Estábamos los dos acostados: yo estaba en su pecho mientras el me leía un libro. La puerta de la casa sonó por lo que supuse que mis padres ya habían llegado.
Bajamos y entonces supe que no me equivocaba. Ambos estaban alterados, sobre todo papá.
— ¿Está todo bien? –ellos no respondieron, papá suspiró profundamente.
— Cariño, lo siento...
— ¡Joder, Robert, tu cabeza está sangrando!
— ¡¿Qué?! ¡Papá! ¿Mamá que sucedió?
— Nos... Nos asaltaron, cariño, se llevaron el dinero de tu operación...
— ¿Qué? ¿Pero ustedes están bien, verdad?
— Está bien, cariño, estamos bien, tranquila.
— Es lo que importa –la abracé– ustedes están bien.
— Pero, tu operación, hija.
— Eso no es tan importante, papá, lo que realmente importa es que ustedes están bien, están asalvo –no dijeron nada.
— Te curaré esa herida –dijo Adam.
— Gracias, hijo.
— Yo me encargo, Adam, gracias.
— No, está bien, señora Dawson, debe descansar. Tú igual Robert, pero primero déjame encargarme de eso.
— Adam tiene razón, mamá, vé a descansar, yo te prepararé algo para el susto.
— No, está bien, hija. Gracias, pero yo lo hago, no quiero te vayas a lastimar–me dió un beso en la frente y se alejó de mí.
— Pero yo quiero ayudar en algo...
— Lo sé, cariño, pero no es necesario. Gracias, tú tranquila.
— Está bien, amor, nosotros nos encargamos.
— ¿Por qué mejor no dicen que...? –pensé bien en lo que iba a decir y me quedé callada. Esto no es algo que solo me afecta a mi– olvidenlo, está bien, me voy a mi habitación –me volteé y busqué las escaleras.
— Adam, vé a ayudarla por favor –dijo papá.
— Claro, ahora vuelvo.
— No hace falta, puedo sola –seguí caminando.
— No, vamos yo te ayudo –me tomó del brazo pero me solté.
— ¡Te dije que puedo sola! –dije borde.
— No te estoy preguntando, Jones –volvió a tomarme del brazo y vuelta me solté.
— Te dije, que yo puedo, Smith –suspiró profundo y retrocedió dos pasos, me sostuve de la pared y comencé a subir las escaleras– ¡Que esté ciega no significa que no pueda hacer nada! –exclamé, subí el último escalón y entré a mi habitación cerrando la puerta detrás de mi, me quedé un rato parada y caminé despacio hacia mi cama. Después me acosté en ella.
— ¿Por qué te enojas? Yo solo quería ayudar –no respondí– Jones.
— No pasa nada, estoy bien –dije dando un gran suspiro.
— Te conozco, sé que mientes, pero sino me quieres decir, está bien.
Me puse boca arriba.
— Me siento inútil... Es todo.
— Lo único que no queremos es que te lastimes, o algo peor, ya sabes por qué, no es porque seas inútil, a-ah, osea...–estaba nervioso.
— Ey, tranquilo –lo interrumpí–. Sé lo que quieres decir, gracias, lamento haberme enojado, me sentí mal... Pero sé que sus intenciones no eran esas –Adam se sentó a mi lado y besó mi frente.
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Hasta que la muerte nos separe [Completa ✔️]
Novela JuvenilA veces el siempre siempre termina. Un hasta que la muerte nos separe no será siempre como lo soñamos, Verónica y Adam lo entenderán de la forma más dolorosa... - ¿A que te refieres con eso, Jones? - Solo te digo que, no estas solo en esto, Adam. ...