Psycho || WinRina G!P

[39]

|Jimin, 20 años.|

Jimin estaba en su habitación y escuchó unos ruidos extraños en la parte del jardín que daba con su cuarto.
Puso pausa a su música y abrió la ventana con miedo, notó una figura desde abajo, no tuvo que pensarlo mucho, ya sabía quién era.
Sintió los latidos de su corazón ensordecer su cabeza, ¿por qué Win estaba ahí? El cómo entró era lo de menos, Karina le había enseñado cómo entrar a escondidas.

Se aseguró de que sus padres durmieran y bajó hasta llegar al jardín, Winter estaba de espaldas a ella, se volteó justo al escuchar a Karina abrir la puerta hacia el jardín.

—¿Winter?

La castaña no se volteó.

Por la poca iluminación, Karina apenas logró observar sangre cayendo de su puño, tragó saliva nerviosa, ¿era buena idea hablarle?

—Mindonggie...

Winter suspiró, no quería que su amor la viera con sus manos así, pero lo había hecho, ahora tendría que explicarlo. —¿Qué sucede? —Finalmente volteó.

Tenía el labio hinchado y pequeñas marcas en sus brazos descubiertos.

—¿Qué hiciste...? —Preguntó tentativamente. Temía lo peor y no quería eso.

—Fue su culpa.

Karina parpadeó desconcertada, ¿de qué hablaba?

—Él sólo... sabes, él era una mierda, no fue mi culpa, yo solo, eh...— estaba tratando de explicarse, más no podía hacerlo. Mordió su labio concentrándose en ese dolor.

—N-no hagas eso, tu labio...

Jimin que mantenía su distancia de ella, fue por ella y sostuvo su rostro con ambas manos, MinJeong no parecía estar en sí, como si se acabara de enterar de lo que hizo porque al hacerlo no era ella; eso asumió Jimin.
Los ojos de Winter la miraban directamente y Karina desde que la conoce ha tenido una debilidad por ellos. La abrazó en un intento de tranquilizarla y de paso a ella misma.

—No te preocupes, podemos hablarlo cuando sientas que puedes — se forzó a decir—. Estoy aquí para ti.

Kim que mantenía una postura tensa, fue lentamente tranquilizandose mientras subía sus brazos para rodear a Yoo, se aferró a la mayor y hundió su cara en su pecho, aspirando el olor de ésta.

—Tengo miedo — confesó entre los brazos de su amante—. Creo que sigue con vida. Me dejé llevar, y yo solo lo golpeé— apartó su rostro del pecho de su chica y la miró—. Casi mato a mi padre, lo odio tanto.

Jimin que estaba ansiosa por los comentarios anteriores, se sintió realmente mal por Minjeong.

—E-está bien, ¿sí? Podemos, eh...— repasó cada palabra existente en el diccionario, pero ninguna era adecuada para la situación— todo estará bien, estoy aquí para ti. Siempre lo estaré.

Minjeong asintió y volvió a hundirse en el pecho de Jimin. Era algo difícil de entender o siquiera explicar, siempre se sentía como si alguien más estuviera haciendo todo eso, aunque muy en el fondo la respuesta cruel era que siempre era ella, no había nadie más, era esa parte de ella que trata de controlar y que sólo cuando está con Jimin desaparece.

—T-te amo, por favor no me dejes...

—Minjeong— Jimin la apartó y la hizo mirarla a los ojos, su mirada era seria—. Quiero vivir mi futuro junto a ti, no quiero huir, y si algún día sucede, por cualquiera que sea la razón, sé que si te vuelvo a ver seguiré amándote, seguiré intentándolo por nosotras. Porque estoy tan unida a ti como tú a mí. Así que, cierra la boca y no vuelvas a creer que haré algo así, estoy aquí para ti, por siempre.

—¿Por siempre?

Jimin asintió —. Sí, por siempre.

...

|Actualidad.|

—¡Karina!

Winter miró asustada a su alrededor. Pasaron unos segundos en silencio y la vio entrando a escondidas en la habitación, o al menos trató de hacerlo hasta que vio a Winter sentada mirándola, claramente confusa. 

—Eh... ¿qué haces? — Maldijo en su cabeza, creyó que había escuchado mal, pero ahí estaba Minjeong sentada con la respiración agitada.

—No. ¿Tú qué haces? — Atacó. Miró a Karina esconder su celular detrás de ella, sus ojos subieron rápidamente para ver su rostro — No voy a preguntar, está bien. Pero no quieras respuestas luego.

Se volvió a acostar luego de responderle, no quería enojarse en plena madrugada.

—E-espera, primero, ¿estás bien? Estabas gritando.

—Yoo Jimin, he dicho que no responderé, sólo olvídalo.

—¿Me dijiste mi nombre completo? — Karina estaba ofendida, ni siquiera trató de ocultarlo — Ugh, como sea.

Se acostó molesta en la cama, y para recalcarlo le quitó la sábana a Minjeong y se giró de espaldas.

Winter farfulló molesta, se pegó a la espalda de Karina y con su brazo la pegó a ella —. Ni trates de quitarte, no prometo ser tan amable.

Solían discutir mucho durante su relación, ahora no era diferente, pero Winter siempre sabía cómo hacer que Karina se calmara. Y esta vez, ella no trató de alejarla, no se quejó, incluso se pegó más y puso su mano encima del brazo de Winter.

Cuando sintió a Karina tranquila, se apartó y a hurtadillas tomó su teléfono. Por supuesto no iba a quedarse con la duda, no fue difícil ver qué ocultaba.

Registro de llamadas.

La idiota de Aeri (1:17 a.m.)

Apretó el teléfono en su mano, al punto en que sintió que si seguía iba a romper la pantalla. ¿Otra vez Uchinaga? 

Iba a tener otra buena conversación al respecto con ella.

—No, no — miró a Jimin durmiendo—, se lo prometí.

¿Pero no había roto ya esa promesa hace tiempo?

Pese a eso, memorizó el número y fue a la habitación de Haewon, en donde ocultaba su celular, y lo anotó sólo por si acaso.

Miró a su hija durmiendo, exactamente como Jimin; como si hubieran caído de un noveno piso, una posición tan incómoda como la mierda.

Se acercó y trató de acomodarla mejor, cuando lo logró se fue. Se detuvo en la puerta de la habitación de Jimin.

—¿Por qué hice eso? —Musitó y miró la habitación de Haewon — No, no, es sólo por Jimin, esto no... — golpeó suave su frente contra la puerta— no importa.

La situación con esa niña la estaba confundiendo, la razón de que haya fingido interés era para volver a acercarse a Jimin. Sin embargo, ahora mismo, no estaba segura de si estaba fingiendo o desde cuándo dejó de hacerlo. 

Abrió la puerta viendo a Jimin aún durmiendo, exactamente como Haewon hace un momento, ¿por qué dormía tan mal? Ni siquiera recuerda cómo ha estado aguantando sus patadas todos estos años, cosas de amarla.

Se acostó de nuevo como estaban y besó su cuello.

—¿Dónde estabas...?

—Baño, pero estoy de vuelta.

Jimin guardó silencio, estaba medio dormida aún, luego murmuró —. Sí, lo estás.

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Subiré dos porque es diciembre, y lo prometí (ajá), pero los otros 7 serán luego del martes.

Gracias por leer 🤝