No dejemos para mañana, lo que podemos hacer hoy

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Siempre quise tatuarme el nombre de mis padres pero ellos nunca estuvieron de acuerdo con eso, no tengo entendido el por qué, pero bueno.

— ¿Estás bien?

— Si, ¿Por qué?

— No lo sé, has estado muy callado desde que me hice el tatuaje, ¿No te gustó la idea...?

— ¿De que hablas, Jones?

— Bueno, es que estás así desde ese entonces.

— Me gustó, cariño, en serio que si, es un detalle muy lindo, pero...no sé si haya sido buena idea, ya sabes, por lo que me voy a...

— ¿Morir...? -lo interrumpí, mi corazón se encogió. Suspiré- no solo quiero tenerte grabado en mi corazón, siempre he querido tener tu nombre escrito en mi piel. Todo lo que haga por ti, no será nada de lo que yo pueda arrepentirme. Esto no lo hice con el motivo de que me dejarás, bueno, en parte; porque te sentiré cerca siempre. Siempre quise hacer esto pero ahora con mucha más razón.

— Te amo, y sé que tú a mí y también sé que por este amor...sufrirás demasiado cuando ya no esté.

Me quedé en silencio durante varios segundos, me dolía esto, me dolía demasiado.

— Pero no habrá nada que lo evite, así que... -no dije más.

— Tal vez si la hay, tal vez si hay una manera...

— ¿Qué? ¿Cómo cual? No creo que haya una manera, Adam, por favor, ya no hablemos del tema...

— Tal vez alejandote de mi, si estás sin mi ahora el día que muera no te dolerá tanto o tal vez no te duela porque ya estarás acostumbrada a mi ausencia. Creo que esa es la única forma -dijo con tanta desesperación, entonces me di cuenta que en este pequeño transcurso del tiempo él ha estado craneando la manera de que yo no sufra el día que se marchara.

— ¿De verdad estás pensando en alejarte de mi? Tú mismo me dijiste que debemos disfrutar de la vida y por eso debemos estar juntos. Pídeme lo que quieras, menos que me aleje de ti, por favor –supliqué.

Adam detuvo el auto, luego me abrazó.

— Solo quiero evitar que sufras, pero no encuentro la maldita forma –expresó con voz quebrada.

— Es que no la hay... –Mis ojos se cristalizaron y no muy tarde comenzaron a caer las lágrimas por mis mejillas, lo abracé con fuerza y enredé mis dedos en su cabello.

— No quiero que sufras...

— Lo sé, sé que no quieres que sufra, pero eso va a pasar hagas lo que hagas. Te prometo ser fuerte por ti, por ambos, por mi familia, lo prometo. Cuando vean aquel tatuaje en mi pelvis, sea quien sea y me pregunten: “¿Quien es Adam?” responderé que es el nombre del amor de mi vida, desde siempre y para siempre. Porque aunque yo tengo ochenta años jamás, óyeme, jamás voy a olvidarte ni voy a dejar de amarte, ¿De acuerdo, mi cabeza de nido mal hecho? –Adam soltó una pequeña risa entre sollozos, sorbiendo su nariz mientras asentía con la cabeza.

— De acuerdo, Tomatito.

— Te amo, Gruff.

— Yo también te amo, Fawn. Entremos a casa –besó mi frente y luego mis labios para después separarse, ambos bajamos del auto y luego entramos a mi casa.

— ¡Hola, chicos! ¿Donde andaban? –preguntó mamá.

— Hija, Adam.

— Señora Dawson, Robert.

— Hola, mamá, papá –sonreí– fuimos a...–sentí la mirada de Adam encima– a hacerme un tatuaje, Adam me acompañó.

— ¿Ah, si?

Hasta que la muerte nos separe  [Completa ✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora