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La semana de descanso de la Uchiha estaba por terminar y el cachorro aún no encontraba lugar. Suki junto a su hermana, salieron en varias ocasiones a buscarle una familia al perro, pero todos sus intentos eran fallidos.

Mañana regresaba a sus misiones e Inojin se negaba a cuidar del perro pues temía encariñarse con ella y también sabía que tendría problemas con su madre.

Ahora mismo la azabache estaba dormida en el suelo mientras la perrita descansaba en su pecho y lamía la mejilla de Suki. Su patita ya se encontraba mucho mejor y por lo tanto se había vuelto más inquieta.

Unos cuantos gritos y murmullos se escuchaban en el pasillo, pero era más pesado el suela de Suki que no se percató de ellos hasta que entró Sarada corriendo al cuarto y dando un portazo.

-¡Suki, tenemos problemas!-saltó sobre su hermana haciendo que ella despertara de inmediato y el cachorro ladrara.

-¿qué?-dijo Suki aún adormilada mientras acariciaba a la perrita para calmarla.

-¡vamos afuera, ahora mismo!-la levantó y sacó a rastras de su cuarto.

Al llegar a la sala encontraron a su madre hablando con unas personas en la puerta de su hogar.

-como ya le dije, es un mal entendido.-repitió la pelirosa, madre de las gemelas a la pareja que estaban en la puerta.

-pero la dirección es esta...-iba a continuar hablando, pero la mujer con él lo interrumpió.

-¡esas niñas!-la mujer apuntó a las gemelas y los dos adultos las miraron.-ellas nos dieron el cartel.-apuntó el cartel que traía su pareja en las manos, donde había una foto del perro y unos cuantos datos de ella.

-¿hay algo que quieran explicar?-preguntó Sakura sobando su sien.

-eh...-tragó saliva y miró a su hermana menor, quien se encogió de brazos.- encontré un perro, estaba lastimada y la traje a casa en lo que se recuperaba y encontrábamos un hogar para ella.-se escuchó un pequeño ladrido a lo que todos voltearon y vieron a la cachorrita de color negro moviendo la cola y tirando del pie de Suki para jugar.-aquí está.

-¡si, ese es el perrito!-la mujer entró a la casa y se acercó al perro, pero este solo se escondió tras los talones de Suki evitando ser tomada por la desconocida.

-hablaremos después, Suki.-le reprimió su madre mientras le daba el paso al hombre que permanecía fuera.-dales el perro ya.

Suki elevó a la cachorra admirandola más, sus ojitos color avellana la miraban con tristeza pues ambas ya se habían encariñado. Cuando Suki acercó a la perrita a la mujer, se escuchó un pequeño llanto por parte de la perrita mientras se ponía inquieta.

-dámela.-le dijo la desconocida tratando de quitarle a la perrita. Suki solo frunció el ceño.

-ya no quiero.-estrujó a la perrita contra su pecho mientras le daba la espalda a la mujer. No le importaba si estaba tomando una conducta infantil, pero no permitiría que le quitaran a su nueva compañera.

-oye niña...-habló molesta la mujer, pero fue interrumpida por su pareja, quien tomó del hombro a Suki.

-podrás verla cuando quieras, lo prometemos.-miró amenazante a su pareja para que asintiera.-y estará bien.

-no me importa, se queda conmigo.-Suki miraba a los ojos a la perrita quien también la miraba alegre.-lo siento si los hice perder su tiempo, pero ahora tengo que enfrentar a mi mamá.-miró a la pareja y después a su madre quien la miraba con el ceño fruncido y Sarada solo se mantenía boquiabierta.

-Suki, dales al perro, sabes la regla de esta casa.-se acercó Sakura.

-no.-dijo retando a su madre, mientras el perro lamía la mano de Suki.

-¡mamá!-Sarada llamó la atención de todos en la sala.-¿podrías solo darnos una oportunidad de tener una mascota?-las gemelas miraron suplicante a su madre quien suspiró.

-será mejor que se retiren.-dijo con pena hacia la pareja, quienes solo se dieron media vuelta.

Las azabaches dieron brincos de la alegría mientras que su madre acompañaba a la pareja a la salida.

Al regresar, miró mal a ambas niñas.

-regla número uno, ustedes comprarán lo que necesite. Número dos, ustedes se harán cargo.-suspiró pesadamente y le dio un zape a Suki.-ya no quiero más secretos.-la niña asintió con una sonrisa burlona.- y bien, ¿cómo se llamará? Necesita un nombre.

-¡yo quiero elegirlo!-Sarada dio pequeños saltos.

-se llamará Azumi.-dijo Suki decidida mientras Azumi movía la cola y Sarada la miraba mal.

Suki bajó al cachorro de sus brazos mientras ella solo brincaba y ladraba de alegría.

-¡iré a comprarle un collar!-gritó Suki mientras corría a la puerta siendo seguida por Azumi.

Su madre solo la miraba con una sonrisa de lado, pensando si había sido una buena idea.

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-Eurídice.

Jsjajdja sé que tardé mucho en actualizar peeero tengo dos excusas.
1-quería esperar a que avanzara el anime y esperaba a que dejara de salir relleno para comenzar a escribir, pero parece que el relleno no acabará aún xc.

2-no recordaba ni en lo que me quedé xd.

Peeero otra cosa, mñana  subiré otro capítulo, ya volveré a ser activa por otro tiempo.

La Sombra de la Arena. (Shinki Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora