Pov: Christopher
Emiliano tiene toda la sala llena de juguetes, Leonardo llego temprano, Atenea esta dormida así que él lo entretiene jugando.
— Mami me la titi no eto— se queja por milésima vez del té.
— Bueno pero esto es una fiesta del té campeón es lógico que tomemos esto.
Levanta la taza azul y bebe.
— Pelo yo quielo titi de mami.
Los ignoro mientras hablo con Patrick, Leonardo le tiene demasiada paciencia en los juegos, pero me imagino que para él es fácil, si lidio con Atenea de niña no dudo que pueda con él.
El llanto comienza y se tira al suelo gritando.
— Basta, compórtate deja de llorar y juega bien con tu abuelo— lo levanto pero se vuelve a tirar— Ignóralo.
Es lo único que le digo pero niega y lo carga abrazándolo.
— Ven campeón— se lo lleva a la terraza.
El llanto se convierte en carcajadas que me hacen sonreír y rodar los ojos de solo ver lo bien que recibe a mi hijo.
Esas mierdas de inseguridad no son lo mío, pero nunca llegue a pensar que la mujer con la que estaría aceptaría tan bien a mi hijo, ella y su familia.
Miranda me trae mi taza de café y mientras veo mi agenda para mañana. Poco después los otros dos regresan a jugar y Emiliano le habla de cosas sin sentido.
Todo transcurre con normalidad hasta que los fuertes gritos en mi habitación me hacen levantarme de prisa, subo corriendo, pensando que algo le puede pasar y cuando entro a la habitación la veo removerse inquieta en la cama.
Está teniendo una pesadilla...
— Atenea despierta— le hablo fuertemente tomándola por los hombros.
La muevo un poco brusco intentando despertarla y cuando sus ojos se abren de puedo ver el terror en ellos.
Aparta mis manos de ella, se incorpora cubriéndose con las cobijas.
— Atenea...
— ¡Mi bebé, Christopher mi bebé!
— ¿Qué pasa con él? ¿Te duele? — me alarmó e intento tocarla pero se echa atrás negando frenéticamente evitando mi toque— ¿Qué te duele? Carajo háblame.
— ¡Christopher mi bebé! — comienza a llorar y a gritar cosas que no comprendo, se niega a que la toque y me preocupo cuando veo que la respiración le comienza a fallar.
— ¡Cálmate y dime que te ocurre!
Llora y grita desconsolada, no me permite tocarla el aire se le atascan, y la puerta se abre abruptamente.
Leonardo aparece furioso y cuando me ve se tensa aún más.
— ¿Qué mierda le estás haciendo? ¿Porque llora? — se acerca y yo niego.
— No sé qué carajos le pasa.
Atenea comienza a toser y a frotar sus uñas en sus brazos, soy más rápido que Leonardo para tomar el inhalador que tengo en la mesa de noche, intenta evitar mi toque pero su abuelo la sostiene dejándome ponérselo y darle los tres pufs que necesita.
— Shh tranquila mi amor respira...— Atenea se aferra a sus brazos y llora muy agitada.
— ¿Qué pasó? — es lo único que pregunto y no me mira solo cierra los ojos derramando las lágrimas.
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Siempre fuiste tú
Художественная прозаAtenea Guzmán de la Torre: Una mujer perfecta no solo físicamente, con tan solo 25 años de edad es una empresaria multimillonaria exitosa, también es una de las mejores comandantes que la FEMF ha tenido. Christopher Morgan Harts: Un hijo de puta (có...