16

722 84 1
                                    

La amante tiene un amante

La amante tiene un amante

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Al día siguiente.

Mientras caminaba por los pasillos del palacio imperial tras la celebración de anoche, se sentía bastante intranquila al notar la inquietud de todo el mundo a su alrededor y como la trataban de evitar. También que una vez que aparecía en el lugar, todo el mundo se callaba, la miraba y comenzaba a murmurar entre ellos "discretamente". Algo estaba pasando y por primera vez, no se había enterado de qué. Lo único que sabía era que la relacionaba a ella, sino la gente no tendría esta extraña actitud a su alrededor. 

Ya eran suficiente las miradas que recibía de la gente que le era fiel a la emperatriz, los rumores vacíos y comentarios fuera de lugar. Pero era como añadir una doble carga.

—Buenos días,¿cómo amaneciste?

—Podríamos que decir bien pero hay algo que está pasando y nadie quiere decírmelo.—le confesó a Lucian.

—Eso es normal, la gente hablará a tus espaldas porque eres la concubina del emperador.

—Pero esto es diferente.—insistió ella.

—Seguro que estás sobrepensándolo, podemos hablar más tarde quizás. Estoy de camino a reunirme con el emperador, para hablar sobre lo que comentamos ayer. Que tengas un buen día

—Buena suerte.

Sonrió cálidamente.
Aunque por dentro, su intuición y experiencia en estos ambientes le decía que tendría de todo menos un buen día.

|•••|

—Déjanos solas, Laura.—exigió la emperatriz Navier a su dama de compañía. La cual obedeció su comando.

Cerró la puerta enseguida, y ella se giró hacia Aurora. Con un rostro sereno pero no transmitía ni tranquilidad o calma, sino todo lo contrario. Lo deducía por el tono que uso para decirle "Sentémonos a hablar un momento", sus gestos y miradas a ella. No diría que se sintió intimidada, para nada, solo que le confundía esta actitud de parte de alguien que solo le mostró lo contrario desde que llegó aquí a su petición.

—¿Qué sucedió Navier? Noto algo de inquietud. Para serte sincera, lo he estado sintiendo toda la mañana.

—¿Acaso, no has oído los rumores?—preguntó. Bebiendo un sorbo de su té.

—¿Cuáles rumores?

—Unos que cuentan cómo la noche del aniversario del emperador, uno de los invitados del banquete que tomaba aire en el jardín. Te vio junto el Duque Lucian en el balcón de una sala de huéspedes, besándoos y algo más. Por eso despareciste tan de repente de la celebración y no volviste en toda la noche.

𝐋𝐀 𝐎𝐓𝐑𝐀 𝐀𝐌𝐀𝐍𝐓𝐄 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora