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-Suki, siento que te haya llamado.-la miró el kazekage con una pequeña sonrisa.-¿cómo te sientes?

-estoy mejor, gracias.-se encogió en hombros.

-me alegro.-rascó su nuca.-¿gustas tomar asiento?-indicó una silla frente a su escritorio.

-¿será una charla larga?-hizo una pequeña mueca y el pelirrojo asintió haciendo que se sentara.

-hablé a Konoha para reportar el ataque, pero no sé nada de lo ocurrido, ¿quisieras contarme?

-¿Shinki no se lo mencionó?-alzó una de sus cejas.

-no habló con nosotros del tema, solo nos dijo eran cuatro hombres y tú peleabas con el más fuerte.

-pues.-dio un suspiro pesado.-no quiero decir todo desde el principio.-ladeó la cabeza.-pero han querido el sharingan durante años.

-ya veo...-recargó sus codos en el escritorio poniendo sus manos a la altura de su rostro.-Naruto me mencionó que esta era la segunda vez que te atacaban.

-sí, pero solo eran tres y se fueron al...-frunció el ceño mientras miraba al suelo.-golpearme.-soltó con rabia.- y fui una inútil al defenderme, ¡claro que pude haber hecho más y volvieron y dañaron a quienes quiero!-elevó la voz mientras jugaba con sus manos.

-preocúpate por ti misma, Suki. Eres la única herida.

-¡Shinki tiene un brazo enyesado por mi culpa!-lo miró con preocupación y él se sorprendió.

-Suki...-fue interrumpido por la azabache.

-¡si tan solo hubiera podido hacer algo más ese día en el tren hubiera podido seguir pasándola bien en la feria con él!-rodó los ojos mientras se escuchaba una risa por parte del pelirrojo haciendo que Suki dejara de divagar.-pe..pero también arruiné su diversión, Kazekage-sama, tuvo que venir a nuestro rescate por mí culpa.-se sonrojó ligeramente mientras se hundía en la silla.

-no tienes por que preocuparte, Suki. Por si era tu preocupación, Shinki ya está mejor.-sonrió al ver a la Uchiha reincorporarse en su asiento.-por cierto, cuéntame... ¿qué ha pasado con ustedes dos?-la Uchiha abrió ambos ojos con sorpresa dejando ver el aumento de su sonrojo.

-¡no, no, no!-agitó sus manos con rapidez y al terminar lo apuntó.-¡me está haciendo sentir igual que Sarada!-lo culpó haciendo que él riera.

-¿cómo sabría como te hace sentir tu hermana?

-¡agh!-puso sus ambas manos sobre sus mejillas tirando de ellas hacia abajo.-confundida.-dijo poniendo sus ojos en blanco.-él es mi amigo, me llevo muy bien con él, solamente.

-yo no pensaba otra cosa, pero tú lo estás haciendo, Suki.-la miro con una mirada picara haciendo que ella tapara su rostro.

-¿qué demonios digo? Olvidaba que hablaba con su padre.-bufó.

-no, no, olvidemos que soy su padre por un momento, sígueme contando.-apoyó su mentón sobre su mano esperando a que la Uchiha siguiera hablando, pero ella ya no habló.-okey, si te hace sentir mejor, él nos ha hablado de ti y no nos cuenta ni de su equipo.

-¿cómo?-retiro sus manos de su rostro con curiosidad.

-se notaba emocionado al ir al festival, Kankuro comenzó a burlarse de él mencionándote.-la Uchiha infló sus mejillas.-pero, suele enojarse con Kankuro cuando le hace bromas así, pero esta vez no se enojó, solo sonrió.

-¡ya no me diga!-sobó sus mejillas tratando de hacer que volvieran a su color natural.-bueno... si, pero por el momento no.-rió un poco con nerviosismo.

-bien, lo siento.-sonrió.-solo quiero agradecerte por hacerlo menos amargado.

-no tiene que agradecerme, Kazekage-sama.-suspiró.

-no seas tan formal, llámame por mi nombre, Gaara.

-entonces, no tiene que agradecerme, Gaara-sama.

-es un progreso.-suspiró al oír el "sama."

-usted sigue siendo el Kazekage, es por educación.

-por cierto, Seiji y yo ya arreglamos su  regreso a Konoha, se irán por la tarde.-miró un reloj.-rayos... ¿tan tarde se hizo?-rascó su nuca.-cambio de planes, lo siento, se irán en media hora.-suspiró.-mandaré a dos ninjas con ustedes.

-Gracias, Gaara-sama.-hizo una pequeña reverencia.-nuestra platica aún no acaba.-rió mientras se levantaba del asiento.-me iré a preparar mis cosas, con permiso.

-propio, Suki.

La Uchiha salió de la oficina y fue directo a donde se hospedaban para alistar su equipaje. Una vez todos listos fueron a la estación del tren siendo acompañados por el Kazekage su hermano y el equipo de la arena. 

Al ver que el tren estaba esperando a que abordaran por lo que apresuraron la despedida. El pelirrojo rió al ver a la Uchiha desviarle la mirada mientras que su hijo miraba la situación confundido.

Los de la hoja se despidieron de los de la arena haciendo un ademán con la mano y una sonrisa. El tren comenzó a avanzar y el equipo se acomodó en sus respectivos lugares.

-Suki, ¿quieres hablar?-preguntó el Sensei jugando con sus dedos mientras todos en el vagón la miraban.

-prefiero hacerlo con el Hokage, no quiero contar la historia dos veces.-suspiró y carraspeó en su lugar un tanto incómoda.

El resto del viaje fue en silencio y algunas pequeñas conversaciones entre Hiro y Yoko.

Al llegar la Uchiha salió primero y fue envuelta en unos brazos siendo fuertemente apretada.

-Dios mío, Suki...-habló Sakura moviendo a Suki de un lado a otro.-¿estás bien? ¿No hay nada roto? ¿Lesiones?-comenzó a examinar el rostro y cuerpo de su hija con lujo de detalle.

-mamá, estoy bien, de veras.-murmuró con pena al ver que todos las miraban.

-de verdad lo siento.-la atrajo nuevamente hacia ella estrujándola entre sus brazos.

-no importa... ya no.-correspondió su abrazo mientras tenía la mirada perdida.-por cierto... ¿dónde está Sarada?-tras algunos segundos, se separó de su madre y buscó a su hermana con la mirada.

-fue a una misión, no está enterada de esto.-Suki suspiró con alivio y relajó un semblante.-ahora... ve con tu equipo a dar el reporte de la misión.-se levantó del suelo-ya que estaba agachada para estar a la estatura de su hija- y apretó las mejillas de la azabache recibiendo un gruñido por respuesta.

El equipo 5 y 11 fueron a la torre del Hokage siendo seguidos por Sakura, al llegar y contar todo con lujo de detalle los dejaron ir con unos días de descanso para Suki para que sus heridas terminaran de sanar.

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-Eurídice
  

La Sombra de la Arena. (Shinki Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora