𝐋𝐀 𝐎𝐓𝐑𝐀 𝐀𝐌𝐀𝐍𝐓𝐄 ||| ʟᴇᴅ ғᴀɴғɪᴄᴛɪᴏɴ
❝ ¿Y si Navier en un último intento de quitar a Rashta del corazón del emperador Sovieshu, hace que otra mujer sea su amante también? ❞
𝐬𝐨𝐯𝐢𝐞𝐬𝐡𝐮 𝐱 𝐨𝐜
𝐧𝐚𝐯𝐢𝐞𝐫 𝐱 𝐡𝐞𝐢𝐧𝐫𝐞𝐲
→ La empera...
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Sovieshu's perspective
Mandé a los guardias a que la llamaran en cuanto ella se hubiera despertado y alistado para el día, por más molesto que estuviese con ella por ignorarme durante dos años, era la única capaz de solucionar este problema con el que me veía entre manos en aquel momento. Perder la alianza con el norte, sería algo malo para el Imperio Oriental quien debía mantener una buena relación o una amistosa con sus reinos vecinos. Y me contaron que en su tiempo en Kern, un pueblo oriental que hace frontera con el reino nórdico, tuvo la oportunidad de conocer la familia real del Nrote y mantener una buena relación con ellos al haberle salvado la vida a su única hija. Estaba seguro de que había algo posible que hiciera.
—Su majestad, me dijeron que quería verme para hablar de un asunto importante.—me saludó ella antes de decirle que se sentara frente de mi. Uso un vestido azul que me recordaba a uno similar que solía usar hace años cuando yo no era emperador aún y mi padre seguía vivo.
—Es cierto, tengo una situación delicada entre manos que solo tú podrás solucionar.
—Siempre dispuesta a ayudar por el bien del Imperio, su majestad.—le entregue la carta que recibí del rey del Norte.—Oh...
—¿Qué?
—No digo que lo conozca con certeza, pero si realmente pretende hacer algo como esto, lo cual es muy posible si estás causa que menciono son verídicas, es que quiere que usted mismo vaya ahí a pedírselo y darle algo a cambio.—comentó ella con algo de desdén.—El rey del Norte es alguien orgulloso y testarudo, no cambiará su petición porque no tiene necesidad inmediata de Oriente. Pero usted si de él.
¿Cuando habíamos cambiado de Sovieshu a su majestad o usted? ¿Estaba cometiendo el mismo error de Navier con Aurora? No lo tenía muy claro que digamos, era su culpa que nuestra relación tan bonita terminase así, me abandonó sin aviso por dos años. Si no fueran por los rumores de la Corte de sus hazañas en el Norte, pensaría que habrías muerto o algo así. Llego a un punto que todos los demás sabían más de tu paradero que yo mismo. Encima me encontraba aquí pidiéndole ayuda para no arruinar una relación diplomática del Imperio.
—Quiero hacer una sugerencia.—habló Aurora con pesar.
—Adelante.
—Propongo que me destituyas como tu amante y me nombres diplomática del Imperio Oriental. Así podré oficialmente ir al Reino del Norte, te sacaré de este problema si haces eso. Sino, tendré que rehusarme a eso.
No esperaba que me pidiera eso de todas las cosas que podría hacer, la amaba pero no la podía dejar ir otra vez pero tampoco estaba listo para tenerla de nuevo en mi corazón. Pero si ella había sugerido algo así, es que lo había pensado bien y realmente lo quería, ¿porque sino sugeriría algo como esto? Aurora era una mujer inteligente, sabia que hacer en todo momento para su ventaja y ella podría hacerlo realidad con un solo chasquido de dedos. Su influencia iba más allá de este continente, de la autoridad del emperador o la Iglesia.
—¿Estás segura?
—Si, su majestad. No le sirvo de ayuda como su amante, yo no soy de las mujeres que son capaces de destruir familias felices.
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aurora's perspective
Tenía que mirarlo a los ojos mientras lo decía, mientras en nuestra guerra de corazones, nos destruíamos mutuamente de la forma más dolorosa posible y fui la primera en tomar la decisión que dejaba en pedazos diminutos nuestros corazones. Lo amaba, estuve dispuesta a sacrificar mi preciada libertad por estar con él y apoyarlo en sus tiempos difíciles. Yo estaba allí, no Rashta. Pero la eligió an ella por un miedo que se le puso encima a cada emperador antes de él. El peso de continuar la Dinastía que ha gobernado el Imperio de Oriente desde su creación, y ella sabía la fría verdad. Él era infértil, al igual que Navier. Ambos lo eran por un error que sucedió y que determinó sus vidas. Aceptaba esa verdad, al igual que la de que el bebé con el Rashta cargaba no era de Sovieshu. "Quizás sea mejor dejarle creer esa mentira, que ese bebé es suyo. Si tiene a su hijo, podrá ser feliz." pensé con un sentimiento pesado.
—Su majestad.
—Está bien, comenzaré el papeleo de inmediato. No se preocupe demasiado, no será un proceso muy largo.—"¿Está bien" pensé no cayendo que aceptara tan rápido, realmente la había superado.—Si no hay algo más, puede retirarse.
—Si, por supuesto. Qué tenga un buen día, su majestad.
Salí de la oficina del emperador manteniendo mi compostura pero por dentro, estaba triste de cómo acabó todo lo nuestro. Ya que este sería el último favor que le haría a Sovieshu, antes de seguir como era mi vida antes. Sin Navier ahí o Sovieshu aún no perdonándome, no tenía lugar para mí el Palacio Imperial. Casualmente, me encontré a mi hermano mayor por el pasillo. Parecía no haberse marchado aún tras la ceremonia del divorcio entre Navier y Sovieshu.
—Aún sigues aquí, Elián.
—No estaba por dejarte sola aquí, vayamos a dar un paseo, tenemos mucho de lo que hablar, Aurora.—caminaba a la par de él, sin decir nada, esperándose a que hablase primero.—Tengo que admitirlo, quiero que vuelvas conmigo al Ducado y tengamos un vida tranquila pero creo con tu sentido de la aventura, no me será posible cumplir el deseo.
—Que bien me conoces, aunque quizás por un tiempo se cumpla.
—¿Qué quieres decir?
—Sovieshu me destituirá como su amante, para pasar a ser una diplomática del Imperio de Oriente. Está teniendo unos problemas con el Nrote, y soy la única capaz de solucionarlo.—confesé, ya que tarde o temprano todos hablarían de esto.—Se lo dije yo, no tengo porque quedarme aquí si ya no me ama.
—¿Piensas que no te ama?—rechistó con incredulidad en su tono, asombrado por mi ingenuidad al asunto.—El no ha amado a otra mujer más que a ti en este mundo, hasta yo se que ir iría hasta los confines del universo por ti. Pero lo dañaste, y eso toma tiempo y esfuerzo en construirlo de nuevo.
"Su corazón quiere amarte, pero su mente no le deja."
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