CAPITULO 31

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Pov: Christopher

De no estar Emiliano y su familia ya me la estaría follando. El sol comenzó a intensificarse así que vamos de regreso a la palapa.

— No, no hay que ilnos.

— Cuando el sol baje un poco más venimos, tengo que ponerte bloqueador de nuevo.

— Papi— me inste a mí.

— Ya dijo.

Pese a sus quejas salimos y el hermano de Atenea justo va llegando.

— ¿Qué pasa chaparrito? ¿por qué esa carita?

— Ed que yo aun no quedia sadid.

— Yo te llevo— lo anima pero Atenea lo detiene.

— No, salimos porque mucho tiempo bajo el sol le va a lastimar su piel.

Emiliano se va a acostar alado de Zeus, con su cara molesta.

— Chaparrito no te enojes, tus papás lo dicen por tu bien— se sienta a su lado— Además tío Ro te trajo unos regalos.

Aparte de la leche de Atenea y las fresas, lo que más le gusta son las regalos.

— ¿Quieres verlos? — Emiliano se levanta feliz— ven.

Hay unas cajas en la entrada y todos voltean a ver a mi hijo cuando chilla feliz.

— Hay que inflarlos para que juegues aquí chaparrito.

Es una alberca con forma de ballena, y otra con una resbaladilla, no tardan en inflarlos con ayuda de Alex, Sebastián y Leonardo. Mandan a pedir una manera para llenarla y Emiliano no puede con tanta felicidad.

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Juegan ahí por mucho rato, nadie creería que el máximo jerarca, y tres importantes empresarios se divierten con un niño de dos en una alberca infantil

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Juegan ahí por mucho rato, nadie creería que el máximo jerarca, y tres importantes empresarios se divierten con un niño de dos en una alberca infantil.

El sol gira y hay una parte en la arena donde da la sombra, Rodrigo y Emiliano empiezan hacer castillos de arena. Atenea solo se entretienen haciéndome caricias en el cabello, mientas yo veo a su hermano y a mi hijo jugar.

Siempre fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora