boro aprovechó la distracción de Suki y logró levantarse de un gran salto, mandando a Suki a volar por los cielos.

Antes de que se estampara contra el suelo, unos brazos la sujetaron y al levantar la mirada se percató de que era Boruto, quien había recuperado la conciencia. Pero lucía bastante diferente una densa capa de chakra negra con tonalidades azules le rodeaba, extrañas marcas azules se habían formado por todo el lado derecho de su cuerpo, su ojo derecho estaba de una tonalidad blanca y de su cabeza había salido un cuerno.

-¿Boruto?..

-es increíble...-habló, pero Suki podía jurar que no era Boruto, escuchaba su voz, pero también de él salía otra voz mas gruesa, era otra persona la que estaba hablando por Boruto.- me alegra haber podido ser capaz de ver los resultados de mi experimento.- sonaba orgulloso, pero a la vez arrogante.- no lo tomes personal, pero este mocoso se ha quedado sin chakra. Además, solo tomaré prestado lo que al principio era mío.

Tras decir eso, colocó una mano sobre el rostro de Suki y comenzó a drenar algo de su chakra, haciendo que la capa negra que rodeaba a la Uchiha desapareciera. Suki cerró su ojo izquierdo por el dolor, pero el otro lo mantuvo abierto con pesadez, y pudo ver su reflejo en la banda ninja que llevaba Boruto. Su ojo continuaba del mismo color morado.

Boruto, siendo todavía controlado por aquél hombre misterioso, dejó a Suki en el suelo y comenzó a levitar por el aire, hasta ponerse frente a Boro a su altura.

La Sombra de la Arena. (Shinki Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora