Las Apariencias Engañan

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— Papá, basta, sé como cuidarme y ya te dije que yo... No... Tuve sexo con Adam, si, dormimos juntos más nada y solo estamos saliendo, no somos novios –expliqué–.

— Cariño, sé que no es de mi incumbencia pero dime, hija, que quieres que piense cuando dos jóvenes duermen juntos en una habitación, solos –me miró divertido.

— En las habitaciones no solo se duerme y se tiene sexo –aclaré.

— Entonces, dime ¿que pueden hacer dos jóvenes a solas en una habitación en la noche o ya sea en el día?

— Estudiar –dije obvia.

— ¿Estudiar, qué? ¿Matemáticas? ¿Suman los besos restan la ropa divides las piernas y rezan para no multiplicar? –rió– ay cariño.

— Ya te dije que no somos nada, papá, y tampoco hicimos nada.

— ¿Enamorados?.

— Ammm, ¿ tal vez?

— Pues, se vé que está muy interesado en ti.

— ¿Y eso no te molesta?.

— Claro que no, al contrario, me alegra que sea así. Es la primera vez que te veo salir con un chico y, además, ya estás grande como para andar detrás de ti y prohibirte que tengas un novio, eso si, si él o cualquier persona te hace daño; juro que lo mataré –sonreí y le di un abrazo el cual él correspondió, luego me dio un beso en la cabeza– ¿ya estás lista?

— Si, papá.

— Bien, espérame en el auto –asentí, salí de la cocina y me dirigí a la puerta, la abrí y encontré a un Adam que estaba recargado en el marco de esta como un sexy modelo.

— Oh, hola, Adam –dije sin expresión alguna–.

— Hola, princesa.

Joder, se lo veía tan guapo, parecía modelo de revista. Cargaba un pantalón negro y una camiseta blanca y encima su chaqueta negra de cuero. Traía su hermoso cabello castaño despeinado apuntando a todos lados, se lo veía perfecto.

— Hola, Adam –saludó papá apareciendo detrás de mi.

— Hola, Robert.

— ¿Que te trae por aquí?.

— Oh, amm vine para llevar a Verónica al instituto, claro, si es que no te molesta y también si ella quiere –dijo, me miró tronando sus dedos.

— Por mi no hay problema, más bien te lo agradezco, Verónica cariño ¿tú estás de acuerdo?

— Amm claro, si, no hay ningún problema –respondí.

— Está bien, entonces. Vé, cariño y muchas gracias, Adam. Adiós hija, te amo cuídense.

Papá se fué hacia su auto y se marchó.

— Tu padre me agrada, al principio creí que era muy estricto contigo por como eras.

— Nop, para nada, ¿nos vamos?

— Claro –caminamos hacia el auto, nos subimos y nos fuimos.

— Oye, me llegó el rumor de que te enfrentaste a Lory ¿eso es cierto? –preguntó con voz de sorpresa.

— Si, –respondí– yo estaba tranquila y ella fue con sus amenazas estúpidas.

— ¿Que te dijo?.

— Dijo: «Aléjate de Adam o no respondo» –hice muecas mientras repetía lo que había dicho la loca, con voz chillona. Él rió.

— Loca.

Hasta que la muerte nos separe  [Completa ✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora