Yo Ya Sabía Tu "secreto"

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El ambiente estaba pesado, o bueno, yo lo sentía así. En ningún momento él y yo cruzamos palabra, ni siquiera un: pío.

Había un silencio incómodo y lo que más me ponía mal era su semblante serio. Sus ojos no miraban a ningún otro lado, solo al frente. Su boca sólo se abría para botar el humo del cigarrillo.

Me sentía avergonzada y con el corazón queriendo salir de mi pecho. Solo podía mirar por la ventana mientras mis lágrimas rodaban por mi mejilla, no me atrevía a mirarlo solo quería que la tierra me tragara y me escupiera en el parque temático de Harry Potter para olvidarme por un momento de esto.

Sequé mis lágrimas disimuladamente y luego saqué mi celular y le marqué a papá.

— ¿Papá? Hola. Emm, llamaba para decirte que no vayas por mi al instituto. Un amigo se ofreció a llevarme a casa.

— Está bien, cariño –contestó–. Gracias por avisar. Te quiero.

— Yo a ti, papá. Nos vemos –colgué la llamada y guardé mi celular. Al poco tiempo llegamos a casa y el aparcó su auto frente a esta.

— Gracias –dije en voz baja.

— No hay de que – respondió. Aún con su semblante serio–.

Apreté los labios y asentí levemente. Luego bajé del auto para dirigirme a la casa y entrar. Iba a cerrar la puerta pero esta no se cerró y al mirar al piso noté su pie entre la puerta impidiendo que esta se cerrara.

Abrí la puerta y lo miré. Adam simplemente entró y cerró la puerta detrás de él. Lo miré sin decir nada y retrocedí dos pasos.

— Yo ya sabía tu "secreto"–mencionó con tranquilidad, haciendo comillas con los dedos cuando mencionó:"secreto".

— ¿Desde cuando?.

— Desde hace un mes –alzó los hombros restando importancia.

— Ok...Era obvio que lo supieras: eres alto, guapo, ojos verdes, sonrisa hermosa, cabello hermoso. prácticamente perfecto y todas mueren por ti –rodé los ojos.

— Claro. Lo sé –aceptó con egocentrismo –. Pero no fue por eso que lo supe. – dijo con un toque divertido.

— Ammm ¿entonces?.

— Te vi espíandome por un pequeño espacio de tu ventana en varias ocasiones.

— Ooooh ya... ¡Espera! ¡¿que?! – mis ojos se abrieron más de lo normal y sentí mis mejillas arder. Estaban rojas.

— Awwww, tomatito. –rió y se acercó lentamente a mi. Yo retrocedí a medida que el se iba acercando hasta que choqué con la pared. Él me acorraló con sus brazos y la pared y acercó su rostro al mío. Sus labios quedaron a unos cuantos centímetros de ellos–. Tranquila Jones. No eres la única que ha espiado a alguien –susurró aún cerca de mis labios–. Ayer no fue la primera vez que te ví en ropa interior.

Esperen ¿que? ¿El también me espía por su ventana? Sabía que esas cortinas no servían de nada.

Lo empujé y lo miré molesta.

— ¡¿Sabías que eso es acoso?! –demandé indignada.

— Si. ¿Y tú?.

— A-ah. ¡¿O sea que también te has estado vistiendo y desvistiendo en tu habitación a propósito?!–cambié el tema. Ya que también lo espiaba–.

— Claro que no. No lo hago a propósito siempre me ha gustado cambiarme de ropa en mi habitación. Así como a ti –sonrió pícaro.

Tensé la mandíbula. Caminé hacia la puerta y la abrí.

Hasta que la muerte nos separe  [Completa ✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora