Epílogo II

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Estaba nerviosa, demasiado si soy honesta, hoy era mi boda por la iglesia, la boda por el civil iba a ser un mes después y bastante pequeña ya que solo estarían nuestras familias, pero ahora era una boda grande, todo lo que escogimos había sido como lo soñaba de pequeña, todo estaba perfecto, mi vestido era precioso, era un vestido corte princesa con las mangas caídas, el velo era simple pero muy largo, había decidido poner mi cabello en una clase de "moño" dejando algunos mechones sueltos, me ví en el espejo de nuevo, me veía linda, me sentía la mujer más linda en el planeta y por más que lo intentaba no podía estar sería.

–¿Estás lista?– preguntó mi hermana asomando su cabeza.

–Sip.– dije viéndome un espejo una última vez antes de irnos.

Había ido una limosina a recogerme ya que había decidido arreglarme en mi casa, Pato ya había llegado a la iglesia, según informaba Elba, estaban nuestras personas más cercanas paradas afuera de la iglesia esperando por mí, mi sonrisa se amplio cuando ví a Pato parado en su traje, siempre se veía bien pero está vez, se veía como un sueño. Mi papá me abrió la puerta y en lo que bajaba del carro pude ver cómo Pato se iba corriendo, fruncí el ceño preocupada al ver cómo desaparecía, y si se había arrepentido?

–¿A dónde va?– le pregunté a Arthur que estaba a mi lado, sentía mi corazón encogerse de la preocupación.

–No tengo idea, voy a ver.– dijo mi mejor amigo antes de irse corriendo por dónde fue Pato.

Voltee a ver a mis padres y lo padres de Pato esperando que ellos tuvieran una explicación pero estaban igual que yo.

...

Pato

Me moría de miedo, quería que todo saliera perfecto para que Ame tuviera la boda que merecía, estaba caminando de un lado a otro intentando mantener la cordura cuando ví la limosina blanca que habíamos rentado deteniéndose frente a la iglesia, en cuanto ví a Ame salir de la limosina mi corazón se detuvo, se veía absolutamente preciosa, sentí como me faltaba el aire y salí corriendo hacia la iglesia, necesitaba alejarme un poco de los demás, en cuanto estaba dentro sentí como unas lágrimas se escapaban de mis ojos.

–Hey, qué pasó?– preguntó Arthur entrando.

–Esta hermosa, está tan preciosa y se ve como una princesa...pero mierda, no se si yo estoy a su altura.– dije intentando secar mis lágrimas, no me gustaba llorar, menos cuando las personas me podían ver.

–Si, está muy linda, pero se que estás a su altura y eres lo que ella quiere, porque ahora mismo está allá afuera sintiendo su corazón encogerse de preocupación porque su novio desapareció. Es muy tarde para que tengas dudas, porque ella es la mejor persona que vas a encontrar en tu vida y tu eres lo mejor del mundo para ella.– dijo el monegasco.

Asentí sabiendo que tenía razón y después de eso salimos de nuevo, Ame seguía ahí parada, se veía que estaba preocupada y en cuanto volteo a verme, sus ojos brillaron, jamás pensé que los ojos de alguien se iluminarian al verme, definitivamente era mi sensación favorita, ser amado por ella y amarla de regreso.

Me acerque a ella sintiéndome como un niño chiquito acercándose a la que le gustaba, me moría de nervios pero a la vez me sentía muy emocionado.

–Hola.– dije sonriendo pasando las manos por el costado del pantalón de mi traje en un intento de controlar los nervios.

–Hola.– dijo Ame con una sonrisa, esa clase de sonrisa que me encantaba ver todos los días.

As It Was || Pato O'Ward Donde viven las historias. Descúbrelo ahora