Verónica Smith.

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Y aquí estaba, esperando a mi amada en el "altar", con Axel a mi lado. Estaba nervioso, las manos me sudaban demasiado; parecía que tenía una fuente de agua en ellas.

Los invitados también estaban algo ansiosos y nerviosos, eso me desesperaba más.

La espera no duró mucho; ví entrar a la señora Dawson y a Sophia caminando lentamente hacia el frente, ambas con un ramito de flores blancas con filos morados, vestidas con un hermoso vestido color lila de tono suave.

Pero, no tan bellas como la mujer que yo tanto amaba: ella entró con su hermoso vestido blanco, un velo largo que llegaba hasta los pies y que además, tapaba su rostro. Pero sin embargo; aquel velo no cubría su belleza y esa hermosa sonrisa, parecía toda una princesa, y, es que ella era una princesa, era mi princesa.

Verónica enganchó su brazo con el de Robert, todos dejaron de susurrar, solo se oía la melodía que el mar daba con sus olas, y, no puede faltar la típica canción de bodas.

Ambos comenzaron a camina lentamente hacia el altar y una vez frente a mi se detuvieron, Robert la contempló.

- Te vez tan hermosa, mi niña. Déjame decirte que sino estás segura, aún estás a tiempo de arrepentirte -bromeó. Verónica río levemente mientras negaba con la cabeza, al igual que yo. Robert extendió la mano de su hija hacia mi, la cual yo no dudé ni un segundo en tomarla-. Te la dejo en tus manos, Adam. Cuidala, así como siempre lo haz hecho.

- Lo prometo, no te preocupes -Robert asintió y luego abrazó a su hija para después ir a sentarse con los demás invitados.

- ¿Con que la playa, eh?

- ¿Te gusta?

- Me encanta -sonrió, sonreí-como me encantaría ver este momento.

- Lo harás, lo prometo.

Miré al padre, quien nos veía con una agradable sonrisa dibujada en su rostro.

- Tomen asiento, queridos hermanos -todos se sentaron, excepto nosotros-. Hoy, en este día nos reunimos para unir a esta hermosa pareja en un sagrado matrimonio.

El padre siguió hablando y yo no veía la hora en que él me pregunta si aceptaba a Verónica como mi esposa, hasta creo que ya me había imaginado mi vida con ella durante ese tiempo que él hablaba. Hasta que por fin, llegó la hora de dar nuestros votos.

- Yo, Adam Smith, estoy aquí frente a la mujer que tanto he amado. Sé que no he sido la mejor persona en este mundo, que tal vez no soy el hombre perfecto que realmente mereces porque tú mereces mucho más de lo que yo te he dado, aunque diera mi vida por ti yo siempre estaré en deuda contigo por todo lo que has hecho por mi, por ese amor infinito e incondicional que me das. No tengo mucho que ofrecerte, no tengo lujos, joyas, ni una mansión. Pero yo, Adam; prometo amarte y respetarte, incluso cuando me hagas enojar, me hagas reír, me hagas llorar, y prometo estar siempre a tu lado, apoyándote en todo lo que te propongas. Te amo, Verónica Jones.

Todos comenzaron a aplaudir, yo trataba de contener mis lágrimas. Aún no podía creer que esto estaba pasando. Verónica buscó mis manos para luego tomarlas y apretarlas con delicadeza. Luego, ella Habló:

- Desde el momento en que te conocí, supe que eras la persona con la que quería pasar el resto de mi vida. Eres mi mejor amigo, mi amante, y mi alma gemela. Prometo amarte y cuidarte siempre en las buenas y en las malas. Prometo ser tu mejor apoyo y compañera de viaje. Déjame decirte que eres perfecto para mí, todo lo que un día quise y soñé. Eres todo lo que le pedía a la vida todos los días que me diera, creo que yo estoy en deuda con ella porque me dió más de lo que le pedí; me dió un hombre que da más de lo que yo esperaba e incluso lo hace sin que se lo pida. No tengo que pensar ni un segundo si quiero tener una vida junto a ti. Y siempre estaré ahí, y te amaré aún cuando me hagas comer comidas que no me gustan -los invitados rieron un poco, yo igual -. Prometo ser tu cómplice en todo lo que hagas. Te amo demasiado, pero; si me haces enojar mucho, prometo que te haré recordar que te amo más que a nada en el mundo.

Hasta que la muerte nos separe  [Completa ✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora