lecciones en la mazmorra

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(antes de empezar quiero aclarar que no conozco como está conformada la mazmorra así que me sacaré las ideas a lo desgraciado con las descripciones de cada piso).

Pasaron algunas horas desde lo sucedido con los ejecutivos de la familia freya, por razones obvias welf decidió integrarse al grupo de apoyo, aventureros de la familia freya de niveles menores eran los que confirmaban aquel grupo.

El herrero aún estaba digiriendo lo que habia pasado hace unas cuentas horas, el quería creer que todo habían sido un sueño y su amigo lo despertaria en cualquier momento.

Pero el cansancio que sentía era inconfundible, el estaba despierto y la imagen de su mejor amigo caminando al par de los aventureros más poderosos de la ciudad era más real que nada.

Welf quería saber, ¿Cómo es que llegaron a este momento?, El herrero sabía la respuesta pero no quería aceptarla.

Bell los estaba dejando atrás....

Esa era la verdad, su mejor amigo era un nivel cinco bastante capas... Pero ellos solo eran unos simples niveles dos y tres, su rango de poder no subía del nivel tres, eso lo deprimía ya que el recordaba el momento donde Bell y el comenzaron juntos, en el mismo nivel... Pero ahora incluso hiba a ser entrenado por los mejores aventureros de la era actual.

Welf apretó sus manos, nadie notó la frustración que su rostro expresaba.

- bien, ottar y freya-sama quieren que te entrenemos... Pero no especificaron como.

- ¿De que hablas?.

Bell tuvo un mal presentimiento sobre las palabras de Allen.

- estamos apunto de entrar en el piso 41, conocido como el piso nevado, aquí hay monstruos parecidos a los silvervank, aunque también son monos, lo cierto es que sus ataques se concentran en la nieve y su gran fuerza bruta.

Bell no encontró mucha diferencia entre los monstruos que hedin describió al monstruo que el enfrentó ya tiempo atrás.

- aunque también hay una gran diferencia.

- ¿Esa es?.

- su gran velocidad.... Se cree que su velocidad es comparable con la de un nivel seis, es decir, lucharás con monstruos que le darían problemas incluso a los Gulliver.

- no creo que eso sea algo seguro, no importa como lo veas, es algo suicida tratar de enfrentarlos.

- es correcto, pero tú eres alguien especial, claro, no te dejaros ir sin preparación, te daremos estás pociones que ayudan a regular tu calor corporal.

Hedin le entrego una bolsa hecha de cuero al albino, Bell miro confundido al elfo.

- por último, recuerda que aunque no los puedas ver... Puedes oírlos, recuerda algo, una de las mejores armas que nosotros los aventureros tenemos son nuestros sentidos, úsalos.

Así fue que sin más palabras el elfo le dió la leve patada al albino, Bell empezó a caer, al parecer la entrada al piso 41 era una especie de acantilado.

- ¡BELL!.

- te vemos en el piso 42.

Eso fue lo último que escucho, el albino se lamentó al dejar a su mejor amigo con esos locos, Bell suspiro, miro hacia abajo y lo único que logro ver fue un vacío color blanco, la neblina cubría el lugar y le impedía poder ver la profundidad del acantilado por el que estaba cayendo.

Bell se relajo, si entraba en pánico lo más seguro es que moriría por la caída, saco amabas dagas y trato de buscar una pared, para su fortuna logro encontrar una rápidamente, clavando ambas dagas en la piedra hecha de hielo Bell empezó a bajar la velocidad de su caída rápidamente, sus manos empezaron a dolor debido al frío que se calaba atravez del metal de sus armas, pero aún así el seguía aferrado, cuando por fin logró parar su trayectoria se dedicó a mirar a su alrededor, aún estaba ese vacío debajo de sus pies pero algo estaba diferente, a sus costados hacia cuevas hechas de hielo, Bell pudo entender algo,  el piso 41 era una especie de montaña hecha de nieve.

un problema para dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora