Un bebé
Este día fue especial, ya que ella había sido liberada de su castigo y ya no ostentaba el mismo respeto que recibía antes del incidente. Las sirvientas tenían miedo en cuanto la veían y la evitaban siempre; sus propias damas de honor se notaban súper incómodas estando a su alrededor y lo más importante para ella, que su amado emperador la había dejado de lado y no la fue a ver en todo el día. Ella notaba como estaba perdiendo todo otra vez. Y eso la asustaba aunque no se lo confesara a nadie.
—Emperatriz.
—Lady Rashta, veo que ya han levantado su castigo. Le acosenjo que no se ponga otra en una situación tan peligrosa, ya que el emperador tiene compasión pero hasta él, tiene su límite.
—¿Acaso me está amenazando?
—Para nada.—dijo sarcásticamente.—Solo es un consejo, porque no querría que sucediera algo así.
La sonrisa falsa que le dedicó antes de marcharse, fue suficiente para saber que la emperatriz le tenía el mismo nivel de asco que antes. Y eso fue una amenaza, que hasta Rashta pudo ver claramente. Ella debía hacer algo antes de que ellas hicieran algo contra ella. Iba a volver a sus aposentos por el resto de la tarde, ya que se encontraba algo mareada. Cuando una de las personas que menos esperaba encontrarse con, caminaba hacia ella.
—Lady Rashta.
—¿Vizconde Lotteshu?—musitó nerviosa y sorprendida a la vez.
—¿Podríamos habalr en privado? Hay un asunto del que debo de hablarle, Lady Rashta.
Aceptó la propuesta.
Hizo que sus damas de compañía esperaran fuera de sus aposentos, para que ella y el Vizconde Lotthesu pudieran hablar en un entorno más privado. No se sentía para nada segura sobre esta repentina reunión, ya vino hace dos semanas para reclamar el dinero que le sacaba extorsionado para su hijo Ian. El cual ella no supo que aún vivía desde hace unos meses, cuando esta misma persona se le acercó para extorsionarla por dinero. Ya que la amenazo de contarle al emperador sobre esto.—¿Qué es lo que quiere ahora?—preguntó molesta.
—¿Qué más va a ser? Dinero, ya sabe que el coste de mantener un infante no es barato. Con todos los cuidados y necesidades que tienen. Y la subida de precios en todo. Era inevitable.
—¿Cuánto más quiere?
—Añádele mil monedas más.
—¿Cómo? Ni de broma.—espetó sorprendida por la cantidad extra, ya que antes no es que le diese poco dinero digamos.
—Entonces le diré al emperador sobre Ian, también te digo. No tienes la misma influencia sobre le emperador ahora desde que Lady Dagmar llegó a la Capital, has perdido todo tu poder.
Por más golpe a su orgullo fuera eso, tenía que admitirse a sí misma que ese hecho era verdad. Ya que antes por hacer cosas peores, el emperador no la castigó tan severamente. Y está vez, por una simple criada, la dejó tres días en la Torre. No tuvo más remedio que escribirle un cheque al Vizconde Lottheshu, ya que si la palabra de que ya tuvo un hijo antes corría, su vida de lujos estaría acabada definitivamente.
|•••|
Más tarde aquel día, casi al anochecer, uno de los guardias que protegía a la familia imperial de Oriente, le dijo que el emperador la quería en ver sus aposentos. Ella se preguntó internamente, porqué a esta hora ya que era tarde y ya se había cambiado a su vestido de noche para ese momento. Se puso una capa encima, por el hecho de que lo quería dejar al emperador esperando. Nadie debía hacer eso. Llegó enseguida a sus aposentos, él estaba sentando en una silla. Escribiendo algo en una hoja de papel. Con las velas iluminándolo.
—Su majestad, dijeron que quería verme.
—Ah, sí, espera un momento.—asintió y esperó, mientras él seguía escribiendo algo y lo selló con su sello imperial con cera roja. Ahí fue cuando dirigió su mirada hacia ella.—El Duque Hails, Lucian, seguro que lo conoces.
—Así es.
—Me ha pedido que fuera reinstaurado a la Guardia Imperial, y asignado como tu espada juramentada esta tarde. He aceptado.—dijo Sovieshu.—No hay hombre que más confié que él para tu protección. Solo quería informarte de ello.
—Lucian ya me comentó algo.
—¿Lucian?
Musitó el emperador.
Ella estaba usando el primer nombre del Duque Hails, él no sabía que eran tan cercanos como para llegar a ese nivel. Tenía que admitir que aquellos nefastos rumores llegaron a sus oídos y cómo quisiera que no hubieran llegado, ya que él no creía que Aurora lo traicionaría de esta sucia manera. Además el Duque Hails, si quería pertenecer a la guardia Real, tomaba un juramento de no ser padre y casarse con alguna mujer. Quizás por eso aceptó la petición.Él nunca fue un hombre celoso, pero en cuanto se trataba de su querida Aurora. Perdía los estribos, pero eso se lo guardó para sí mismo.
—¿Cuándo comenzará?
—Mañana mismo.
—Está bien, ¿necesitaba algo más, su majestad?—preguntó con su tono endulzado.
La luz de la luna que le daba directamente, le hacía ver con un brillo especial. Como un ángel. Lucía tan hermosa bajo la luz de luna, sus cabellos de oro y ojos zafiro. Él no pudo evitar el quedarse contemplándola por su gran belleza. Podría ser capaz de hacer esto por horas. Hasta que ella se dio de eso.
—¿Sovieshu, estás bien?—se acercó ella a él, tocando su frente con su mano.—Estas un poco caliente. Quizás estés enfermo. Iré a avisar al médico de cabecera.
—No es necesario, solo hace calor.
Estaba mintiendo, él se puso así debido a que ella se puso a tan corta distancia de él. Especialmente con ese vestido de noche blanco que portaba tan perfectamente. Notaba que era algo translúcido.
Como siempre fueron.—¿Estas segurísimo?
—Si, si lo estoy. Quizás si te quedas conmigo esta noche, se me vaya el dolor de cabeza o el calor.—sugirió él. Sin apartar la mirada.
Aurora no sabía como o qué responder.
¿Desde cuando Sovieshu se veía tan atractivo en su atuendo para dormir? ¿Desde cuando esos ojos grisáceos estaban tan brillantes la habían sentir mariposas cada vez que los encontraba? ¿Desde cuando estos sentimientos que tuvo por él, volvieron a resurgir? No supo cómo articular alguna palabra, solo se dejó llevar. Ella asintió con su cabeza y se quitó su capa que llevaba antes. Lo dejó en la silla que había. Se quitó el collar y pendientes que llevaba y no le dio tiempo a quitarse. Los cuales guardó en un bolsillo de la capa.—Iré a coger algo de mi habitación, volveré enseguida.
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𝐋𝐀 𝐎𝐓𝐑𝐀 𝐀𝐌𝐀𝐍𝐓𝐄 ✅
Fanfiction𝐋𝐀 𝐎𝐓𝐑𝐀 𝐀𝐌𝐀𝐍𝐓𝐄 ||| ʟᴇᴅ ғᴀɴғɪᴄᴛɪᴏɴ ❝ ¿Y si Navier en un último intento de quitar a Rashta del corazón del emperador Sovieshu, hace que otra mujer sea su amante también? ❞ 𝐬𝐨𝐯𝐢𝐞𝐬𝐡𝐮 𝐱 𝐨𝐜 𝐧𝐚𝐯𝐢𝐞𝐫 𝐱 𝐡𝐞𝐢𝐧𝐫𝐞𝐲 → La empera...