Capítulo 9 prt.2

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Estaba en la cocina preparando mi desayuno cuando alguien tocó la puerta.

–¿Es usted la señorita Amelia?– preguntó un repartidor cuando abrí.

–Si, qué pasó?– pregunté confundida.

–Se las manda Pato.– dijo entregándome un ramo de margaritas.

–Gracias.– dije sonriendo mientras tomaba el ramo.

El repartidor se fue dejándome en shock al ver el ramo, era precioso, tenía toda clase de colores y el hecho de que Pato fuera el que lo mandaba hacia que mi estómago se revolviera. Abrí la tarjeta que venía con ellas y decía que iba a pasar por mi a las ocho y que ni todas las flores del mundo serían suficientes para demostrar cuánto me ama. Rodé los ojos ante la cursilería pero dentro de mí estaba gritando de emoción.

Seguí con mi día normal...o algo así, en realidad me la pasé pensando en como iba a estar mi cita y en qué no podía esperar para que ya dieran las ocho, por ahí de las seis y media me empecé a arreglar, mentiría si no dijera que estaba nerviosa, estaba bailando alrededor de mi cuarto con música de Shawn Mendes de fondo, me sentía como una adolescente tonta otra vez, pero había algo que me hacía sentir más feliz de lo habitual, probablemente era la sensación de cariño, nunca nadie hacía esas cosas por mi, ya no se acostumbran tanto como deberían.

Seguía bailando mientras me veía en el espejo, mi maquillaje estaba bien, mi vestido igual, y yo me sentía absolutamente preciosa, me merezco ser amada y que me den flores, todo eso me lo merezco. Tocaron el timbre y enseguida supe que era Pato, me ví en el espejo una vez más y abrí la puerta.

–Hola.– dije sonriendo.

–Hola.– dijo Pato con otro ramo de flores en las manos.

–Yo...te traje estás flores.– dijo regresando a la realidad, extendiendo el ramo hacia mi con una sonrisa.

–Gracias, pero no era necesario.– dije embobada al verlo tan guapo, parado enfrente de mi con un ramo de flores, apunto de llevarme a una cita.

–Si que lo era, tú mereces esto y más.– dijo el castaño.

Dejé las flores en una jarra con agua y nos dirigimos a nuestra cita, Pato me guío al carro y me abrió la puerta antes de que yo pudiera, y por primera vez, me dejé querer.

–Si sigues dándome tantas flores ya no tendré dónde ponerlas ni en que.– dije sonriendo mientras lo veía.

–Pues te compraré más floreros, además, es para que nunca tengas flores marchitas en tu casa.– dijo guiñandome el ojo.

–Mmm...a dónde me vas a llevar?– pregunté con curiosidad.

–Planeaba llevarte a un lugar algo lejos del centro de la ciudad, pero me dí cuenta que nunca te llevé a un restaurante lujoso, y se que a ti no te encanta que gaste dinero en ti. Pero te lo mereces y será una linda experiencia, después planeaba ir a pasear por Londres, lo cual fue algo complicado de planear, ya que conoces la ciudad mejor que yo, pero tengo mis contactos.– dijo el castaño sonriendo.

–Wow, de verdad planteaste todo.– dije sorprendida, jamás pensé que alguien planetaria tanto solo por mi.

–Pues claro, quiero que está noche sea especial.–

As It Was || Pato O'Ward Donde viven las historias. Descúbrelo ahora