¿alguna vez pensaron que la princesa de los elfos y un humano con el sueño de ser un héroe se atraerian lo suficiente para tener una hija?, más importante, ¿alguna vez pensaron que esa niña sería tan lista como para desarrollar un hechizo para conoc...
Bell es alguien fuerte, todos llegaron a reconocer su propia fuerza, incluso los pocos que estaban en el nivel cuatro reconocieron que Bell simplemente estaba en otro nivel.
Incluso Aisha una de las amazonas de la ya disuelta familia Ishtar reconoció que ella aún con su quinto nivel le costaría controlar una pelea con el.
Es por eso que muchos trataban de ya no meterse con el y mucho menos con su familia ya que era algo conocido que el defendía a su familia a capa y espada.
Pero aún sabiendo eso un pequeño ejército de elfos decidió ir a por el, la razón era comprensible o al menos lo era para su raza ya debido a las últimas noticias esparcidas la noche anterior, su quería princesa fue "manchada" con dos deshonras de raza semi elfo y una de aquellas deshonras estaba enfrente de ellos.
No eran monstruos por ende no atentarían contra aquel pequeño que no tenía culpa de nada, más aquel hombre que "mancho" a su querida princesa lo harían pasar por el mismo infierno.
Niveles dos y tres, ningún nivel cuatro más la ventaja numérica era notaria, alrededor de 50 elfos estaban presentes y solo un humano era su rival.
Bell dejo a su hijo con una de sus más cercanas amigas, pidiéndole el favor de alimentarlo Bell simplemente miro al frente, su mirada ya no era amable y gracias a eso muchos tuvieron un mal presentimiento.
Mía, la dueña del bar donde Bell estaba iniciando aquella pelea solo miraba, está vez no trato de parar la pelea ya que ella también estaba molesta, recientemente ella tuvo un sentimiento de protección hacia aquellos dos niños y está vez ella permitiría esa pelea solo por qué esos elfos insultaron a el pequeño albino.
Incluso, de ser necesario ella lo ayudaría, más tenía el presentimiento de que eso no sería necesario, Bell guardo sus armas, su objetivo no era matarlos pero si enseñarles una lección.
El no dejaría que nadie insulte a sus hijos...
Sus ojos que siempre brillaban gracias a la bondad que el alberga ahora simplemente estaban vacíos por así decirlo, no mostraban compasión alguna, más de la mitad de los elfos que lo miraron retrocedieron dos pasos mientras la parte sobrante solo tembló de nervios, el albino podía dar miedo cuando quería.
- les daré cinco segundos para disculparse...
aunque Bell estuviera enojado, el aún quería solucionar las cosas con palabras más eso no funcionó, nadie se disculpo y Bell simplemente suspiro.
"Al menos lo intente".
Bell pensó para si mismo, cerro sus ojos y movió ligeramente su cuerpo, ante su falta momentánea de vista uno de los elfos aprovecho, fue contra el con una daga en mano y quiso degollarlo ya que apunto a su cuello más sin saber cómo una patada en su rostro lo mando a volar.
Bell había girado rápidamente en su propio eje y con una parada con la mitad de sus fuerzas logro mandarlo a volar y dejarlo inconsciente.
Mía se sorprendió, realmente todos lo hicieron a excepción de onix que el simplemente disfrutaba de su huevo con zanahoria sazonada que había Sido preparado por syr, muchas pensaron lo mismo, el estómago de acero era de herencia.
Ante aquel acto todos los elfos lo tomaron como el inicio de la batalla, todos atacaron y unos preparaban hechizos, más Bell ni siquiera los dejaba terminar sus cánticos.
Primero fue por los hechiceros, golpeó fuertemente a cada uno en sus abdomens, gracias a eso muchos se quedaron sin aire y cayeron inconscientes, los hechiceros habían caído rápidamente, nadie se lo creyó, mientras tanto mía solo miraba asombrada, ella no quería creerlo.
Los siguientes fueron los clases sigilo, ellos eran los más peligrosos después de los hechiceros, Bell no uso sus dagas y mucho menos su magia... Ellos estarían muertos si Bell usará toda su fuerza, en cambio uso solo fuerza bruta, sus golpes que para muchos se sentían como los de un nivel seis siempre dejaban inconscientes a sus enemigos, sujetando la cabeza de uno de los elfos Bell la estrelló con una mesa, no hace falta decir que la mesa se destruyó.
El albino esquivo el filo de una espada que lo quería degollar, Bell suspiro, ¿En serio lo querían matar?, Aunque ellos tuvieran esas intenciones el no caería en las mismas.
Apretando la muñeca que sujetaba la espada Bell la fracturó, el elfo grito y antes de que se diera cuenta, la empuñadura de su propia espada lo golpeó y dejo inconsciente.
Un total de 28 elfos habían sido derrotados, 15 magos y 13 elfos de clase sigilo, más de la mitad habían sido derrotados, nadie lo creía, ¿Tan fuerte era?.
Los elfos sobrantes quisieron huir y Bell los hubiera dejado si no hubiera dicho esto.
- ¡po,por hoy te dejaremos, pero nos haremos fuertes y cuando menos te lo esperes tus hijos lo pagarán por ti!.
Hubo silencio total por unos breves segundos, después de terminar esos segundos el sonido del filo saliendo de sus fundas se escuchó, mía entro en pánico, Ryuu, anya, chloe y luniire, la mirada que Bell daba le hacían recordar a alguien... A un rey.
Nadie tuvo la velocidad suficiente para detenerlo, en cuestión de milisegundos Bell estaba enfrente de los elfos.
- tienen agallas para amenazar a mi familia.
Bell dijo antes de atacar, el albino no corto en lugares vitales pero si dolorosos, tanto que incluso muchos se desmayaron debido a aquel dolor, la pelea termino más rápido de lo que comenzó, mía tuvo ligeros flashbacks de su pasado, un pasado donde ella veía como un gran boaz derrotaba fácilmente a un ejército de niveles menores a el... Mía tuvo miedo de que ese chico terminará igual o peor que su antiguo alumno.
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(Nunca me caso de esta imagen).
la cara inexpresiva que ahora el albino cargaba no ayudaba mucho.
Mía no supo que decir, mucho menos las meseras aunque.
- ¿Terminaste papá?, Quiero que pruebes las zanahorias de syr-san, me recuerdan mucho a las de la tía freya.
Onix hablo como si nada hubiera pasado, ¿Tal vez el estaba acostumbrado a esa escena?, Nadie lo sabía pero por lo pronto Bell se acercó a su hijo y sin decirle nada acaricio su cabellera.
En ese momento todos lo entendieron, Bell es un padre protector.
