La Sombra de la Arena. (Shinki Y Tú)

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-¿¡qué el hizo qué!?-gritó el rubio exaltado mientras se ponía de pie.

-cállate, Boruto.-Suki le tapó la boca y el rubio se volvió a acomodar en el suelo.

No sabían como habían terminado en aquella situación, pero ahora mismo la Uchiha se encontraba en la casa de los Uzumaki y planeaba quedarse a dormir. Toda la familia Uzumaki junto con Suki ya habían cenado y la Uchiha y el Uzumaki se acomodaron en el suelo sobre mantas y Himawari se encontraba en medio de ellos, ella ya había caído rendida dejando de nuevo casi solos a los chicos.

Suki le había platicado lo ocurrido a su mejor amigo y él no reaccionó de la mejor manera, exaltándose y gritando, de milagro no había despertando a nadie.

-¡Sasuke-san me matará!-gritó en un ligero susurró mientras tiraba de sus mejillas con miedo.

-eso es lo que menos importa ahora.-rodó los ojos pues llevaba buen rato repitiendo lo mismo acerca de su padre.

-me dijo que te cuidara y dejé que fueras tras él. ¡permití que los labios de la hija de mi Sensei fueran corrompidos!-ahogó sus gritos en una almohada y Suki le dio un golpe para hacerlo reaccionar.

-cállate y escúchame.--lo tomó por ambas mejillas.-ahora no sé qué hacer.-lo soltó y ahora fue ella quien cubrió su rostro.-le gusto a Shinki, somos buenos amigos y no quiero que esto arruine nada, pero... ¿y sí él también me gusta a mí?-descubrió un poco su cara dejando a la vista del rubio sus ojos negros.

-imposible. No.-negó.-¡tú eres Suki Uchiha! ¡la que tiene puros amigos hombres, no la que sale con hombres!-la apuntó acusatoriamente.-eso arruinaría tu esencia.

-¡eres un idiota!-se levantó y lanzó la almohada contra el rubio. Ahora fue ella quien fue callada por la mano de su amigo rubio.

-escucha...-se relajó y volvieron a sentarse en el suelo.-eres mi mejor amiga, eres como mi hermana y me parece raro verte tan confundida por algo así. No demostraste tanto interés ni cuando ibas a conocer a tu padre.-ambos rieron ligeramente.-solo ten presente lo que harás y espero el imbécil no te haga daño sino Sasuke-San y yo lo mataremos.

Suki le sonrió sinceramente a su amigo por el apoyo brindado.

-espero que hagas lo que te ponga feliz, pero no olvides tu promesa.-le estiró su puño.

-ser la mejor ninja a tu lado.-chocó su puño con el de su amigo.

-si lo olvidas o lo dejas de lado por ir detrás de un amor, te mataré.-amenazó entre risas.

-claro que no, tengo una meta y la cumpliré.-se recostó sobre su lugar mirando hacia el techo. El lugar se quedó en silencio por un buen rato hasta que Boruto volvió a hablar.

-o tal vez te conviertas en la futura esposa del futuro Kazekage...-Suki se levantó rápidamente y comenzó a golpear con la almohada a su mejor amigo.

El rubio pedía piedad mientras que la chica estaba implorando piedad. Fue la pequeña Himawari quien decidió parar la pelea.

Los dos Gennin la habían despertado y se encontraba molesta, mantenía su byakugan activado mientras se tallaba sus ojos.

-no me dejan dormir...-dijo con voz adormilada mientras golpeaba a su hermano mándandolo al otro lado de la habitación y tomaba a la Uchiha entre sus brazos, haciéndola ahora una prisionera.

La pequeña se volvió a tumbar en su lugar con la azabache en brazos, quien prefirió quedarse ahí por temor a la Uzumaki.

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La Uchiha caminaba a paso apresurado hacia la estación de trenes. Hacía raros movimientos con sus manos por la ansiedad que la invadía.