un problema para dos

sorpresas

En la ciudad de orario se llegaban a vivir muchas situaciones a la que el resto del mundo no estaría acostumbrada.

En esta ciudad se llegaron a ver muchas cosas, desde peleas, juegos de guerra entre familias, una cierta princesa de pelo dorado rompiéndole el corazón a más de mil hombres, hasta el nacimiento de contables héroes.

Pero sin duda esto era lo más raro que se ha llegado a ver hasta el momento, una diosa conocida por su alto poder e influencia dentro de la ciudad, la misma que era muy rara de ver paseando en las calles la ciudad, ahora mismo caminaba tranquilamente junto al capitán de su familia.

Ambos seres dueños de un gran poder caminaba normalmente como si su estatus no fuera conocido, todos se preguntaban.

¿Por qué la diosa junto a su capitán caminaban en la ciudad?.

Una pregunta realmente absurda audios de pocos, pues aunque esos dos seres fueran conocidos, no quería decir que simplemente no podrían vivir su vida como alguien normal.

¿Acaso el rey no tenía derecho a enamorarse?.

¿Acaso la diosa no podría disfrutar de un simple paseo en la ciudad?.

Realmente esas preguntas nadie se las hacía pues la respuesta era obvia para ellos, un simple y rotundo no era la respuesta más obvia para los civiles.

Una respuesta realmente triste si se lo ponían a pensar pues literalmente estaban condenando el futuro de aquella divinidad Y aquel hombre.

Pero en este momento eso le importaba un poco a aquellos dos seres, la divinidad tenía una sola idea y propuesta en su mente, mientras el rey solamente tenía un objetivo que seguir.

La anfitriona de la fertilidad era el objetivo de la divinidad mientras la protección de la misma era la misión de el rey, con pasos rápidos y constantes ambos lograron llegar a su objetivo más rápido de lo que pensaron a este punto freya ya empezaba a sentirse nerviosa.

Unas dudas que no le llegaron a su mente en un principio empezaron a aparecer.

¿Qué les diría?.

¿Cómo se presentaría?.

¿Ellas la odiarán por haberles mentido tanto tiempo?.

¿Bell se enojaría o se asustaría?

Esas y muchas más preguntas empezaron a aparecer en la mente de la diosa, el miedo, un sentimiento que no había sentido desde hace ya milenios empezaba a apoderarse de ella, la duda también había aparecido y poco a poco la idea de retractarse empezaba a atraerla cada vez más.

Ella no quería perder todo lo que había formado hasta el momento, sus amigas, la vida como humana que ella misma había formado, el miedo a perder todo eso se hacía cada vez más y más grande tanto que incluso sus piernas temblaron, ottar se logró percatar de eso más esta vez él no haría nada como tal no era una amenaza para la vida de su diosa así que lo permitiría.

Ottar queria que su diosa madurara, que dejara de tener el miedo que muy en el fondo ella escondía.

Es por eso que él por primera vez en tantos años detuvo a su diosa, la sujetó de ambos hombros e impidió que retrocediera, sus ojos color óxido miraron directamente el hacia su diosa, la divinidad se puso nerviosa al sentir que su propio hijo detuvo sus pasos, con algo de nervios giró su mirada y fue en ese momento fue que tanto los ojos color lila de la diosa, como los ojos color óxidos del rey se toparon directamente.

- ¿acaso seguirá mintiendo?, ¿Dejará que la vida que usted misma construyó sea solamente el producto de una y mil mentiras?.

El gran boaz mantuvo silencio más de un minuto, eso puso un tanto nerviosa a la divinidad.