Yoongi: Consuelo

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Desde que le dije a Namjoon que tenía problemas para dormir y comer, él se volvió más pendiente de mí, me preguntaba a diario cómo me sentía, si me había llegado a desmayar, qué había comido, y cuando tenía alguna cena corporativa me preguntaba si quería que fuera a mi casa para hacerme compañía.

Cada vez que salíamos, a él se le antojaba comer algo, por muy pequeño que fuera, me ofrecía de lo que sea que estuviera comiendo, así fuera para probarlo únicamente y preguntarme si me gustaba o quería más.

Poco a poco, las voces en mi cabeza que me decían que debería alejarlo de mí porque estaba cometiendo un error se fueron callando. Me sentía en paz y feliz a su lado, tanto, que lo primero que hacía al verlo era abrazarlo, me había acostumbrado a estar cerca de él y sentir la calidez de su cuerpo, al igual que el olor de su perfume.

Cuando estábamos en la casa de alguno de los dos les pedía a mis guardaespaldas que se fueran, en realidad no tenían ningún trabajo que hacer cuando Namjoon estaba conmigo. Incluso cuando salía con él no los necesitaba, me sentía a salvo cuando lo tenía a mi lado, aun si estábamos en la calle.

Un viernes, decidimos que yo intentaría comer una comida normal, al principio yo estaba dudoso, pero Namjoon logró sacarme de mis inseguridades cuando me visitó a la oficina. Se sentó a mi lado, tomamos té y charlamos por un rato antes de hacerme la invitación:

—Mira, no has comido ni una sola comida decente en toda la semana. No te voy a obligar a comer ni nada por el estilo, sólo acompáñame, pide algo que realmente sea de tu agrado e intenta comer. Si en algún momento te sientes mal, o ya no puedes seguir comiendo, déjalo y yo me lo llevo para cenar. ¿Qué tal? Podemos ir al restaurante que tú quieras, en el que te sientas más cómodo, o cocinamos en mi casa, como tú quieras. Puedes ayudarme a cocinar si gustas.

Yo suspiré, aunque su voz era tranquila y para nada insistente, pero yo no estaba convencido de poder hacerlo. Para mí, ya era un gran progreso comer un poco de lo que sea que él pidiera, y ahora resulta que debería pedir una comida entera por mi cuenta… y decidir cuándo parar de comer.

—Creo que… me sentiría más cómodo en tu casa. Solo tú y yo.

—Está bien. ¿Mañana, entonces?

—Sí, mañana estaría bien.

—Alrededor de las once estaría pasando por ti. Tienes que decirme qué quieres exactamente y acompañarme a comprar las cosas.

—Ah… bien—suspiré—. No puedo creer que me hagas hacer esto.

—Sólo será un intento. —Namjoon me sonrió, me rodeó con sus brazos y dejó un beso en mi frente, lo que hizo que mis mejillas se sonrojaran y me sintiera avergonzado.

—¿Qué estás haciendo…? —reí bajo.

—Demostrándote lo mucho que te quiero.

—Tú… no tienes remedio.

—Y no quiero tenerlo. Me gusta hacerte saber cuánto te quiero.

—Yo también te quiero, Namjoon.

—Lo sé, yo también me quiero.

Sonreí ante su respuesta, aunque era estúpida, me hacía sentir feliz por él, me alegraba que al menos uno de los dos fuera feliz. En aquel momento recordé por qué me había enamorado de él en primer lugar, siempre fue él quien estuvo para mí, quien me demostró lo mucho que me quería, sin importar si fuéramos amigos o novios, él siempre procuraba hacerme saber lo mucho que me apreciaba, y yo adoraba eso de él.

El sábado, fue una tarea difícil buscar una comida que realmente quería comer, y lo hice teniendo a Namjoon al lado, dándome ánimos para elegir una sola comida. Íbamos descartando opciones, mientras él me preguntaba por el sabor y la textura de lo que estaba pensando en comer. Después de una hora, fuimos al supermercado, compramos las cosas, y volvimos a casa para hacer la comida en medio de una conversación.

Don't Leave Me: KNJ x MYG ✍️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora