Pov: Atenea
Me despierto incomoda, porque el cuerpo de Christopher encima mío, aún estamos desnudos. Tengo su cabeza apoyada en el hueco de mi cuello, una de sus manos está en uno de mis pechos y la otra enroscada a mi cintura.
Me remuevo tratando de quitarlo, necesito irme no sé en qué momento me quedé dormida pero no suelo quedarme con nadie después de follar.
- Joder deja de moverte- gruñe con voz adormilada, haciendo presión en mi cintura.
- Pues quítate que me tengo que ir- le digo ahora yo haciendo el inútil intento de moverlo.
- Quieta nena- murmura sobre mi cuello erizándome la piel.
- Christopher tu papá se va a enojar si me ve salir de tu habitación, además no me quedo con nadie después de follar- sale de mi cuello y me mira enojado.
- Deja de pensar en Alex- me mira con su ceño fruncido- Además yo no cojo sin condón y contigo no lo usé, así como tú fuiste mi excepción yo debería ser la tuya.
Suspiro, viendo la hora en el despertador de alado, son las 3:58 solo tengo una hora más para dormir y no quiero desperdiciarla peleando con él.
Cierro los ojos pasando el brazo por sus hombros, y al instante noto como acurruca su cabeza en mi hombro volviendo a tomar mi pecho en su mano.
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La alarma del despertador suena al igual que el llanto de un bebé a través del monitor despertándonos al instante.
- Mierda, lo siento nena tengo que ir por él- murmura Christopher, levantándose.
Trata de darme un beso pero giro la cara evitándolo.
- Espera no nos hemos lavado los dientes- me ignora tomándome de la mandíbula para darme un beso rápido.
Se pone su boxer y sale de la habitación, giro hacia el monitor donde veo al pequeñito que dejar de llorar cuando el papá lo toma en brazos. Se la reputación que tiene Christopher pero nadie puede negar que es un buen padre.
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Salgo a toda prisa de la mansión Morgan, subo a mi auto dejando mi bolso en el asiento de alado, me doy un último retoque de labial, estoy por arrancar pero la puerta del copiloto es abierta por Alex el cuál no duda en subirse.
- Alex que...- no me deja terminar.
- Arranca princesa escurridiza- me dice acomodándose y colocando su cinturón de seguridad.
Suspiro y enciendo el auto.
- Muy bien te escucho- le digo dándole una vista rápida.
- ¿Qué está sucediendo con Christopher? - pregunta mirándome serio.
- No lo sé Alex.
- Atenea- pronuncia en modo de advertencia.
- De verdad que no lo sé, solo me estoy dejando llevar- lo último lo digo más para mí, haciéndolo suspirar.
- ¿Y con Emiliano? - vuelve a preguntar.
- ¿El niño que tiene que ver? - preguntó ahora yo frunciendo el ceño.
- A, tu no soportas a los niños y la manera en la que actuaste ayer con él no es muy normal en ti- me dice burlón
- Eso es mentira claro que soporto a los niños, además no hice nada del otro mundo con Emiliano- refuto.
- Oh no claro que no hiciste nada extraño -dice con ironía- Solo aceptaste que el niño comiera contigo para que no llorara, te pasaste toda la noche con él en brazos, le diste su biberón antes de dormir y hasta lo fuiste arropar.- al ver que no contesto decide continuar- En otro momento tu hubieras hecho que alguien más se hiciera cargo del niño cuando lo encontraste, pero no lo hiciste. Y eso es aún más raro porque no sabías que era mi nieto, así que dime ¿qué pasó?-
- ¡No lo sé Alex, no sé qué mierda me pasa, pero estoy tan confundida y créeme que lo último que necesito es que vengas tú a confundirme aún más con tus preguntas!- me exaspera no poder entenderme.
- Yo lo único que quiero es lo mejor para los dos bueno para los tres, Christopher es mi hijo sé que no tenemos la mejor relación pero no por eso deja de importarme, Emiliano es mi único nieto y él ya tiene suficiente con no tener a su mamá- su tono de voz cambia ligeramente a uno de molestia ante aquella mención, pero no le doy importancia- y tú mi amor por más que crezcas siempre vas a ser esa pequeñita indefensa que encontré en el hospital- aquel recuerdo me hace sonreír- por lo mismo no quiero volver a verte sufrir como cuando pasó lo de - todo mi cuerpo se tensa, mi sonrisa se desaparece enseguida y lo paro antes de que diga su nombre.
- Alex dejemos el tema, lo que pasó con él fue muy diferente y no quiero hablar de eso- odio que siempre saque lo mismo.
- Yo solo digo que cuando pasó lo de Fabrizio tú-
- ¡Ya no quiero hablar de eso! - exclamo
Afortunadamente llegamos, nos dan el acceso, aparco el auto y tomo mi bolso y saliendo rápidamente evitando al ministro.
Llamo al elevador pero no baja así que me apresuró a las escaleras pero Alex me toma del bazo antes de comenzar a subir, trato de soltarme de su agarre pero me abraza aprisionándome entre sus brazos. Forcejeo para que me suelte pero no lo hace.
- Basta Alex suéltame- me desespero.
- Tranquilízate primero- trato de empujarlo pero no puedo.
- ¡Alex suéltame! - gritó ya cansada de forcejear.
- Cálmate primero- me empieza a pasar la mano por la cabeza haciendo que poco a poco me tranquilice - Se que no debí mencionarlo mi niña perdóname pero entiende que me preocupo por ti.
- Ya no lo menciones más por favor- pido en un susurro, enterrándome las uñas en la palma de mi mano para evitar llorar.
- Lo prometo- es lo único que dice, me da un beso en la cabeza y me lleva al elevador.
SI TIENEN ALGUNA SUGERENCIA NO DUDEN EN DEJARLA 💗
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Siempre fuiste tú
General FictionAtenea Guzmán de la Torre: Una mujer perfecta no solo físicamente, con tan solo 25 años de edad es una empresaria multimillonaria exitosa, también es una de las mejores comandantes que la FEMF ha tenido. Christopher Morgan Harts: Un hijo de puta (có...