primer paso

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todos habian llegado a la torre babel, bell iba al frente mientras su espalda era cuidad or ottar y finn, la presencia de los tres era bastaste anunciada y el acompañamientos de aquellos dioses junto a los aventueros que una vez se creyeron muertos no ayudaba mucho que digamos.

las miradas le importaron poco a bell, el albino solo queria llegar cn su familia y compartir una porcion de comida con ellos, aunque primero tendria que instalar a sus invitados en la torre.

- allen.

- ¿si?.

asiendole honor a su velocidad, el catman estuvo con el albino en cuanto su nombre fue pronunciado.

- ubica una habitacion en el area de las chica, dales una alas gemelas y cuando termines quiero que tambien ubiques tres abitacion en el area de chicos e instales a los dioses en ellas, ¿entendister?.

- lo hice, por cierto ¿saldras a patrullar con nosotros mas tarde?

- ¿quien esta en patrullaje?.

- los hermanos gulliver, ellos regresan a las doce de la noche, planeo salir pero aun no tengo mi equipo.

bell se la penso, miro a sus espaldas para despues tomar una desicion.

- alfia-sa, meteri-san y zald- san, ustedes me acompañaran al patrulaje que hare junto a allen, se comienza a las cero horas.

los tres asintieron, bell se relajo pues cabia la posibilidad de que los tres se neharan.

- bien.. allen, ¿sabes donde estan mis hijos y mi esposa?

allen asintio.

- tu esposa y niños estan en la sala de entrenamiento, al parecer onix quiere aprender a usar la espada.

bell frunvio el seño, no le gustaba la idea de que sus hijos se unieran a la guerra.

- gracias, has lo que dije por favor.

- como digas... jefe.

bell no lo sabia, pero el ya habia sido reconocido com jefe de aquel lugar debido a su actual temperamento tan apasible al igual que su gran fuerza, nadie se nego a darle ese titulo, incluso los mas orgullosos lo acptaron... aunque ellos olvidaban una cosa, el solo es un niño.

el albino se dirigio a la sala de entrenamiento, al entrar tal y como dijo allen, su hijo estaba entrenando con la espada bajo la supervision de su madre y hermana.

- cariño, ¿como te fue?.

riveria noto rapidamente la presencia de su esposo, es por eso que fue rapidamente a recibirlo, sus hijos al notarlo dejaron lo que estaban haciendo y se acercaron a el.

- papi, ¿como estuvo tu dia?.

esmeralda pregunto lo mismoo que su madre.

- bien, un poco pesado pero nada que no pueda manejar.

- me alegro de eso, mas importante, ¿quieres cenar?, te guarde algo de comida para cuando llegaras.

- me encantaria.. pero primero, onix.

- ¿si papi?.

bell se arrodillo para estar a la altura de su hijo de tan solo cinco años.

- dime hijo mio, ¿quieres una espada?.

- si...

onix respondio cabiz baja sabiendo que a su padre no les gustaba esa idea.

- hijo, las espadas son para matar personas, piensalo bien, dime, ¿a quien quieres matar?.

un problema para dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora