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El príncipe y la maga

—Sé de tus intenciones de declararle una guerra a Oriente, por eso has estado recopilando información tú mismo y Mckenna también

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—Sé de tus intenciones de declararle una guerra a Oriente, por eso has estado recopilando información tú mismo y Mckenna también.—dijo ella, sorprendiendo al rubio.—No soy estúpida.

—Eso lo sé, ¿pero en qué te beneficia a ti ocultárselo a Oriente, Aurora?

—Mi lealtad cae sobre la Sociedad de Hechiceros, no en un imperio forjado a base de corrupción, guerras y sangre. Ciertamente, solo te estoy hablando de esto mientras sigo órdenes de ellos.

—¿Pero le eres leal al emperador de Oriente, no?

Ella se calló.
No sabía qué responder a tal pregunta. A veces odiaba tanto de que él pudiera leer las conversaciones con tanta facilidad e ingeniar respuestas tan buenas cuando él estaba en desventaja. Él era bueno en eso, ella también pero en esta ocasión no pudo brindarle una contestación para esa pregunta pasiva agresiva. Era verdad de que no tenía ni aprecio ni lealtad a Oriente, ¿pero se la tenía a su emperador?

Muy buena pregunta, ella admitía sus propios sentimientos ya que se conocía mejor de lo que la mayoría de conocían a sí mismos. Amó a Sovieshu y lo sigue amando pero no con la misma intensidad, por el largo tiempo de separación que ambos sufrieron. Eso fue lo que les impidió llegar o siquiera pensar llegar a más.

—Eso no es de tu incumbencia.

—Somos amigos íntimos, esperaba si me pudieras contar algo así. Ya que sabes algo parecido de mí.

—Igualmente, no te lo contaré. Esta conversación ha terminado, príncipe Heinrey.

|•••|

La mujer de cabello color plata desaliñado y ojos carbón, con piel nívea y rostro angélico al igual que su voz, observaba con atención desde una distancia a aquella pareja de personas importantes. Desde el momento en el que conoció a aquella mujer contraria a ella, sintió celos desmedidos hacia ella y dejó de sentirlos hacia la emperatriz Navier. La primera concubina imperial pensó que hacer que esta mujer saliera del corazón del emperador sería tan fácil como lo que pasó con la emperatriz.  Veía como esa mujer se rodeaba de hombres atractivos y con dinero, que ella también poseía al ser alguien de la Alta Nobleza y gozar de un gran prestigio en Wol. La envidiaba si se era sincera.

Rashta nunca tuvo la vida que Aurora tuvo, solo soñaba con eso. Simplemente nunca tendría riquezas, belleza, prestigio o conexiones que Aurora si poseía. Lo más cerca que estuvo de tener eso fue cuando quedó embarazada de su antiguo amo, y durante el embarazo la trató muy bien. Pero cuando parió al bebé, la descartaron a la esclavitud otra vez.
Ella quería destruirla, pensó que podía.
Qué gracioso.

Al verla tan cerca con el príncipe Heinrey de Occidente, se le ocurrió un idea que era fantástica en su mente y que no saldría mal.

—Su majestad.

—Rashta, estoy ocupado. Sea lo que sea que necesites, dímelo rápido.—respondió el emperador Sovieshu claramente estresado.

—Solo quería informarle de algo que vi entre Lady Aurora Dagmar y el príncipe Heinrey.—dijo inocentemente como siempre.

—Continúa.—demandó, ahora escuchándola con curiosidad y atención absoluta.

—Los vi a ambos dando un paseo por los jardines, de veían muy amistosos e íntimos. Tenían las manos agarradas todo el tiempo que los observé mientras yo misma daba en solitario un paseo. Y estaban en posiciones muy cercanas del uno del otro.—dio un suspiro.—Si Lady Aurora no fuera su concubina también, pensaría que ellos dos se estaban cortejando. Tal vez mi ojos hayan visto erróneamente.

No se le fue permitido terminar con sus palabras, el emperador Sovieshu ya había salido furioso y pitando de su oficina en la que estaban hablando. En busca de Aurora estaba él, había que decir que era un hombre tanto impulsivo y muy celoso de cuanto ella se trataba. Al principio de su amistad, no soportaba que ningún hombre con intenciones de cortejo se le acercara a ella. No lo soportaría en su corazón, que solo latía por ella.

Al salir a los jardines, los avistó a ellos dos enseguida estaban aún conversando y como dijo Rashta, parecían un tanto cercanos para no haberse conocido antes según él. Odio cuando la vio reírse y él también se rió después.

—Su majestad.—dijeron ambos al unísono al verlo venir hacia ellos.

—Príncipe Heinrey, podría tener a alguno de mis guardias que lo acompañase hsta sus aposentos. La hora ya es tarde y debería descansar un poco de viaje que hizo hasta aquí.

—No es necesario.—contradijo él.

—Sí lo es, deseo hablar con Lady Aurora Dagmar a solas.—lo miró fulminantemente, así que no tuvo más remedio que irse sin despedirse apropiadamente de ella. Él la tomó bruscamente de la muñeca del brazo malo.—¿Qué tipo de relación compartes con el príncipe Heinrey?

—¿De qué van estas actitudes llenas de celos, Sovieshu? Solo estábamos charlando.

—Repito mi pregunta, ¿qué tipo de relación compartes con el príncipe Heinrey?

Apretaba con más fuerza el agarre a cada minuto que ella no respondía, ya que estaba en shock al ver esta actitud de su "amante" y anteriormente mejor amigo de la infancia. Ella nunca lo conoció de esta manera, como él tampoco la conoció de muchas otras. Solo que esta versión posesiva y celosa suya no se la esperaba que la tuviera.

—Es solo un conocido durante mis años en la Escuela de Magia de Oriente.

—Él no es un mago.—contestó directamente.

—Lo conocí cuando tuve que ir a la Capital Occidental a investigar un asunto importante con un mago que en aquel momento residía ahí. Y pues al conocerlo y entablar una amistad política, me dio acceso a toda la biblioteca real de Occidente.

—Ya veo.

La miró de arriba a bajo una última vez antes de irse, supuso que estaba satisfecho con su respuesta ya que se fue.

Esa la versión oficial de cómo se conocieron, cuando en realidad nunca fue así sino de una manera totalmente distinta a esta. Pero acordaron en decir esta ya que el hecho de que él era un mago y atendió como alumno en la Escuela de Magia Oriental es un secreto que nadie excepto la familia real occidental y amigos íntimos del príncipe saben. Ya que sino traería grave consecuencias políticas y sociales.

Pero tal vez sí que pueda deciros cómo el príncipe y la maga se conocieron por primera a vez.

Pero tal vez sí que pueda deciros cómo el príncipe y la maga se conocieron por primera a vez

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𝐋𝐀 𝐎𝐓𝐑𝐀 𝐀𝐌𝐀𝐍𝐓𝐄 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora