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Kankuro iba balbuceando acerca de su juventud, la verdad era que ni Suki ni Shinki le prestaban atención pues ambos iban hundidos en sus pensamientos.

Al llegar a la estación del tren encontraron con toda la gente abordando el tren por lo que la Uchiha se apuró.

-les agradezco el haberme dejado quedar en su casa.-les sonrió a ambos viendo como era correspondida por Kankuro, Shinki solo se mantenía serio.

-ten un buen viaje, Suki.-revolvió sus cabellos obteniendo una risa por parte de ella.

-nos vemos, Shinki.-le sonrió y esta vez él le sonrió de lado.

-ven a visitarnos más seguido.

-oye, tú también tienes que ir a Konoha algún día.-le dio un leve golpe en el hombro y ambos rieron ligeramente.-adiós.-con una gran sonrisa se dio la vuelta y entró al tren entregándole su boleto al hombre en la entrada.

Tomó lugar en su asiento y miró por la ventana mientras hacía un ademán con su mano.

-¿te molesta?-habló un ninja que llevaba parte de su rostro cubierta, refiriéndose al asiento frente a ella desocupado.-Suki negó y el tren comenzó a avanzar.

El hombre llevaba un pequeño portafolio en sus piernas, pero se notaba inquieto o al menos eso demostraba los movimientos impacientes de su pie.

-t...tú eres de Konoha?-habló rompiendo el silencio, Suki solo asintió y el miró por la ventana.

El tren iba demasiado lento, aún no salía completamente de la estación. Cuando comenzó a tomar velocidad, el hombre se levantó dejando su maletín sobre el asiento.

-señor, su maletín.-le recordó Suki al ver que bajaba una maleta del portamaletas y se comenzaba a ir dejando el maletín.

Él no hizo caso, solo apresuró el paso.
Todo pasó demasiado rápido a decir verdad, pues cuando Suki tomó el maletín para llevárselo al hombre, este explotó, causando la explosión completa del vagón y causando daños a los vagones cercanos.

Suki se levantó de los escombros un tanto aturdida y confundida, tocó su frente sintiendo como un hilo de sangre caía. Y de nuevo el ardor punzante en su brazo, su marca estaba palpitando.

Agitó levemente su cabeza mientras apretaba ligeramente su brazo. Reaccionó al escuchar unos sollozos provenientes de los demás pasajeros en ese vagón.

Todo el humo estaba dentro del vagón, Suki corrió a las ventanas las cuales estaban rotas y comenzó a ayudar a la gente a salir, por suerte de todos, solo eran heridos, unos más graves que otros.

Tomó a la última pasajera, quien era una señora quien estaba desmayada, salió del vagó sacando a rastras a la señora, pues al ser más grande que ella le era difícil sacarla.

Al estad fuera y en zona segura, recostó a la señora sobre la arena y comenzó a checarla usando algo de ninjutsu médico para parar algunas hemorragias internar que tenía la señora.

Al terminar se levantó del suelo y miró a sus alrededores, la gente estaba saliendo de todos los vagones, estaba desesperada, unos gritaban por auxilio de algún ninja médico, que para la suerte de la azabache, ella no era la única con conocimientos acerca de este.

Activó su sharingan comenzando a analizar toda la zona. Que bien le vendría tener el byakugan de Hiro en este momento.

Al no poder encontrar nada que le fuera útil, lo desactivo y se dejó caer al suelo mientras apretaba su cicatriz con fuerza tratando de no demostrar dolor. Tocó nuevamente su frente, su herida ya no sangraba, incluso había cicatrizado, pero se dio cuenta que su banda ya no estaba, seguramente estaría en alguna parte del vagón.

》¿Cómo podía ser posible que toda la gente tuviera heridas y la única herida que se causó ella fue esa, la cual ya no estaba? ¿Quién demonios era ese hombre y cuál sería su objetivo?《 esas y más preguntas pasaban por la cabeza de la Uchiha en este momento.

-¡Suki!-llegó a su lado Shinki junto con otros ninjas quienes habían ido a ayudar.

-medía aproximadamente dos metros.-se paró del suelo, colocando ambas manos en su frente tratando de recordar lo más útil posible.-cabello castaño, claro. No pude ver sus rasgos, solos sus ojos oscuros.-miró a Shinki con el ceño fruncido.-jamás imagine que ese maletín podría contener una bomba.-dejó salir un sollozo mientras aún apretaba su mano.

-¿estás bien? Eso es lo que me importa. Los demás ya se encargaran de encontrar al culpable.-retiró su mano de su brazo al notar la presión que aplicaba. Su brazo estaba algo morado a causa del agarre y la cicatriz solo se ponía de un color grisáceo.

-comenzó a pasar eso cuando explotó el vagón.-miró a sus alrededores, la gente comenzaba a tranquilizarse lo cual la hizo soltar un suspiro.

-regresemos, será mejor que estén todos allá.-ambos comenzaron a caminar mientras la Uchiha apretaba sus puños, a causa de la rabia que sentía como por el dolor en su brazo.-iremos al hospital para que atiendan tu brazo.

-no.-negó con la cabeza.-los doctores de Konoha no sabían que era, tampoco sabían cuando estuve hospitalizada aquí. Ya se pasará el dolor, siempre se pasa después de un rato.

-¿segura?-ella asitió y él solo se encogió de hombros.

-Shinki, quiero ayudar a buscar a los culpables.

-no importa lo que te diga o lo que te diga un ninja de mayor rango, igual lo harás.-la miró elevando una ceja, Suki solo asintió.

Y aunque no tuvieran indicio de los culpables o su paradero, fueron a uno de los pueblos alejados de la aldea, pues según Shinki, era donde los ninjas de otros rangos no investigarían.

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-Eurídice.

La Sombra de la Arena. (Shinki Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora