Hasta Que La muerte Nos separe

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Lo sé, no soy de muchas palabras, no sé decir mucho lo que siento pero si se demostrarlo. Creo que eso es lo que cuenta ¿no? Aunque me gustaría hacer las dos cosas: decir y demostrar., así como lo hace el.

Llegamos a la fiesta y bajamos del auto, nos tomamos de la mano y caminamos hacia la casa de Lory.

— ¿Si le diste de comer a Ares verdad? –pregunta–.

— Preguntas cuando ya estamos acá, claro que si le di.

— Tan chiquita y respondona –iba a decir algo pero el puso su dedo en mi boca– shhh shhh shhh silencio pequeña Jones –gruñí y luego me metí su dedo en mi boca y lo chupé. El mordió su labio y quitó su dedo de mi boca– ven, vamos al auto –ordeno, tomándome de la mano–.

— ¿Que? ¿Para que?

— Tú solo sígueme –me jaló no tan fuerte y me llevó hacia el auto–.

— ¿Apenas llegan y ya se van? –reconocí su voz, me volteé y tuve razón. Era Axel y estaba con Sophia–.

— No nos íbamos –respondí. Adam se hizo a mi lado y me tomó por la cintura–.

— Solo íbamos a ver el cargador –soltó, con mucha tranquilidad. abrí los ojos como platos, Sophia y Axel nos dieron una sonrisa pícara–.

— A-ah, vamos a dentro –evadí el tema y caminé hacia la entrada. Adam caminó a la par mio y me tomó de la mano. Los cuatro entramos juntos y buscamos un lugar donde quedarnos ya que había tanta gente como la fiesta anterior, a duras penas podíamos pasar por ellos. Salimos al patio trasero y respiramos un poco.

— Dios casi me muero, cuanta gente –me saqué la chaqueta y la amarré a mi cintura, lo único que quería sentir era el aire aunque hiciera mucho frio–.

— Todo el Instituto –respondió Sophia–.

— ¿Quieren una bebida o algo? –preguntó Adam–.

— Yo quiero un vodka –pidió Sophia–.

— De acuerdo, ¿y tú Verónica?

— Yo nada por ahora, gracias.

— Está bien.

— Yo quiero tequila.

— Ja, ja, ja, pero que cómodo el niño... Tú vienes conmigo imbécil –pasó sus brazos sobre los hombros de Axel y juntos se fueron. Negué divertida con la cabeza mientras los veía marcharse–.

— ¿Tú no tomas?

–dirigí mi atención a Sophia– nop, con decirte que esta es la segunda ves que vengo a una fiesta ya te dije todo.

— Oooh, vaya.

— Si, bueno la primera ves que vine a una fiesta tomé unos cuantos sorbos de cerveza ni siquiera me tomé la mitad.

— Es raro que una chica como tú no salga a fiestas, ni beba.

— Puede ser, creo que prefiero quedarme en casa leyendo. Además nunca me han invitado a una fiesta, jamás he tenido amigas ni siquiera una, ni un novio. Y la verdad casi no me llama la atención las fiestas.

— ¿Que? No, ¿tú? ¿Con esa cara, con ese cuerpo, y sin novio? No puede ser posible –inquirió–.

— Bueno... No tengo gran cosa pero ajá, así como ves.

— ¿Como que no tienes gran cosa? Mira esa cinturita que tienes, ese culote que te cargas, de pechos si estas pobre pero como digo yo: chiquitas pero se hacen desear. –rió– realmente eres hermosa.

Hasta que la muerte nos separe  [Completa ✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora