Psycho || WinRina G!P

[10]Edit.

|Actualidad|

Minjeong tarareaba mientras hacía un círculo con su dedo sobre la mesa de madera.
No había dormido nada; cerraba los ojos un momento y el miedo entraba en ella.

Tenía miedo de perder a Jimin de nuevo. Así perdió a Jimin, por dormir.

Suspiró cansada. Cuando escuchó el click de la puerta se levantó de inmediato.

—¡Oh!

Jimin exclamó casi sin energía en ello. No parecía haber dormido nada al igual que Winter.

—¿Quieres algo de desayunar?

Jimin se quedó inmóvil. ¿Escuchó bien? —¿Qué? Winter, lo último que sé de ti es que en cocinar eres un fiasco.— Respondió sin consideración.— Y no debes tocar mi cocina.

Jimin sin dormir era tan irritante como recordaba.

—Sé hacer cereal y sopa instantánea. 

—Eso no es precisamente cocinar, y...— ¿por qué estaban discutiendo como una pareja casada? — no entres a mi cocina mientras cocino. Solo eso.

Apuntó con advertencia a MinJeong mientras pasaba a su lado para entrar a la cocina.
Fingir que estaba bien con alguien tan inestable era agotador, pero no habían opciones más alentadoras que aguantar por un mes a su intrusa y causa de insomnio.

Winter aún así entró a la cocina después de Karina.

—¿A qué hora despierta?

Karina se desconcertó. Luego comprendió a qué se refería.— En una hora, probablemente.

Buscó en su refrigerador, y sinceramente para ella todo en esa mañana ya pintaba deprimente.
Sacó lo poco que tenía y se ingenió un desayuno con eso.

Winter en ningún momento dejó de observarla. La mayor tuvo que mirar a otro lado porque incluso mientras comían, Kim la miraba fijamente, sus ojos estaban irritados y sus ojeras notables.
Tampoco dormía.

—¿Por qué sigues usando eso? —Señaló con su tenedor el abrigo de Winter.— ¿Escondes algo?

—Creo que haces muchas preguntas, ¿no crees?

—...

No respondió. Y no volvió a tratar de hablar con ella.

Dicho y hecho. La pequeña se levantó una hora después y luego de que Karina la atendiera, volvió a la cocina para vigilar a Winter.

Tomó de nuevo asiento frente a ella y la observó, buscando alguna señal de simpatía con su propia hija, ella era la razón por la que había accedido. Pero Kim siquiera miraba a la niña, no parecía nada interesada. Y la pequeña conversación que tuvieron le dejó en claro que eso sería una tarea sin sentido o muy poco éxito.

—Rina, ella... ¿estudia? — Señaló a la niña sentada en el sofá.— Ni siquiera recuerdo su edad...

"No es que me importe ahora mismo" completó en su cabeza, aún sin reflejar alguna emoción facial.

—Tiene casi 4 años, debería.— Murmuró avergonzada.— No es como que haya tenido tiempo de, bueno, buscar una escuela o el dinero, sabes eso fue tan... — pausó su explicación y volvió a mantener su enfoque. La persona de enfrente no era alguien con quien debería hablar tan deliberadamente.— ¿por qué preguntas?

Winter asintió y buscó algo en el bolsillo de su chaqueta. Luego plegó sobre la mesa lo que parecía una cartera.

—Toma lo que quieras. No me importa.

Karina frunció su ceño.— ¿De qué hablas?

—Es mi hija, ¿no? —Preguntó sin esperar una respuesta.— Eso hacen los padres. Aunque no quieran a su hijo, deben ayudarlo al menos económicamente y bueno, no es como si yo fuera a usar todo esto en mí.

Karina había olvidado que Winter, de hecho, tenía dinero. Quizá su forma de vivir y de ser aparentaba lo contrario. Pero recuerda cómo era su casa, el trabajo de su padre y demás cosas que daban la idea de ello.

—No voy a aceptarlo.

—No te pregunté. —Estiró su mano y empujó más hacia Karina el objeto.— Con esto no te estoy obligando a nada, solo quiero ser responsable. Eso es todo.

Por supuesto que Yoo no estaba nada segura de eso, ¿y si luego usaba eso en su contra? Tenía muchas dudas, y sí, Winter podía estar muy lejos de estar mentalmente bien, pero era algo razonable. O también eso podría ser una trampa para que bajara la guardia.

La duda siguió por varios minutos.

—Sentimentalmente no haré nada. Sin embargo, tienes mi dinero a tu disposición. Es solo eso. Sin trucos.

—¿Sentimental?

Winter la miró antes de responder, mientras se relajaba contra el respaldo de la silla.— No puedo sentir nada por eso.— Apuntó con su pulgar a su espalda donde estaba su hija.— Solo siento todo por ti.— Apuntó hacia Jimin.— Pero la amas, entonces te ayudaré con eso.

Winter tenía sus motivos para no estar nada cómoda con la idea de una hija, y recordar que no tenía experiencia en eso le causaba más irritación de la que creyó. No durmió nada por pensar en todo eso, así que estar molesta incluso con la existencia de su hija, podría ser normal. 

No la odiaba, pero la idea de compartir lazo sanguíneo era rara. 

Y por esa misma razón aclaró la parte sentimental; quería ser honesta con Jimin, quería al menos darle a entender que eso sería difícil o sin éxito.

Karina no respondió y Minjeong añadió algo más. Y en su comentario había un poco de pena, quizá un poco.— Es difícil entender cómo funciona ser madre para mí.

A veces la mente de Karina no lograba descifrar el por qué el desapego emocional de Winter. Ni el por qué sólo con ella sentía algo.
Sabía que con Ning sólo era respeto y lealtad, cariño o afecto, era muy duduso que algo así existiera.
Winter era un misterio para ella, por más que trató durante años entenderla, no pudo. Cuando creyó conocerla, falló en absoluto. Era impredecible.

Pero ahora había dicho algo que podría darle un poco de sentido a sus emociones.
Y tal vez, Jimin se molestó consigo misma por no mandarla a terapia, y también por decirle a Aeri que no tratara de ensayar sus estudios con Minjeong cuando ambas aun salían; claro en eso tuvo razón, Aeri estaba estudiando apenas cuando trató de hacer eso varias veces.

—No puedo entenderte.— Confesó y dio un sorbo al té que se había servido hace poco.— Me hubiera gustado haber notado antes lo que ahora.

Comentario que dijo en voz alta sin querer. Pero que Minjeong fingió no escuchar.

Miró hacia la menor y cuando regresó su vista a Jimin, ella suavizó sus expresiones e incluso su voz.—Solo déjame ayudarte.

Meditó y suspiró con rendición.—¿Qué opción tengo? No puedo decirte no si me miras así.

Winter curvó la comisura de su labio derecho y sostuvo la mano de Karina por breves segundos.

—Bien.

.
.
.

Gracias por leer 🤝