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|Actualidad.|


El sonido del tacón sobre el suelo mientras caminaba de lado a lado por la sala mantenían algo cuerda a Jimin. Estaba demasiado nerviosa para controlarse y mantenerse quieta. Se detuvo en seco y miró su celular; la culpa la perseguía. Esto no estaba bien, estaba haciendo algo que podría ser hasta ilegal en cierto aspecto.
Pero no había punto retorno, no había más.

Muchas cosas cambiaron para hacerla llegar a eso, ella cambió. Había un sentimiento ambiguo respecto a ella y Minjeong, probablemente porque nunca dejó de sentir algo por ella. Solo que la parte de ella racional había mantenido el control últimamente hasta que sucedían situaciones como Minjeong aparentemente preocupada por ella, algo en sus acciones, quizá exageradas, la hacían sentir mal por lo que estaba haciendo justo ahora.

¿Estaba siendo desleal?

Sacudió su cabeza ante la situación tan estúpida. No había algo por lo que estar fiel a ella, ignorando el hecho de que le agrada a su hija.
¡Joder! Es que incluso Haewon la adoptó como otra figura de autoridad en la casa. Y eso es algo que Jimin temía. ¿Qué tal si su hija se ponía en su contra?

Realmente no podría estar bien si eso sucedía.

Minjeong aparentemente no estaba haciendo nada, pero no significa que haya cambiado. No. Ella solo cambió la estrategia; las tácticas.
Creyó un poco que al haberle dicho algo sobre su jefe y peor, sobre las insinuaciones, podría provocar una reacción. Solo necesitaba eso para recordarse que debía ser fiel a su razón y no a sus sentimientos sin nombre, pero no, ella no hizo nada. Minjeong no hizo nada.

Y mientras trataba de creer que estaba en lo correcto en seguir con sospechas, revisó su teléfono; esa aplicación en específico. Notó que funcionaba, verdaderamente lo hacía.

Entonces un sonido la despertó de su análisis.

—¿Qué estás haciendo?

La voz gruesa y cansada de Kim rompió ese leve silencio en la habitación. Ambas se miraron y Jimin guardó su celular sin rechistar.

Miró a MinJeong, luego apartó la mirada.—Veía las noticias…

—Hay un televisor justo ahí.— Apuntó Winter con su ceja arqueada.

En el peor de los casos llevaba observando a Karina en silencio desde hace varios minutos. Entonces se daría cuenta pronto de todo.
Karina necesitaba conservar su ventaja. Tosió incómoda.— ¿Cuántos años crees que tengo? —Preguntó ofendida, o trató de parecerlo.— Existen los celulares, Minjeong. Que tú sigas en el año 2000, no es mi problema.— Dijo por decir algo mientras Haewon salía de su habitación.

—Listo.

Ambas mujeres miraron a su hija con su pequeña mochila y un sombrero en su mano. Jimin sintió alivio al poder irse antes de que Winter comenzara a cuestionarla más, además porque eso la distrajo de su preocupación principal.
Winter no dijo nada y solo se dedicó a ver a Haewon atentamente.— Cuida a tu mamá, ¿sí?

La menor asintió con fervor e hizo un saludo de soldado. Jimin no estaba entiendo mucho, pero ver a MinJeong interesada la hizo pensar si ella había cambiado de verdad.

Y si así fuera, ¿debía ella…?

No quiso continuar su duda, simplemente susurró un “vamos” a su hija mientras caminaban hacia la puerta. Minjeong detuvo su andar tomando su mano.

—¿Estás bien? —Su voz sonó con preocupación, aunque su cara no reflejaba nada. Así era ella, difícil de descifrar.

—Vamos tarde.— Evadió, tratando de evitar la bomba de preguntas con falsa preocupación de la menor hacia ella. Sin embargo, se quedó mirando su mano en la perrilla, sintió algo familiar en todo eso, Minjeong quizá sí se había preocupado por ese silencio indefinido y esa actitud extraña de hace un momento, suspiró con desgana antes de regresar hasta donde seguía la menor de pie, se sintió idiota al momento, pero ya estaba parada frente a ella como para arrepentirse.
No podía simplemente ignorarla e irse, no, para nada. Y quizá porque no quería irse; entre las razones principales de no querer dejarle su casa sola a MinJeong, también estaba no querer ver a su jefe. Las cosas habían ido a peor que incluso estaba mejor con Kim.

Esperaba que Minjeong no hubiese descubierto que en verdad había algo mal, o quizá muchas cosas mal. No deseaba en realidad que hiciera algo al respecto. O que la menor interpretara su comportamiento como puerta a algo, no quería insinuar nada.

Pero para Minjeong todo era diferente, sus pensamientos eran diferentes; ella estaba tratando de relacionar el comportamiento de esta mañana con lo que acababa de suceder, pero escuchar a Jimin decirle un suave “estoy bien, nos vemos.” Y darle un apretón en su hombro antes de regresar y salir por la puerta, la desconcertó, pero también la hizo sentir bien. Jimin parecía más comunicativa, normalmente la hubiera dejado con dudas solo por querer salir de la habitación rápidamente, pero hoy no. Ella actuó diferente.


Ver a Jimin un poco interesada en ella le gustó mucho. Le gustaba la atención de Jimin.

Le gustaba Jimin. Amaba a Jimin.

Tenía que protegerla y hacerla feliz.

Cuando se aseguró de encontrarse totalmente sola, fue a la habitación de Jimin un momento. Mientras recorría distraídamente el pasillo y miraba un poco en varias direcciones, volvió a sentir esa extraña sensación de inseguridad, como si algo no estuviera bien. Recordó la situación de esta mañana, pero rápidamente desechó la idea, pensando que su mente sólo le jugaba una mala pasada. Sin embargo, al pasar a la sala de estar, no pudo evitar quedar con la duda. Mirando por encima, todo parecía en orden, aunque recordó nuevamente que Jimin se había comportado de forma extraña antes en la sala. Estaba relacionado con su celular.

Recordó esa vez que arrebató el celular de Karina y la mayor comenzó a gritarle por ello. Minjeong recuerda haberse enojado con Jimin, y el problema en eso; no fue el hecho de enojarse con Jimin por JongIn, sino que que Haewon las viera discutiendo y estuviera algo asustada.

En realidad, dejó el tema luego de eso. Una nueva persona captó su interés. Kim JongIn podía joderse solo, eso creía, y quizá porque Jimin le enseñó que lo había bloqueado al día siguiente de esa discusión.

Así que no tenía nada que ver con ese tipo. Estaba casi segura de eso.

Tomó asiento en el sofá y sacó su celular sin más. Miró su lista de contactos con nombres aleatorios (falsos en su mayoría), se detuvo un momento para pensarlo mejor. Ella sabía lo que significaba pedirle algo a esa chica, y claro, en su mente esa no era la único opción, ella iría por más, pero necesitaba una distracción antes de hacer eso.

Había un enorme problema en hacer esa llamada; esa chica también conocía a cierta persona y no dudaría en cambiar información sobre ella por dinero. Winter lo sabía, pero ¿qué opción tenía?

Debía proteger a Karina. ¡Ella lo prometió!

—No importa.

Marcó sin más. La llamada fue respondida de inmediato con una leve risa de fondo.— Kim MinJeong, ¿no ibas a dejar esto?

—No te incumbe.— Cortó.— Necesito que me ayudes a investigar a alguien.

—Yo no hago caridad, si sabes a qué me refiero.— Minjeong suspiró contra la bocina y asintió como si pudiera verla.— Sabes en dónde, y es el triple de la vez pasada. Sabes CÓMO hacerlo.— Remarcó la palabra “cómo”, ambas sabían sobre la situación qué tendrían si hacían movimientos grandes de dinero sin cuidado.

—Lo sé, Yun. Lo sé.— Masculló. Escuchó un gruñido y sonrió; la chica había mencionado que su nombre real debía ser privado en llamadas. Por mera seguridad, aunque las llamadas ya contarán con un cifrado y con la VPN activada solo por si acaso.

Colgó en lo que veía el número de cuenta en un papel dentro de su mochila. Eran al menos seis cuentas diferentes. Era un poco sorprendente cómo Jimin no había visto aún nada de eso, pero quizá MinJeong la estaba volviendo a subestimar. Y no debería hacerlo.

Le ha ocultado tantas cosas, como estar trabajando vagamente usando su laptop a escondidas, aprovechando que está lo suficientemente cansada para sospechar algo o siquiera discutir al respecto. De todos modos, parece que SeungWan ha hecho que las cosas funcionen de ese modo, y también que no diga nada ha ayudado mucho (cosa de Taeyeon).

Ha estado escribiendo algo, solo en caso de arruinarlo lo suficiente como para que la descubran. Sabe que no tiene más cartas después de todo, es su última oportunidad con Jimin. Lo sabe.

Y secretamente le aterra no estar avanzando como esperaba…

Hizo los movimientos con cuidado prometiendo pagar lo demás luego o sería un lío explicarlo.

Dos horas y encontró un archivo encriptado en un mensaje de texto. Arqueó la ceja mientras lo leía. Leyó cada palabra meticulosamente; eso era un gran fraude fiscal. Una llamada al fisco y podría ser condenado, pero ¿dónde quedaba la diversión en todo eso?

Necesitaba más.

Winter quería más.

Miró a una esquina de la habitación, frunció su ceño por unos segundos, luego de asimilarlo simplemente sonrió y regresó su vista a sus manos entrelazadas, su celular a un lado sobre el sofá con el mensaje abierto.

—Creo que podría tropezarse de camino al trabajo.— Habló en voz alta.— ¿Tal vez eso? —Preguntó en el aire. Por supuesto nadie respondió.

Negó mirando sus manos.— Le prometí que no haría eso.— Siguió viendo sus manos.— Ella no sabe que lo prometí, pero lo hice.

Suspiró.— Sólo está vez, Jimin.

Después de todo, ella siempre buscaría más.

Y Jimin lo sabía, pero quería no hacerlo.

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Toda mi semana fue una M, pero iré a ver a Twice, que ya lo compensa.

¿Escucharon el ost de Karina?
¿La canción de Winter?

Si piensan que aún no avanzan, están por dar un gran salto en eso.

Gracias por leer 🤝

Psycho || WinRina G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora