Siempre fuiste tú

Extra parte 2 ♡

Pov: Christopher

Sus labios eran muy suaves, su cara de cerca se veía aún mejor, cuando mentalmente abrió los ojos me sonrió.

Jamás había besado alguien, y el hacerlo me da cosquillas en mi panza. Ella aún es muy pequeña pero me gusta.

— ¿Te gusto? —pregunto alejándome un poco y ella asiente.

— Si, ¿te gusto a ti? es que yo nunca había dado un beso...

— Pues yo tampoco pero si me gusto— sonrió.

— ¿Te puedo dar uno ahora yo? — su manita abraza su peluche tímidamente.

— ¿Tú me pedirás matrimonio? — juego con ella y se sonroja.

— Pero deberás esperarme a que crezca.

— Bueno entonces si puedes— cuando se acerca a mí, repito su acción pero antes de que nuestros labios se toquen un flash y un carraspeo nos hace alejarnos.

— ¿Qué pensaban hacer pequeños traviesos? — el inoportuno de Reece se acerca después de tomarnos una foto.

— Y-yo...— la niña se traba al hablar.

— Estamos jugando— es lo único que digo.

— ¿Ah sí? Aún no tienen edad para jugar a eso así que vayamos adentro.

— No, él se casará conmigo— protesta la niña.

— ¿Ya planean casarse? Si apenas se conocieron ayer.

— Mis abuelitos así lo hicieron.

Reece viene a tomarla en brazos, la saca con cuidado y le da un beso en la cabeza.

— Pero tu aun estas muy pequeña para eso, ambos lo están, así que mejor esperemos unos años más.

— Bueno pero bájame príncipe que estamos jugando y quiero seguir aquí con Chris.

— Muñequita debo revisarte, saber cómo esta tu bracito y esa cabecita— sus ojos muestran miedo.

— No, no quiero yo quiero seguir jugando con Chris.

— Después pueden jugar, ahora debo hacer función de guapo doctor y revisarte, además nos están esperando.

— Dices que no podemos obligar a las personas hacer algo que no quieren, así que no la hagas llorar— hablo cuando la niña se quiere bajar de sus brazos para venir conmigo.

— Muñequito es por su bien, vayamos adentro que tu abuela llamara.

— ¿Chris nos acompañara?

— No preciosa, no en esta ocasión.

— Pero es mi amigo y él quiere venir ¿verdad que sí? — se angustia y asiento.

— Adentro muñequitos.

Ella llora, es muy llorona pero no me gusta que llore.

— Ya preciosa, prometo que no dolerá, solo pondremos unas pequeñas sondas en tu cabecita.

— ¡Quiero a mi abuelito! — se traba mucho al hablar.

— El vendrá más tarde.

— ¡No, no él siempre me acompaña!

— Chris, espera aquí y toma— tiende su celular— tu abuela llamara.

— Déjame ir con ella.

— No es lugar para que entres, y necesito que este...

— Ella dice que no debe agitarse y haces lo contrario, tú no sabes, déjame ir.

Se que me molestara por insistir en acompañarla pero parece un conejo asustado, y no me gusta verla así.