𝐋𝐀 𝐎𝐓𝐑𝐀 𝐀𝐌𝐀𝐍𝐓𝐄 ||| ʟᴇᴅ ғᴀɴғɪᴄᴛɪᴏɴ
❝ ¿Y si Navier en un último intento de quitar a Rashta del corazón del emperador Sovieshu, hace que otra mujer sea su amante también? ❞
𝐬𝐨𝐯𝐢𝐞𝐬𝐡𝐮 𝐱 𝐨𝐜
𝐧𝐚𝐯𝐢𝐞𝐫 𝐱 𝐡𝐞𝐢𝐧𝐫𝐞𝐲
→ La empera...
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Nadie sabía qué causó la locura de la emperatriz Navier, no permitía que nadie entrara a su despacho y aplazó todos sus deberes para el día siguiente. Esto no era propio de la emperatriz, todos sabían que ella haría todo lo posible para cumplir con sus deberes diarios. Inclusive a costa de su salud, rara vez se quedaba en cama para descansar y siempre volvía a la oficina de una forma o otra. Esa era su emperatriz trabajadora.
Aurora solo pasaba casualmente por la oficina, cuando oyó la conmoción.
—¿Qué es lo que sucede aquí?—inquirio al séquito de damas de compañía y sirvientes a las puertas de la oficina de la emperatriz.
—Lady Aurora, su majestad hace horas que no sale de su oficina y no ha comido siquiera, tampoco deja que nadie entre o razone con ella. Tememos que ella haya estado ahí desde anoche.—explicó Laura rápidamente la situación.
—Quizás usted pueda razonar con ella.—sugirió la Condesa Eliza.
Aurora asintió, abrió las puertas de la oficina y las cerró a su paso. La vio sentada en el suelo de su oficina, apoyada en la pared y parecía tener ojeras. "Seguro que trasnochó aquí" pensó.
—Ordené que nadie entrara, vete.
—¿Qué hizo Sovieshu?—preguntó Aurora, algo grave sucedió y estaba más que segura que él anteriormente mencionado estaba involucrado.—Dímelo, quizás pueda razonar con él.
—Sovieshu me pedirá el divorcio.
La segunda amante del emperador se quedó callada durante unos pocos segundos debido a la noticia, procesando la información que le acababan de proporcionar. Se situó frente a la emperatriz y la reunió en un abrazo reconfortante, ya que sabía que era lo que más necesitaba la emperatriz Navier en aquel instante. El cual sería posiblemente el más vulnerable de toda su vida. La mantuvo así durante unos minutos, hasta que se percató de que aún seguía en su vestido de noche.
—¿Has pasado toda la noche aquí?
—No tiene sentido hacer nada, ya no seré una emperatriz.—comentó con una ligera sensación de vacío en su voz.
—¿Cómo puedes decir eso?—poso sus manos en sus hombros, obligándola a mirarla.—Eres la única emperatriz del Imperio Oriental, LA EMPERATRIZ NAVIER. Nadie va a ser capaz de reemplazarte, y menos esa esclava. Si Sovieshu no sabe apreciar todo lo que haces por él, tal vez no debas quedarte con él. Pero hasta que ese momento llegue, aún eres la emperatriz de todo Oriente.
—Aurora...
—Actúa como la emperatriz y no dejes que esa esclava arruine tu vida.
|•••|
El Sumo Sacerdote llegó a mediodía al palacio por orden del emperador Sovieshu, sin saber la razón por la que era convocado directamente hasta ahí. Normalmente cuando el emperador o la emperatriz les surgían algún problema y necesitaran su opinión o ayuda, la mensajería de cartas era lo más usual. Así que fue normal que esta visita fuera un tanto inesperada. Fue recibido por el emperador mismo, que lo dirigió a una sala donde recibían a los más ilustres invitados.
—¿Quiere té?—preguntó el emperador.
—Un te de hierbas estaría bien.—contestó el Sumo Sacerdote mientras tomaba asiento frente al emperador.
Este le dijo al sirviente que trajera dos tazas de té y algún aperitivo para acompañar, aunque dudaba de que fueran a comer algo por el motivo de esta reunión tan repentina. Aunque Sovieshu lo vio venir desde hace años y cuando Aurora se marchó durante dos años, lo tuvo aún más claro. Y ahora que el futuro de la Dinastía Vikt estaba en sus manos, haría lo imposible para que no acabara.
—Su majestad, ¿de qué asunto deseaba consultarme?—preguntó el Sumo Sacerdote, en cuanto le trajeron el té.
Sovieshu le costaba encontrar las palabras adecuadas para expresar sus deseos. Por un segundo, recapacitó y un sentimiento de culpa y arrepentimiento lo invado. Aunque eso no tardó en irse en cuanto se acordó del príncipe que llevaba Rashta en su vientre. Toda su vida pensó que ambos eran infértiles, ahora resultaba que el problema todo el tiempo fue Navier y no él.
—Quiero divorciarme de la emperatriz Navier.
—Su majestad, si puedo preguntar, ¿qué razones puede tener para un divorcio? No puedo permitir esto, si no hay una razón que califique como suficientemente buena. Dios no me lo permitiría.—comentó el Sumo Sacerdote exaltado, no se esperaba para nada eso.
Él vio crecer a ellos dos, desde bebés, hasta su compromiso. También fue quien tuvo el honor de unirlos en santo matrimonio y coronadlos como emperadores. A los ojos del mundo, eran la pareja perfecta que no tendrían ningún problema. No podía empezar a pensar en razones para tal drástico cambio de opinión. Nunca pensó que este día pudiera llegar. Este pensamiento, ni siquiera cruzó su mente.
—Es algo que oculte de todo por su bien pero creo que es hora de que alguien lo sepa.—hizo una pausa.—Navier y yo de pequeños sin querer tomamos una galletas que causaban infertilidad, que eran en realidad para la Duquesa Sofía. Cuando mi madre, la emperatriz Amelia se enteró de la sucedido. Usó miles de métodos conocidos para revocar los efectos. Pero al parecer solo fueron efectivos en mi.
—Ya veo...
—Oculte la información porque sabía que pasaría si se rumoreaba que Navier fuera infértil, nunca llegaría a ser emperatriz y nadie la desposaría. Lo hice para su bien, pero ahora que Rashta está embarazaba.—lucía preocupado.—Sabe lo que esperan que yo haga, para que ese bebé sea legítimo, debo de casarme durante un año con ella y luego podría volver con la emperatriz.
—Entuendo, son motivos muy contundentes. Sabe que si toma está decisión ahora mismo, no habrá vuelta atrás. Cuando todo el proceso de divorcio comience y hable con la emperatriz misma, no será reversible este hecho.—advirtió el Sumo Sacerdote.
—Entiendo y estoy consciente de todas las consecuencias.—dijo finalmente antes de que el Sumo Sacerdote saliera de la Sala con un semblante derrotado. Añadiendo que algo dentro de su corazón le decía que esto no estaba bien pero la otra le decía que era lo mejor. Y esa otra era su corazón.
"El corazón de Sovieshu sufría desde hacía mucho tiempo, todo porque su dueño rara vez estaba con él y tuvo que buscar comfort en otro que le daba algo por lo menos"
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