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El divorcio

El día del temido y esperado divorcio había llegado para la emperatriz Navier, quien hoy sería su último día haciendo aparición como la emperatriz del Imperio Oriental

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El día del temido y esperado divorcio había llegado para la emperatriz Navier, quien hoy sería su último día haciendo aparición como la emperatriz del Imperio Oriental. Era un nuevo capítulo en su vida, algo que daría comienzo a nueva era de incertidumbre y dificultades en su vida. De eso estaba segura ella, que los planes después del divorcio serían un tanto escandalosos según todo el mundo. Sin embargo, poco le iba a importar porque tenía el apoyo de la gente que más apreciaba en este mundo. Sus padres, su hermano mayor, su futuro esposo y su mejor amiga. Ellos estuvieron con ella durante estos últimos años que fueron tremendamente complicados pero los afrontó gracias a ellos.

—Su majestad.—dijo Laura, una de sus damas de compañía mientras dejaba el último retoque a su vestido.

Decidió usar uno rojo, como muchos que había estado usando desde hace años. No era demasiado extravagante ni muy simple, era lo suficientemente llamativo como para que la gente se quedara mirando y que no pensaran que iba a alguna celebración. "No voy a poder usar este color solo en vestidos más adelante." pensó y era más que cierto. La vestimenta roja estaba reservado exclusivamente para la familia imperial de Oriente.  Era bonito.

—Es Lady Aurora, ¿la dejo pasar?—preguntó la Condesa Eliza a la emperatriz.

—Si dejadla pasar, vosotras podéis esperarnos en el carruaje.—ordenó la emperatriz, probablemente una de las últimas órdenes que daría como la emperatriz oriental. Ahí fue cuando Aurora entró a la habitación.

—Navier, todo está en lugar. Él está en lugar.

—Es un alivio que pudiese venir tan rápido y sin captar la atención de nadie, ¿crees que este es el vestido adecuado a usar?—preguntó la opinión de Aurora, ya que era una de las pocas que le importaba.—Solo me lo puse una vez cuando me convertí en emperatriz por primera a vez y cuando participé en mi primera Reunión del Gabinete.

—Bueno este el adecuado, en los corazones de la gente de Oriente, tú siempre serás la emperatriz.
Nadie podría reemplazarte.

—Gracias, deberíamos irnos. No estaría bien dejarlos ahí esperando.

—Cierto.

Ambas se dirigieron al carruaje y enseguida se puso en marcha hasta la Sala del Tribunal, donde el divorcio daría lugar. Estaba todo el mundo necesario ahí excepto ellos que acaban de llegar, el Sumo Sacerdote, el emperador Sovieshu y Rashta al lado de él. Llevaba un vestido rosa claro que parecía de una noche de gala, ¿no tenía respeto esa mujer para sí misma si se convertiría en la emperatriz oriental? Pero bueno, eso solo era problema de ellos. Aurora y las damas de compañía de la emperatriz tomaron lugar entre la parte reservada para los nobles. Y luego el divorcio comenzó.

—Su majestad, el emperador Sovieshu desea divorciarse de usted, la emperatriz Navier, ¿acepta este divorcio sin objeción?

—Si, lo acepto.

—¿Es consciente de que si acepta este divorcio, sus títulos como emperatriz y cualquier influencia de la Casa Imperial serán removidos de inmediato y ya no podrá usar el nombre de la Familia Imperial?—insistió el Sumo Sacerdote.

—Soy consciente y acepto este divorcio.

Sovieshu que tenía la cara tensa, se le alivió un poco al saber que no tendría un divorcio largo y Navier no parecía muy afectada. Rashta se estaba conteniendo muy fuerte para no empezar a celebrar de inmediato. Pero ella volvió a hablar tras unos minutos de silencio sepulcral.

—Y solicito autorización para volver a casarme con otro hombre.

Aurora miró al Duque Ergi en el fondo de la Sala del Tribunal y le asintió, de ahí entró el Rey Heinrey de Occidente con su entrada como una total diva y dejando a todos perplejo. El emperador enfurecido, ya que esto no estaba dentro de sus planes y no estab de acuerdo con eso. Se supone que él se casaría con ella otra vez, cuando el niño pudiera ser legítimo.

—¡Esto es una farsa! Está en mi territorio, Rey Heinrey y vienes sin previo aviso, ¿y se supone que te casarás con mi emperatriz?—protesto Sovieshu.

—Era tu emperatriz, la has dejado ir. Una pequeña corrección, su majestad.—respondió Heinrey mientras se acercaba junto con Navier al Sumo Sacerdote y este les daba su bendición para que se casaran.

—Aurora, ¿tú estás bien con todo esto?—se giró a la última persona que tenía.

—No me mires a mí, ya te dije que no te apoyaría durante el divorcio y no lo haré.

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Después que el escándalo que era el divorcio terminó con el emperador gritándole a Heinrey y Navier mientras estos se iban al Ducado Trovi antes de partir para Occidente. Esto fue una gran sorpresa para todos, incluyendo a los padres y hermano de Navier que hiciera esto. Pero se alegraba por ella, de que tras este suceso, no se quedara de brazos cruzados. Ya que todos decían que el emperador había perdido la cordura cuando se divorcio de la emperatriz Navier, bueno, Navier, ya que no era la emperatriz.

—¿Tú no deberías de estar con el emperador?—inquirio Kosair, el hermano mayor de la ex emperatriz.

—No creo que su majestad le importe mucho mi ausencia durante estos difíciles momentos, estoy segura de que la madre de su hijo le brindará suficiente comfort.—comentó totalmente despreocupada ella.

—Bueno, ha sido un alivio que Navier tuviera tantas personas de gran corazón que estuviera a dispuestas a ayudarla y apoyarla por estos difíciles momentos por los que pasará.—dijo el Duque Trovi.—Les damos nuestras más sincera gratitud, Rey Heinrey y Lady Aurora.

—No ha sido nada, cuñados, prometo que trataré a vuestra hija como la reina que es.—hablaba con tal honestidad y despreocupación, que los duques le creían.

Todo el mundo conversaba sobre lo ocurrido y los planes que ahora tenían Navier y Heinrey después de todo este lío. Volverían a Occidente y Heinrey se casaría con ella, eso era todo de momento. Claro que Navier aseguraba que volvería de vez en cuando al Ducado Trovi para visitarlos a ellos. Respecto a su hermano mayor, él fue desterrado previamente por el emperador por supuestamente atentar contra la vida de su bebé no nacido. Así que él también se iría con Navier y Heinrey a Occidente.

—¿Y qué habrá de ti, Aurora?—preguntó Kosair.—¿Te quedarás en Oriente o te irás con nosotros a Occidente?

—No puedo irme, mi hermano está aquí en Oriente y el emperador ahora es su momento más vulnerable y de necesidad. Yo no voy a permitir que sus enemigos planeen algo contra él. Quizás habrá hecho malas decisiones, pero porque confiaba en la gente equivocada.

"Aurora solamente tenía un objetivo, destruir a Rashta y todos los traidores que la estaban ayudando. Su corazón le decía que tenía que salvar a Sovieshu de todo esto."

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𝐋𝐀 𝐎𝐓𝐑𝐀 𝐀𝐌𝐀𝐍𝐓𝐄 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora