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El amor de la infancia

Aurora sabía perfectamente cuáles eran los gustos del emperador Sovieshu, lo conocía mucho mejor que la emperatriz Navier misma

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Aurora sabía perfectamente cuáles eran los gustos del emperador Sovieshu, lo conocía mucho mejor que la emperatriz Navier misma. Ya que sabía que fue el primer amor de Sovieshu.

Tenía una ventaja clara, ahora tenía que hacer que Sovieshu la tomase como concubina, ¿pero cómo? Esa era la única cuestión. Además de que cuando la aceptara, su reputación quedará algo manchada por ostentar el título de "Concubina del emperador". Todas la mujeres que fueron concubinas de emperadores nunca fueron bien aceptadas en aquella sociedades, sí que había un antecedente de tener muchas concubinas los emperadores. Incluso consortes, las concubinas que engendraban los hijos bastardos del emperador. No le preocupaba mucho, Navier se encargaría de esos rumores. Ella sabía como apaciguar mejor a la nobleza que Aurora.

Eligió un vestido de un tono azul claro, uno de los colores favoritos del monarca y decidió ir a visitarlo a su oficina. Donde suponía que estaría trabajando.

—Díganle al emperador que deseo hable con él.—le dijo al guardia que estaba en la puerta de la oficina, el cual entró dentro y después de unos minutos salió. Con la aprobación para entrar.— Su majestad.—hizo una reverencia Aurora.

—Es bueno verte Aurora,   te ves bien con ese vestido.—comentó dejando la pluma.

—Se lo agradezco, querría preguntar si el emperador le agradaría dar un paseo por los jardines conmigo. El día de hoy es soleado y le vendría bien salir de su oficina de vez en cuando.

—Claro, aceptaré la oferta.

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Veía desde el balcón de sus aposentos a la pareja caminar por los jardines, realmente se había puesto a trabajar tan rápido. Si seguía así, su plan sería un éxito en nada. Navier realmente sabía que ellos dos estaban destinados a estar juntos, que eran los que realmente estaban enamorados. Pero no permanecieron juntos porque uno estaba ya comprometido, y la otra porque no renunciaría a su libertad y no tenía deseo de convertirse en la emperatriz del Imperio de Oriente.

—Realmente parece que el emperador es muy amigable con Lady Dagmar.—comentó la condesa Elisa.

—Claro, son amigos desde hace mucho.

—Cierto, su majestad, pero lucen muy cariñosos también. Se siente como la misma sensación de que el emperador estuviera con la concubina. Emperatriz, ¿no intervendrá en ello?—dijo esta vez Laura.

—La preocupación es innecesaria, prefiero que el emperador esté con quien estuvo destinado que con esa mujer esclava.

—¿Con quién estuvo destinado a estar?—musito Laura.

—Nunca se lo contó a nadie, nuestro matrimonio fue una de conveniencia. Él siempre la amo a ella.

Navier tenía conocimiento de cada una de las palabras que salía de su boca, estaba tan feliz por ellos dos. Y realmente esperaba que lo suyo funcionara, para que aquella otra mujer se fuera de una vez de palacio y dejara de manchar la reputación de la Casa Imperial

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Caminaron al lado uno del otro, sin nadie siguiéndolos como normalmente habría pero Sovieshu ordenó explícitamente que los dejaran solos. Llegados al momento, estuvieron hablando todo el rato sobre sus recuerdo conjunto. Algunas situaciones vergonzosas, como la vez que Sovieshu trepó a un árbol y se cayó porque la rama no aguantó su peso, o situaciones simplemente cómicas, como la vez que Navier y ella se compincharon a hacerle una broma divertida a Sovieshu. Solo digo que su cara quedó recubierta de tinta de escribir tras la inocente broma, aunque los tres fueron regañados por ellos. Inmortalizaron un momento increíble. También de la vez que ya habían crecido un poco más, y estaban de cacería o por lo menos, el padre de Sovieshu y los había traído a ellos.

—Fue un gran momento en el que Navi y yo hicimos que tu rostro quedase lleno de tinta.—se empezó a reír ella de solo recordarlo, al igual que él pero un poco avergonzado.

—No fue justo, me tenías en guardia baja con las galletas deliciosas que hiciste.

—Por supuesto, siempre caerás ante mi cocina.

—Nadie cocina los dulces mejor que tú, ni siquiera los cocineros expertos del palacio que comparan a ti.—hizo una pausa.—Nadie se compara a ti.

Ella no evitó sonrojarse ante ese comentario, giró su mirada al otro lado. Él dándose cuenta de lo que había dicho sin consciencia, se calló al instante. Desde ese momento notaban la tensión que había entre ellos, el silencio que ambos quería que el otro rompiese primero. O como les recordaba este momento, al momento del pasado en el que se dieron su primer beso.

Fue en una noche de luna llena, ambos habían salido a los jardines de noche para reunirse frente a un fuente. Que había en una zona no concurrida de los jardines y donde nadie los pillaría durante sus excursiones secretas. No sabían la razón de porque hicieron el siguiente paso en aquel instante, solo sabían que pasó y ninguno lo olvidaría. O se atrevería a hacerlo.

—Aquí es dónde pasó eso.—comentó él bucanero durante el paseo llegaron a esa misma parte.

—Así es.—respondió ella, mirando el agua de la fuente.—Las monedas que lanzamos los tres aquel día siguen ahí en el agua, es algo sorprendente.

—Cierto, no me percaté de aquello.

—¿Cuál fue el deseo que pediste ese día?—preguntó el murándolo.

El no respondió por unos largos minutos, solo pensó "¿Como le digo que desee permanecer a su lado para el resto de mi vida y ser su esposo y amante? Dios, Sovieshu, piensa más. La última vez que intentaste algo por tus impulsos, salió huyendo. Contrólate."

—Si lo decimos, ese deseos se desharán o no se cumplirán.

—No seas aguafiestas, yo te puedo decir el mío si quieres a cambio del tuyo. Yo no sé lo contaré a nadie, ¿y tú?

Ella lo miró con esos preciosos ojos de un color azul claro, que combinaban a la perfección con su cabellera de hilos dorados pero suaves como la seda. Sintió como su corazón empezaba a acelerar, o el tiempo empezaba a pasar más lento de lo normal.

—¿Estás bien, mi emperador?

—Si, estoy perfectamente.—comentó volviendo a al realidad.—Dime el tuyo primero.

—Desee ser libre.

—Desee ser libre

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𝐋𝐀 𝐎𝐓𝐑𝐀 𝐀𝐌𝐀𝐍𝐓𝐄 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora