¿Quieres ser mi novia?

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Una, dos, tres semanas han pasado. Sigo saliendo con Matt, hasta ahora todo va bien con el.
Adam, bueno, el sigue insistiendo; no me deja en paz ni porque estoy saliendo con Matt y veo que eso es lo de menos para él, me busca todo un siempre y no quiere entender que con él no quiero estar otra vez (o sea, si quiero pero no, ustedes entienden). Me ha decepcionado y no quiero que lo vuelva a hacer, siempre tengo presente que el que no arriesga, no gana, pero. También tengo presente que quien te lastima una vez lo volverá a hacer.

— Hoy saldré, Verónica. Voy a reencontrarme con mi hijo y mi hermana en el parque –comentó con mucha emoción.

— Me alegro, Soph, espero que te vaya bien –dije con sinceridad, sonriendo.

— Gracias, y, por cierto... ayer me dieron las pruebas del ADN  y confirmamos que Billy no es hijo de Adam. Su ADN no son compatibles.

— Oh, está bien. De la que te salvaste, supongo.

— Adam se hizo cargo de Billy desde que lo conoció.

— ¿Aunque no estuviera seguro de que fuera su hijo?

— Aunque no estuviera seguro de que fuera su hijo –confirmó– sé lo terrible que se portó con nosotras, pero, admito que Adam será un buen padre, Billy hasta llegó a llamarlo "papá"

Suspiré.

— Él decía que quería tener hijos conmigo en un futuro...

— Ahora lo tendrá, y sé que será un buen padre, lo sé. Con Billy era un amor así que es más que obvio que amará a su hijo con toda su vida –aseguró.

— Eso espero –le di una sonrisa falsa.

— Pero miren nada más, la ilusa de Verónica Jones, ¿Aún le sigues llorando?

Y llegó esta perra a joder la puta paz.

— Eso no es de tu incumbencia, Lory, puedes irte –rodé los ojos, ella tomó un mechón de mi cabello y comenzó a jugar con él. Bufé y le quité el mechón de sus manos.

— Acepta que fuiste una apuesta, cariño ¿Quien se fijaría en alguien como tú? Solo sirves para que el resto se divierta.

— ¡Déjala en paz, puta barata! –dijo Sophia.

— ¡Uy! La santa salió a hablar. Te comes al amigo de Adam y, ¿me llamas puta a mi?

— A él y a muchos más, pero al menos yo cobro, no ando regalando la vagina como –la señaló– cierta persona.

Lory le dió una mirada asesina y yo solo reí, luego me miró a mi.

— ¿De que te ríes, ilusa? Al menos yo no caí en la trampa de un chico al que solo le gusta coger. Ahora, te diste cuenta cuando él logró su objetivo.

— Será mejor que te calles, Lory –dije, haciendo puño mis manos.

— ¿Qué me calle? Pero, apenas comienza la diversión –hizo un puchero en forma de reproche.

— Te lo advierto –apreté más el puño.

— ¿Qué fue lo que te dijo? ¿Que te amaba? –siguió– ¿qué eres la única en su vida? tal vez no mintió en eso, porque si eres la única; pero la única estúpida que creyó sus mentiras.

Esa fue la gota que derramó el vaso, me levanté y solté un fuerte golpe en su pómulo derecho.

— ¡Podrías callarte la puta boca! ¿¡no entiendes cuando te digo que me dejes en paz!?

Sophia me miraba sorprendida y con horror, el golpe fue tan fuerte que le había partido el pómulo, ella me miró sosteniendo su mejilla. Se volteó y se fue corriendo, mi pecho subía y bajaba con rapidez; mi respiración estaba acelerada.
Todos me miraban con asombro y sorpresa, Sophia me tomó del brazo e hizo que me sentara.

Hasta que la muerte nos separe  [Completa ✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora