Estaba muy feliz por mudarme, vivir desde que tengo memoria en el mismo lugar ha sido un poco aburrido. Quería cambiar de ambiente, conocer personas nuevas y, vivir en un lugar donde hayan niños de mi edad para ser amigos. Aquí no habían, pero aquel deseo de mudarme cambió por completo cuando un chico: de ojos verdes, cabello castaño y desordenado, una mirada que no emitía expresión alguna, se mudó a lado de mi casa, al parecer tenía la misma edad que yo. Me flechó desde el primer momento en que lo vi, era tan lindo.Al verme, él me miró como poca cosa y yo, como un tonta mirándolo sin disimular.
— Así que ustedes son los nuevos vecinos, ¿Eh? bienvenidos –dijo papá.
— Muchas gracias ¿señor...?
— ¡Oh! Me llamo Robert, Robert Jones –mamá y yo fuimos a lado de papá, yo del lado derecho frente al castaño– ella es mi hija Verónica y ella mi esposa Rose –estiró su mano, la cual aquel hombre apretó, mamá y yo saludamos con la mano.
— Un gusto, señor, señora Jones y, Verónica. Soy Lían Smith. Él es mi hijo Adam –pasó su brazo por el hombro de su hijo, el cual seguía con su mirada neutra.
— Hola, Adam.
— Hola –dijo simple.
Papá sonrió.
— Bueno, ha sido un gusto, aunque lamentablemente nos mudaramos en un par de días.
Mi sonrisa se borró, miré a papá y luego al piso, ahora ya estaba dudando en mudarme. Podría perder la oportunidad de ser amiga de él o, tal vez, algo mas.
— ¡Oh! es una pena que tengan que mudarse.
— Si que lo es -dije yo.
— ¿Y eso? ¿no estabas feliz por la mudanza? –preguntó mamá, extrañada.
— ¡Para nada! solo, ammm, he oído que es mejor reír para no llorar y eso estaba haciendo. Pero no me gustaría dejar el lugar en donde crecí –inserté un tono triste, si, estaba feliz, pero ya no me parecía una buena idea. Uno no puede desaprovechar las oportunidades que Dios manda en la vida ¡Amén!
— ¿Tienen mucho tiempo viviendo aquí? –preguntó el señor Liam.
— Desde que ella nació –se limitó a responder mamá.
— ¡Oh!, ¿y, cuántos años tienes, Verónica?
— tengo catorce.
— ¡Vaya!, un año menor que Adam. Bueno, el hecho de que tengas que mudarte, no significa que no puedan ser amigos –sonrió, Adam dirigió lentamente su mirada hacia él, con el ceño fruncido. Yo sonreí leve, ocultando mi felicidad.
— Sería grandioso, señor Lían.
— Lo es.
— Bueno, ha sido todo un gusto charlar con ustedes pero, no le quitamos más tiempo, supongo que tienen mucho por hacer y explorar.
— Claro, me gustaría que le mostraras el lugar a mi hijo luego de acomodar las cosas, Verónica. Claro, solo si tus padres lo permiten y si no tienes ningún problema.
— No es necesario, papá, no necesito guía turística –me miró de pies a cabeza con la misma expresión.
— Disculpen a Adam, él siempre ha sido independiente –dijo dándole una mirada asesina a su hijo, él ahora estaba con una mirada tranquila.
— No se preocupe, pero en caso que cambie de opinión, Verónica tiene el permiso de acompañarlo.
— Muchas gracias.
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Hasta que la muerte nos separe [Completa ✔️]
Teen FictionA veces el siempre siempre termina. Un hasta que la muerte nos separe no será siempre como lo soñamos, Verónica y Adam lo entenderán de la forma más dolorosa... - ¿A que te refieres con eso, Jones? - Solo te digo que, no estas solo en esto, Adam. ...