Don't Leave Me: KNJ x MYG ✍️

Namjoon: Paso a paso

Era anormal para mí el cambio de comportamiento de Yoongi conmigo, en un principio me alejaba, me ocultaba casi todo de sí, no hacía un gran esfuerzo por querer verme y hasta llegué a pensar que lo mejor sería irme.

Ahora, era todo lo opuesto, siempre me quería cerca, no había ni un día en que no me llamaba o me mandaba un mensaje preguntándome cómo estaba, y me preguntaba todos los días si tenía un rato libre para estar conmigo, así fuera para estar en la sala de la casa de alguno de los dos viendo alguna serie.

No tenía problema cuando me agarraba la mano repentinamente o recostaba su cabeza en mi hombro, me generaba un sentimiento agradable que lo primero que hiciera al verme era darme un abrazo, adoraba que él se sintiera con la confianza suficiente para hacer todo eso por decisión propia, aunque yo no quería interrogarlo demasiado sobre el porqué de todas sus muestras de afecto cuando sólo éramos amigos, porque no me disgustaba que mi corazón empezara a latir rápidamente y sonreía tan pronto cuando veía una notificación suya en la pantalla de mi celular.

Lo que me tenía preocupado era que constantemente me preguntaba si no era una molestia para mí, al preguntarme si tenía planes se desanimaba rápidamente y me decía que estaba bien si le cancelaba porque alguien más quería pasar tiempo conmigo después de haberle dicho que sí en un principio.

Era como si quisiera hacer todo lo posible por mantenerme con él, aun a costa de su propio bienestar, a veces me decía que podría cambiar cualquier cosa de sí para hacerme feliz, tal vez eso fue lo que terminó derramando el vaso para mí.

Al final, decidí hablarle de ello, porque había llegado a mi límite al saber que podía tener ataques de ansiedad sólo porque yo llegaba un poco tarde o no respondía. Lo hice un sábado en el que estaba en su casa alrededor de las nueve de la noche estando en su cama, luego de haber terminado de jugar cartas.

—¿Puedo decirte algo serio? —le pregunté con curiosidad, tomando su mano.

—¿De qué trata? —respondió preocupado. Su respiración se tornó pesada, apartó la mirada de mis ojos e intentó alejarse, pero yo lo impedí, y lo acerqué más a mí.

—De esto. ¿Por qué te sientes tan ansioso conmigo? —Tomé su rostro entre mis manos para levantar su mirada, acariciando sus mejillas para demostrarle que no quería ser una amenaza para él.

—Estoy bien.

—Ya sé que mientes, sólo dime la verdad. Estoy preocupado por ti.

—Tengo miedo de que te alejes de mí —Yoongi suspiró.

—¿Alguna vez he demostrado que quiero hacerlo?

—No, pero… es inevitable que me sienta así. No es tu culpa, es sólo mía. Creo que te necesito para no sentirme tan miserable, contigo el dolor amaina y soy feliz, es por eso que hago todo lo posible para no incomodarte.

—No me voy a ir a ningún lado, Yoongi, nunca más. Sé que lo hice una vez, pero me di cuenta de que no tiene sentido ir en contra de lo que realmente quiero. Te prometo que no me iré de tu lado, sin importar cuán difícil se ponga, no me volveré a ir, eso es lo último que quiero.

—¿Lo prometes…? —al igual que en sus palabras, en sus ojos había sorpresa.

—Lo juro con mi vida. Nunca, jamás, mientras viva, te voy a dejar ir de nuevo —lo dije con toda la seriedad que requería el momento, intentando que entendiera que lo decía muy en serio. Al terminar de hablar, dejé un beso en su frente y lo abracé.

—Bien —respondió avergonzado.

—Habiendo aclarado que no me voy a ir, quiero que entiendas que no está bien poner las necesidades de alguien más por encima de ti. Te lo dije en el pasado, y te lo digo ahora: tú eres el único que puede cuidar de ti mismo de la mejor manera, nadie te puede hacer feliz. Al final del día, lo único que verdaderamente necesitas es a ti mismo, es mejor tener a tu mente de amiga que de enemiga, creo que ya te has dado cuenta de ello.