𝐋𝐀 𝐎𝐓𝐑𝐀 𝐀𝐌𝐀𝐍𝐓𝐄 ✅

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Un tres días antes del divorcio

Miraba su reflejo en el espejo de sus aposentos, se veía igual y diferente al mismo tiempo. No lograba descifrar cuál era el problema con su apariencia, "¿A lo mejor habré cogido algo de peso? No, si la cosa es que tuve que pedir que reajustaran todos mis vestidos a mi medida por todo el peso que perdí" El estrés que estaba manejando ahora entre lidiar con asuntos de la Sociedad Mágica, intentar escoger un día para ir a la Escuela de Magia como siempre lo hacía para visitar a los jóvenes magos, el divorcio de Navier y Sovieshu, Rashta y su bastardo, y la conspiración que estaba tramando con Heinrey. Tal vez le estaba pasando factura.

Ahora que se acordaba, no había comido nada desde la comida del mediodía de ayer. Pero no sentía dolor ni hambre, nada era como mejor podría describirlo.

—¿Qué sucedió Adelaida?—le preguntó a su sirvienta de confianza cuando entró.

—Lady Aurora, hay un hombre afuera de sus aposentos diciendo que tiene una reunión con usted, ¿lo dejo pasar?—preguntó Adelaida.

—Si, y que nadie nos moleste mientras estamos hablando.

Adelaida asintió a las órdenes de su dama, abrió las puertas y dejó al hombre entrar. Tenía el cabello azul marino al igual que sus ojos, vestía con una ropa característica de la Sociedad Mágica para los de alto rango. Y por supuesto, el suyo era único al ser el que estaba realmente al mando de más o menos todo lo que sucedía dentro del Continente. Aunque tanto Alistair como Aurora teniendo buenas relaciones diplomáticas con otros líderes de grupos independientes o intercontinentales que hubieran. Recientemente, Aurora ganándose al Norte gracias a sus esfuerzos.

—Gracias Adelaida.—la sirvienta se retiró.

—Debería de decir que todo esto.—refiriéndose a los aposentos.—Es demasiado lujoso para tu gusto, hija de un reconocido duque y después concubina del emperador. Vaya vida que llevas.

—Todo sea para que ningún reino o imperio se destruya entre sí.

—Cierto, ¿de que venía a hablar contigo?—pensó por unos segundos.—Es verdad, espero que recuerdes que la Caza Anual de Montruos obligatorio para los diez primeros de la Sociedad y se puede llevar un invitado como máximo cada uno, será en cinco días. Parece ser que la carta e invitación se perdió entre este montón de documentos y papeles.—decía Alistair mientras tomaba dos sobre de un montón de hojas, que contenía el sello oficial de la Sociedad. Solo utilizado en ocasiones especiales como lo sería en cinco días.

La Caza Anual de Monstruos era una caza normal pero en vez de animales, eran monstruos y debían de utilizar sus habilidades mágicas. Iba por un sistema de puntos que era controlado remotamente con uno de los hechizos de los Archivos. Era una vieja tradición, de la cual Aurora el año anterior no fue partícipe. Debido a que su padre murió. Cada uno llora las muertes a su manera. Aunque siempre los dos primeros puestos estaban entre ella y Alistair, los demás siempre varían.