𝐋𝐀 𝐎𝐓𝐑𝐀 𝐀𝐌𝐀𝐍𝐓𝐄 ✅

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Glorym

narrator perspective

Aurora Dagmar tenía al emperador del gran Imperio de Oriente suplicándole y pidiendo desesperadamente que lo amara tanto como él la amaba an ella, el era un esclavo por su amor. No importaba si era emperador, si era un duque o un conde, todos caían como moscas ante ella. Solía tener ese efecto en todos los hombres que conocía o la mayoría de ellos, casualmente se daba que eran figuras importantes económicamente y políticamente de algún imperio o reino.

Estaba en una situación difícil de escapar para ese punto. Sovieshu la había pillado con Alnair en sus aposentos privados, y seguro que se imaginó que estaban haciendo otra cosa que no era. Por eso se puso tan celoso. "La quería lo suficiente para no soltarla, y para odiarla al mismo tiempo."

—Sovieshu, no creo que debamos estar así. Tu lo sabes, me lo diste a ver que lo nuestro nunca tuvo un futuro cuando te casaste y embarazaste a tu concubina.—dijo Lady Dagmar siendo sincera sobre el asunto. Sovieshu había perdido la cordura con tal de proporcionarle al imperio un heredero, ya sea mujer o hombre. Eso le daba completamente igual.—Ella está cargando con tu hijo, y aquí te encuentras enfadado e indignado en los dormitorios de otra mujer.

—Entonces también sabrás que solo te amé a ti, te busqué por todos lados, en Navier, en Rashta, pero ninguna se siente como tú.

—No digas cosas así.

—¿Por qué no?—cuestionó él, levantando la ceja mientras me miraba.—Digo la absoluta verdad, eras la única mujer para mí. Busque tu sonrisa y calidez en Navier, algo que no recibí; y la encontré en Rashta pero ella no es apta para ser una emperatriz a largo plazo.

—¿Entonces le destituirás?

—Lo he estado pensando por un tiempo, me han llegado información sobre ciertas cosas que hizo con los criados y su pasado esclavo en el que no me moleste en averiguar.—comentó con algo de desdén.—Tengo que esperar a tener a mi hijo, o hija y ya podré soltarla.

Qué no se confundieran, Aurora tenía cero simpatía con Rashta, odiaba a la mujezuela por haberle hecho un infierno la vida del palacio a Navier. Intencionalmente, y hacer que el emperador la humillase en varias ocasiones, la más importante fue cuando lo hizo enfrente de todos los nobles más importante en la Cena Imperial. Recordaba como su mejor amiga se lo contó "El emperador se levantó a hacer un brindis y dijo lo siguiente: 'Brindemos para que Lady Rashta está pronto encintada, ya que la emperatriz resultó ser infértil.' Y alzó su copa en alto, mientras yo estaba sentada a su lado, como si estuviera solo de adorno cuando le convenía."
Pero a pesar de sus acciones, no podía evitar sentir que Sovieshu solo la quería como una máquina para parir niños. ¿Quién sabe? Ese hubiera sido su destino si se hubiera quedado con él desde un principio.

—Es por estas cosas que no puedo estar segura de que si dejo mi libertad, tú podrás entenderme.

—¿Qué significa eso?

—Me casaré contigo, seré tu emperatriz, la madre de tus hijos y mi vida solo revolverá a su alrededor. Viviré como una esclava sin descanso para hacerte feliz. Luego tendré que parirte príncipes y princesas sin parar, o hasta que te canses de mí. Le hiciste lo mismo a Navier, si pudiste ser tan cruel y egoísta con ella, ¿quién me asegura que no lo será conmigo, Sovieshu?

—¿Tan bajo piensas de mí?

—Pues si, tras saber cómo en la búsqueda de tu propia felicidad, heriste a una persona que se preocupaba inmediatamente por ti. Al igual que la persona que te ama.

Antes de que le pudiera responder empezaron a escuchar gritos de agonía, ambos salieron con rapidez de su habitación al pasillo para ver de qué se trataba toda esta conmoción. Vimos como muchas criadas entraban a los aposentos de la emperatriz, de Rashta en todo caso, con toallas y paños. Sovieshu preguntó qué sucedía y en efectivo, Rashta estaba dando a luz en aquel momento. Como no era costumbre para el hombre entrar a la habitación mientras que la mujer estuviese dando a luz, estuvieron desde la noche hasta el amanecer oyendo los gritos de dolor de Rashta hasta que cesaron y pudieron oyee a un bebé llorar.

Cuando entraron a la habitación, vieron que Rashta no lucía muy feliz cargando a su hija y se la entregó casi de inmediato al emperador. Era una princesa y no un príncipe, como ella estuvo anunciando estos meses.

—Su majestad no la amara tanto por ser una niña, lo siento porque no sea un niño.—dijo Rashta en una fachada de frustración, era cierto que en la época, los varones siempre eran mejores recibidos que las niñas, pero no creíamos que al emperador de oriente le importase mucho.

—¿Quién dice que no?—respondio mientras mecía a la bebé en sus brazos.—Amaré tanto a mis hijas como hijos, el género no es una preocupación muy grande para mí.

Aurora estaba parada al pie de la cama de parto que utilizó Rashta, mirando a la pequeña familia y no podía evitar sentirme algo culpable por ser la razón por la cual esta seria destruida. Además tampoco se sentía que debería de estar en ese momento, se disponía a irse hasta el emperador mismo la detuvo y ordenó que viniera a su lado.

—¿No es ella preciosa?

—Si que lo es, idéntica a su madre ciertamente. El mismo cabello platino y seguro que los ojos azabache.—dijo ella de manera cortés, queriendo dejar a los nuevos padres solos lo antes posible.

—¿Puedes darle un nombre?—esa pregunta la tomó a Aurora y a los demás por sorpresa. Que el emperador, el que le tenía que poner el nombre a la princesa, le preguntara el nombre a su "amante" antes que a su esposa o emperatriz fue algo humillante para la última. Era una muestra de cómo hasta en este gran momento, el la seguiría eligiendo a ella.—Confió en tu criterio.

—No sabría decirle si sería apropiado.

—Lo es, no te preocupes.

—Glorym será su nombre, ya que toda la gloria de Oriente la obtendrá y por su sangre real será una futura emperatriz. La Luna de Oriente.