No sabía que era lo que pasaba, pero me sentía mal; él estaba desconfiando de mi. Está tan cegado por la ira y los celos que nose da cuenta de una cosa.
— ¿Estás bien, querida? ¿Que ocurrió? –negué con la cabeza.
— Adam cree que le he sido infiel por unos mensajes en mi celular que ni yo sabía que existían...
— ¡Dios!, hablaré con él, tranquila –dijo acariciando mi hombro de manera reconfortante, justo cuando iba a salir la puerta se abrió antes– Adam.
— Voy a salir –dijo en un tono molesto.
— ¿A dónde vas? –pregunté.
— A trabajar.
— Tú no trabajas hoy a esta hora.
— Ajá.
— ¡Adam, no seas grosero!
— Hasta luego papá.
Las ganas de vomitar volvieron a molestarme de nuevo, sentí el vómito en la garganta y agarré el tacho de inmediato para dejar salir todo. Era desagradable hacerlo mientras estaban ellos aquí.
Adam se arrodilló frente a mi tomándome de la mejilla y con papel higiénico limpio mi boca una vez que terminé de vomitar.
— ¿Estás bien? –preguntó mientras limpiaba mi boca, asentí respirando hondo.
— Te prepararé un té –dijo el señor Smith.
— Muchas gracias –respondí, él asintió y luego se marchó, volví a vomitar y Adam acariciaba mi rodilla mientras yo desechaba todo.
— Vamos al baño para que botes todo ahí.
— No, creo que ya terminé.
— ¿Segura? –asentí.
— ¿Podemos hablar? –él se levanta y carraspeó la garganta.
— Debo salir.
— No harás nada, ¡Por Dios! Hablemos.
— Quiero ordenar mi mente, Verónica, ya vuelvo –finalizó con un tono triste en su voz.
No dije nada, tal vez eso le ayudaría a darse cuenta de que; aunque fuera cierto que lo estoy engañando, no sería por chat, aquella conversación que supuestamente tuve con Mattheo es falsa ya que debido a mi condición no puedo chatear con alguien.
Adam se marchó, yo me quedé ahí sentada pero luego me levanté y fui al baño ya que volví a sentir náuseas, vomité nuevamente y entonces se me vino algo a la mente, ¿Será posible? ¿Debería averiguarlo, o debería ahorrarme la ilusionada?
Me dí una ducha rápida después de tomarme el té que había preparado el señor Lían. Estaba desesperada por saber si mis sospechas eran ciertas.
Adam siempre me dejaba ropa encima del velador así que no me molesté en buscar.
No desayuné, mi estómago rechazaba cualquier cosa que comiera, fuí con mamá y le conté lo que había pasado esta mañana y luego sobre las náuseas, por lo que ella fue en chinga a comprar una prueba de embarazo, estaba nerviosa y entusiasmada. También con un poco de miedo de que solo sea otro embarazo psicológico provocado por mis deseos de ser madre.
Mamá regresó de inmediato como si le hubieran salido alas, apenas me dió la prueba me fui al baño y entonces hice lo siguiente. Según el manual teníamos que esperar dos minutos.
Movía mi pierna por la ansiedad y hasta llegué a mordisquear mis uñas, preguntando cada diez segundos si ya había salido el resultado de la prueba. Hasta que finalmente habían pasado los dos minutos que para mí fueron eternos.
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Hasta que la muerte nos separe [Completa ✔️]
Teen FictionA veces el siempre siempre termina. Un hasta que la muerte nos separe no será siempre como lo soñamos, Verónica y Adam lo entenderán de la forma más dolorosa... - ¿A que te refieres con eso, Jones? - Solo te digo que, no estas solo en esto, Adam. ...