38

3.2K 319 90
                                    

8 am en la aldea de al arena y la Uchiha no había podido dormir bien, pues no estaba acostumbrada a dormir en una casa ajena. En las misiones solían dormir cada quien en una carpa o cuando era pequeña que hacía pijamadas con su amigo Boruto, pero quitando ese ejemplo, nunca había dormido en en otra casa y no de otro Kage que no sea el de su aldea.

Suki se levantó de la cama, le había dado un poco de sed y no creyó que se molestaran por tomar un poco de agua, pero antes de salir se cambió, volviendo a guardar su pijama en la mochila y colocándose su ropa habitual, solo que esta vez se colocó un poncho café encima.

Bajó descalza hasta la cocina y al no ver nadie, supuso que el pelirrojo ya se habría ido de la torre del Kazekage a continuar con su trabajo mientras que los otros dos dormían.

Tomó un vaso del anaquel y sirvió algo de agua para después disponerse a beberla mientras veía por la ventana. Los días en la aldea de la arena eran mucho más calmados que en Konoha.

-¿tú madrugas?-le habló un Kankuro adormilado y con su pijama aún puesta.

-solo me dio sed.-rió poniendo el vaso sobre el fregador.

-si te da hambre.-soltó un gran bostezo y tomó un paquete de galletas.-hay algo de comida, yo seguiré durmiendo.

Y así de rápido como llegó, se fue. Y después de un par de minutos, Suki decidió regresar a la habitación para ver si podía dormir un poco más.

Al subir las escaleras y caminar por el pasillo, encontró la puerta de otra habitación entre abierta a lo que decidió echar un vistazo. En esa habitación habían puras marionetas y no le sorprendió, pues era una técnica de los castaños de la casa.

Solo se quedó viendo las grandes y variadas marionetas, dibujos y herramientas que habían por doquier.

-pensé que dormías.-Shinki entró a la habitación asustando a la Uchiha haciendo que pegara un brinco y ahogara un grito.

-yo solo estaba viendo.-se excusó para evitar que malinterpretara la situación.-todo este trabajo es grandioso.

-la mayoría es de mi tío.-se sentó frente a un escritorio y Suki se acercó para ver lo que hacía.-mi marioneta se rompió hace poco.-lo pedazos de su marioneta estaban por la mesa junto con unas hojas que parecían ser instrucciones.

-¿no recuerdas como armar tu propia marioneta?-se burló Suki tomando las hojas.

-es para revisar que todo esté en orden.-comenzó a unir las partes de su marioneta tras la atenta mirada de Suki.-¿sabes algo de marionetas?

-nada.-dejó las hojas sobre el escritorio y miró al castaño, se acababa de dar cuenta que no llevaba su maquillaje ni la arena de hierro sobre de él.-sinceramente, las marionetas no son lo mío.

-una lastima, es entretenido.

-¿y esto es lo que haces en tus ratos libres?

-no, también me gusta dedicarme a la jardinería junto con mi padre, eso cuando no está ocupado con sus deberes.

-al menos tienes pasatiempos con él.-suspiró comenzando a merodear por la habitación.-yo apenas y tengo momentos con mi padre, siempre está afuera de la aldea.-rió un poco.-incluso hubo un tiempo en el que olvidé como era, pero no me importaba.

-¿y ahora te importa?-se dio media vuelta en su silla giratoria mirando a Suki.

-al menos más que antes si. Hace poco.-hizo comillas, pues ya había pasado varias semanas.-fue la última vez que regresó a la aldea.-sonrió nostálgica.-pasamos tiempo en un festival y me ha ayudado a entrenar. Antes diría que no lo necesito, pero mientras más paso tiempo con él me doy cuenta que si lo necesito.-mordió su labio inferior elevando su vista al techo.-es extraño, no lo vi por casi 12 años, llega de un día para otro y las cosas cambian.

-entiendo eso. Entra una persona inesperada a tu vida y la cambia por completo.-buscó su mirada.

-¡exacto!-bajó su mirada encontrándose con los ojos verdes del castaño.

-entiendo esa sensación.-volvió a girar siguiendo con su trabajo.-es algo extraño, primero te parece molesta, pero después no quieres que se vaya.

-sí...-se acercó nuevamente al escritorio donde estaba él dando un largo suspiro.-¿tú con quien te sientes así?

-olvídalo.-contestó después de unos segundos.

-¡vamos, Shinki!-hizo un pequeño puchero cruzándose de brazos.-yo te conté, ahora cuéntame tú a mí.

-¿por qué lo haría?

-yo confié en ti.-ambos se miraron.-¿tú no confías en mí?

-no es eso.-se levantó del asiento quedando ambos frente a frente.-es solo que no quiero que las cosas cambien, ¿entiendes?-la tomó por los hombros.

Con cada palabra, Suki se sentía cada vez más confundida, no quería decir algo mal y que malinterpretara o estropeara las cosas, pero las miradas hablan, ¿no?

-Shinki, yo...-parpadeó varias veces mientras pensaba en las palabras correctas.-¿estás diciendo que..?

-¡chu, chu, el tren a Konoha parte en 1 hora!-llegó Kankuro a la habitación siendo aniquilado por la mirada de Shinki.-no sabía si ya habían desayunado así que por eso aviso con tiempo, Suki, prepárate.-lo último lo dijo bajando el tono de su voz, notó la mirada de su sobrino y solo dio media vuelta.-yo... solo les avisaba.-y así como llegó, se fue.

-será mejor que prepares tus cosas para desayunar e irnos, mi tío y yo te acompañaremos a la estación del tren.-quitó sus manos de los hombros de la Uchiha y también salió de la habitación, dejando a la azabache aún más confundida.

Salió de la habitación dando un fuerte suspiro mientras la situación pasada seguía pasando por su cabeza, incluso la poca hambre que tenía se le había quitado.

Fue a la habitación en donde había dormido y tomó su mochila, bajó a la cocina donde estaba Kankuro cocinando con un delantal.

-¿tú no estás enojada, cierto?-preguntó al verla, ella solo rió mientras negaba.-perfecto, mejor siéntate a comer sino perderás el tren.

-no tengo hambre, gracias.-Kankuro la miró mal mientras ponía el plato en su lugar.

-ya cociné para tres, necesitaras fuerza para el viaje largo.-Suki solo se sentó y él rió.-me alegra saber que alguien aún cae con mi cara. Cuando Shinki llegó solía asustarlo así para que comiera, pero con el tiempo dejó de darle miedo ahora él me da miedo a mí. ¿Cierto, Shinki?-preguntó cuando lo vio bajando el último escalón. Él solo rodó los ojos y se sentó.

***************************
-Eurídice.

La Sombra de la Arena. (Shinki Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora