Prólogo

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2014

Estaba acostada en la cama de mi mejor amigo viendo una serie mientras el redecoraba su cuarto.

–Ame, ayuda.– oí que dijo.

–¿Qué pasó?– pregunté poniéndole pausa a la televisión y sentándome para poder verlo.

–No se cómo acomodar eso, ahí.– dijo Pato señalando una repisa.

–...Pues, podemos aprovechar que esto está en cajas y apilarlo para que ocupe menos espacio.– dije parándome e intentado acomodar las cajas.

–Duende.– dijo el castaño quitándome las cajas al ver que no alcanzaba la repisa.

–No es mi culpa que tú seas una pinche jirafa.– dije rodando los ojos y volviendo a sentarme en la cama, su cercanía me habría matado de los nervios si no me quitaba.

–No,mi estatura es promedió...la tuya es como la de un duende.– dijo sin verme mientras acomodaba las cosas.

–Te odio cuacksito.– dije volviendo a ver la tele.

–Me amas y no me llames cuacksito.– dijo Pato.

–Si porque eres el patito cuack cuack.– dije arrugando la nariz.

Conocí a Pato cuando íbamos en segundo de secundaria, le gustaba mi mejor amiga y me había pedido consejos para hablarle, aunque un año después ya ni siquiera le hablábamos a ella. Ahora mismo estudiábamos en escuelas distintas y Pato se la pasaba en campeonatos o entrenando, así que aprovechamos lo más posible nuestros tiempos libres para vernos, me sonaba irreal la cantidad de tiempo que llevábamos siendo amigos a mí me había gustado Pato desde que empecé a conocerlo mejor y de hecho todos decían que seríamos una bonita pareja, pero yo sabía que no le gustaba así que no le decía nada.

2016

–De verdad no entiendo porque te cae mal, no tienes motivos...NI LO CONOCES!– dije rodando los ojos.

Pato había regresado de un campeonato y como sorpresa fue a mi prepa a recogerme, pero yo estaba hablando con mi...ligue? Creo que eso somos, pero ese no es el punto. Pato sabía todo lo que había pasado con el y siempre que le hablaba de el rodaba los ojos o hablaba mal de el.

–No necesito conocerlo, es malo contigo y por eso no me cae bien.– dijo Pato con la vista en el camino.

–No es malo conmigo... Y no se de donde sacas eso, ni siquiera estás aquí como para darte cuenta de si lo hace.– en cuanto esas palabras salieron de mi boca me dí cuenta de mi error.

–No...yo- Pato- – la había cagado y no sabía que decirle.

–Se que te trata mal porque cuando hacemos llamada te quejas de el y te vez triste, se que no nos vemos tanto como antes...pero eso no cambia que te conozca.– dijo viéndome después de haber estacionado el auto afuera de mí casa.

–Lo siento, se que solo te preocupas por mí.– dije sonriendo.

–Aparte...de que es un idiota Y ESTA FEO! No es como si yo fuera el más guapo del universo, pero hay niveles Amelia.– dijo O'Ward viéndome con el seño fruncido.

Solté una carcajada y le pegue en el hombro, siempre hacía eso desde que nos empezamos a llevar, cualquier chico que considerada atractivo le repugnaba.

–Oh claro, entonces me vas a decir que todos los chicos que me han gustado son feos...muy lógico.– dije volteando los ojos mientras me bajaba del carro con una sonrisa.

–No es mi culpa que tengas mal gusto.– dijo Pato bajándose también.

–Si serás...– dije viéndolo con los ojos entrecerrados.

Entramos a mi casa y dejé mi mochila a lado de la puerta.

–¡Ma! ¡Ya llegué y traigo a Pato!– grité desde la sala de estar.

–¡Hola!– gritó Pato sentándose a mi lado.

–Par de chamacos, los escuché desde que estaban afuera, no tienen que gritar.– dijo mi mamá pasando por atrás del sillón y pegándome con un trapo seco.

–¡Ay!– exclamé intentando esquivarlo.

Mi familia y la de Pato eran muy cercanas, básicamente éramos solo una familia muy grande, así que Pato entraba en todas las tradiciones de mi familia. Mi mamá ya estaba por pegarle a Pato también pero el si llego a esquivarlo, reflejos de piloto, asumo.

–Ay no.– dijo Pato asustado.

–No mames ya cagaste.– dije abriendo los ojos demasiado.

–Lenguaje.– me regañó mi mamá viéndome de reojo y pegándome con otra vez.

Pato soltó una carcajada y ambos nos empezamos a reír, de qué? Ni idea pero era lo más gracioso que nos había pasado.

–Ay dios comparten una neurona y se fue de vacaciones...me alegra que estén juntos de nuevo.– dijo mi mamá saliendo de la sala.

2018

–¡Es un idiota!¡Lo odio!– dije entrando al cuarto de Pato aventando mi bolsa al suelo.

–¿Qué pasó? Creí que se iban a ver en el parque.– dijo Pato parándose preocupado.

–¡Y lo hicimos! ¡Pero el- el...terminó conmigo.– mi voz se quebró al decir lo último.

–Ame...– dijo el castaño abrazándome.

–Íbamos bien, pensé que íbamos bien...– dije llorando, odiaba llorar enfrente de las personas.

–Tu misma lo dijiste Ame es un idiota, no puedes esperar tanto de el...pero vas a estar bien.– dijo intentando reconfortarme.

–Solo dílo, se que quieres hacer.– dije despegandome.

–...Te lo dije.– dijo después de unos minutos dónde se quedó callado.

–Lo se.– dije riéndo mientras me secaba las lágrimas con el dorso de mi mano.

–Es que si estás bien pendeja, yo te dije que no iba a salir bien, que era un idiota, ah pero ahí vas de estúpida a encularte más.– dijo regañándome.

–Si quieres podemos ir a pegarle, yo le pegó primero para que no te pueda pegar y ya después lo pateas.– dijo Pato sonriendo.

Por lo menos me había hecho reír después de haberme regañado.

2020

Desde que Pato había regresado a Indy Car había perdido todo el contacto con el, ni siquiera sabía porque, no sabía si había hecho algo malo o dicho algo, solo dejo de contestar mis mensajes y llamadas, luego me dejó de seguir en Instagram y ahora ya solo era un extraño, sabía que no había cambiado su número ni nada por el estilo y que ni siquiera le había dicho a su familia ya que siempre que me los encontraba me decían que cuando volviera nos reuniéramos todos.

Me alegraba por el, el ver cómo le iba y todo eso, o por lo menos ahora, al inicio me dolió mucho el haberlo perdido de la nada, lo extrañaba la mayoría de las veces. Sobre todo cuando vino a visitar su familia, pasó a lado mío y ni siquiera me volteo a ver, como si no hubiéramos compartido casi seis años de nuestras vidas.

As It Was || Pato O'Ward Donde viven las historias. Descúbrelo ahora