cuatro días antes

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Bell estaba nervioso, enfrente de el estaba su esposa con un plato de comida humeante esperando ser comida, Bell sabía algo, su esposa estaba enojada.

Con pasos silenciosos avanzo por el piso cubierto por una alfombra color rojo, gracias a la misma los pasos del albino se veían silenciados pero aún así, Bell sabía que riveria ya estaba al tanto de su existencia en aquel lugar.

- eh... Llegado.

- bienvenido querido...

Aún así Bell decidió anunciar su llegada, la voz tranquila de riveria hizo que el albino se pusiera un poco más nervioso.

- Puedo saber, ¿Por qué a esta hora?.

- bueno... Ayudar a freya tomó más tiempo del estimado.

- mmmm, ¿No crees que pasas mucho tiempo con esa diosa?.

En su momento Bell no lo notó pero la alta elfa estaba levemente celosa.

- realmente no lo creo, más bien paso tiempo con las del bar, pero tú sabes que es por el tema de freya.

Riveria no contesto, en cambio tomo la delgada copa de vino que tenía enfrente de ella y suavemente la llevo a sus labios, ligeramente empezó a beber el contenido de aquella copa, ante esto el albino se empezó a poner nervioso, la falta de respuesta de su esposa hacia que sus sentidos se dispararán, el pensó en disculparse.

- supongo que ese asunto es más importante que venir a cenar con tu familia... Aún cuando tú mismo lo prometiste.

- ...

Bell no supo que responder.

- cuatro horas Bell cranel, cuatro horas he estado aquí sentada esperándote para cenar, incluso tus hijos mejor fueron con aki a jugar.

- yo... No estaba jugando, estaba ayudando a mi amiga.

Riveria frunció el seño.

- tu amiga... ¡Siempre son tus amigos, ¿Tu familia cuando?, Tus hijos te necesitan, yo te necesito, quería cenar contigo y mis hijos esta noche pero, ¿Dónde estabas tu?, Ya se, coqueteando con la diosa más depravada de orario!.

Bell se molestó levemente.

- ¿Depravada?, ¿Le llamas depravada el solo querer libertad?

- ¿Cómo sabes que eso es verdad?, Tu y yo sabemos que esa diosa se caracteriza por saber manipular a las personas.

Bell se volvió a quedar callado, era cierto, el había escuchado historias sobre su amiga que trataban de ese tema, "freya la diosa del amor y la manipulación", aunque ese no era su título original, así fue como muchos le llamaron.

- yo sé que ella no me manipula, es mi amiga y confío en ella.

Riveria guardo silencio unos segundos, pronto sus expresiones adoptaron carácteres de molestia y desilución.

- entonces quédate con ella.

Sin más se levantó del asiento y se dirigió a su habitación, Bell se quedó solo en el comedor pensando en lo ya sucedido.

XXX

La noche paso, Bell no pudo dormir con riveria por obvias razones, sus hijos durmieron la primera noche con sus padres separados, con el fin de no molestar a su madre decidieron no preguntar nada y simplemente hacer lo que ella decía.

Bell tuvo que volver a la mansión chimenea, sus amigos lo notaron pero al ver la expresión su capitán decidieron dejar las dudas para después.

un problema para dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora