Extra

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El catorce de febrero era una fecha complicada para mi y Pato, el amaba el día y a mi no me encantaba, claro que estando a su lado aprendí a querer y apreciar más la fecha, el iba borrando todos esos malos recuerdos y llenando los huecos con recuerdos felices, con su toque curaba cada una de mis heridas. Se nos hacía tradición el salir a restaurantes y hacer citas o viajes para la fecha, pero este año no podíamos, veo mi vientre abultado por nuestra hija de 6 meses y sonrío ante la idea de mi familia. Me desanimaba el no poder celebrar como acostumbrábamos pero a la vez me dejaba un sentimiento llenador el porque, no sabía que estaba planeando Pato, él solo me había dicho que me pusiera un vestido y me arreglara un poco, y al tener completa confianza en él ni siquiera lo cuestione.

–Te ves preciosa.– dijo abrazándome por la espalda y cargando mi panza aliviando mi espalda.

–Parece que tengo un balón en la panza...– dije con una mueca.

–Las más preciosas.– Cada vez que yo hacía algún comentario sobre mi peso él los ignoraba o decía cumplidos para hacerme sentir mejor, era una de sus formas de darme apoyo.

Me subí al carro dejando que el subiera unas cosas sin que yo viera, cuando se subió del lado del piloto me pasó su teléfono para poner música, en automático puse la playlist que habíamos empezado a crear hace años y Antología de Shakira empezó a sonar. La empecé a cantar mientras veía hacia afuera del carro, Pato agarraba mi mano convirtiéndose en el cable que me conectaba a la tierra y me brindaba cordura, manejamos al rededor de cuarenta y cinco minutos antes de llegar a una playa, él me abrió la puerta y me ayudó a bajar como siempre, bajó una mochila y una hielera pequeña y empezamos a caminar, era una playa virgen y se encontraba prácticamente vacía por lo que no nos preocupamos por fanáticos, nos adentramos unos metros a la playa y nos sentamos, tenía mi cabeza recargada en sus piernas cerrando los ojos para sentir el momento, la brisa del mar pegando en mi cara, el sonido de las olas, el suave tacto de Pato.

–No quería pasar por alto la fecha.– dijo llamando mi atención, voltee a verlo con una pequeña sonrisa.

–Lo agradezco, no sabes cuánto.– dije sonriendo para darle un pequeño beso.

Estuvimos unas dos horas ahí sentados platicando y comiendo la comida que había llevado Pato, después decidimos dejar las cosas en el carro y caminar por la playa, sentía la arena en mis pies mientras caminaba a lado de la única persona con la que me hubiera imaginado esta escena. Contábamos anécdotas de cómo habíamos pasado antes estás fechas y recordábamos nuestra historia con nostalgia y alegría.

En algún momento Pato se detuvo por completo, voltee a verlo confundida al ver que no avanzaba y me soltaba la mano.

–¿Qué pas-– antes de poder terminar mi oración ya estaba gritando, me había cargado al estilo nupcial y estaba corriendo hacia el mar.

–¡No mames, Pato no!¡No traigo cambio de ropa!– gritaba aferrándome a su cuello, sabía que no me iba a dejar caer pero necesitaba estabilidad.

–Cállate y vive un poco.– dijo riendo antes de sumergirnos por completo.

Salgo del agua tomando una bocanada de aire al estar desprevenida y en cuanto recupero el aire le pego.

–Eres un idiota ahora estoy empapada.– dije frunciendo el ceño.

–Soy tu idiota.– corrigió con una sonrisa agarrándome de las caderas y acercándome a él.

–Mmm...no es justo.– dije volteando a otro lado evitando verlo.

–Ah, no me vas a dar un beso?– preguntó Pato buscando mi mirada.

–No.– seguía viendo hacia cualquier lado menos a él.

–Vamos, no seas así, por lo menos uno chiquito.– dijo sonriendo.

Seguía evitando su mirada hasta que me agarró la cara e hizo que lo volteara a ver, me dió un piquito antes de volver a alejar su cara.

–¿Ves que no era tan difícil?– dijo el castaño con una sonrisa.

–No es justo, me lo robaste, devuélvemelo.– dije sonriendo arrugando la nariz.

–No...ahora ya no tengo ganas.– dijo Pato haciéndose el desentendido y alejándose soltando mis caderas.

–Mmm...– me acerque rápidamente y le robe un beso.

–Ahora estamos a mano.– dijo sonriendo recargando mi barbilla en su pecho.

El sonrió y agarró mi mentón con delicadeza para acercarme a él y darme un beso al que no tarde a corresponder, pase mis brazos por encima de sus hombros y el no tardó en bajar sus manos a mi cintura, cuando terminó el beso siguió dejando pequeños besos en mis labios robando la misma cordura que me daba.

–Hay que irnos antes de que anochezca y haga frío.– dijo sonriendo.

Nos encaminamos de regreso al carro y cuando llegamos sacó unas toallas para nosotros, nos subimos y regresamos a casa, después de bañarnos y cenar viendo La boda de mi mejor amigo, nos fuimos a dormir.

–¿Sabes qué es raro?– preguntó una vez que ya estábamos acostados.

–¿Qué?– pregunté con curiosidad.

–Que a veces pienso que pudimos haber terminado como los de la película...pero agradezco que no haya sido así porque no me veo con nadie más.– dijo Pato viendo al techo, al estar acostada en su pecho solo tuve que mover un poco la cabeza para verlo.

–Tu hubieras sido Julia Roberts.– molesté con una sonrisa.

–¿Ah si?¿Y con quién te ibas a casar?¿Con Arthur?– preguntó alzando las cejas viéndome atentamente.

–Quien sabe, en esos momentos el no hubiera puesto resistencia.– creo que por más que pasara el tiempo siempre sería normal molestarnos.

–Mmm...perfecto, el desgraciado sigue siendo tema en esta casa.– dijo el piloto negando con la cabeza.

–Nah, solo tengo mente para ti, y para la bebé pero eso es obvio.– dije dándole un beso.

–Que bueno, así te quería, gobernada.– bromeó haciendo una cara.

–Gobernado tú.– dije riendo.

–Somos unos gobernados, dejémoslo así por la paz.– dijo Pato sonriendo dándome un beso.

Las cosas nunca volvieron a ser como lo eran, pero definitivamente no quería que lo hicieran, porque al final de todo, las lágrimas, los gritos y el enojo, todo valió la pena, porque de alguna manera rara, supimos enfrentar esos obstáculos y ahora estábamos acostados platicando esperando a nuestra primera hija.

Les quería hacer un especial en agradecimiento a las 100k lecturas, esta historia me marco mucho de alguna manera y fue un soporte por mucho tiempo y aunque actualmente ya no forma gran parte de mis pensamientos se sintió lindo volver a escribir de ella. Muchas gracias a todos los que han leído, votado y comentado, no saben lo que significa.

As It Was || Pato O'Ward Donde viven las historias. Descúbrelo ahora