un problema para dos

un día en familia

El albino dejo el bar en un silencio sepulcral, tanto las meseras cómo la dueña del mismo solo se quedaban calladas, no sé atrevían a decir una sola palabra y así fue hasta que escucharon la puerta de la entrada cerrarse, tanto Bell como su familia habían dejado aquel establecimiento para dirigirse a su hogar.

El hacer que pensaran a solas en su próximo movimiento también fue uno de los objetivos, era bien sabido que el albino buscaba la felicidad de sus seres queridos, aunque antes buscaba una manera pacífica, ahora no le importaba ser cruel, claro, con el hecho de saber que el cambio sería para bien.

Tras unos cuantos minutos la primera en reaccionar fue Ryuu, la elfa de pelo rubio verdoso camino hacia una de las tantas mesas libres con pasos tambaleantes, en cuanto llegó simplemente se dejó caer en la silla, reposando su frente en sus manos dejo que todo el peso de su cabeza fuera sostenido por sus delgadas y blancas manos.

Ryuu aún permanecía en silencio, parecía pensar en sus acciones, tal vez pasaron unas cuantas horas más pero logro comprenderlo, ella se había equivocado, se puso de pie, sus amigas notaron lo mismo, todas se habían equivocado, todas fueron hacia la salida para poder buscar a la diosa, más notaron algo, el sol había perecido, la luna se había adueñado del cielo y la noche reinaba sobre orario.

  - cálmense, mañana podrán buscarla, hoy no se abrirá el bar, pueden tomarse la noche para descansar y mañana iniciar la busqueda...

Mía esta dispuesta a ayudar con la búsqueda, aunque realmente con sus contactos podría encontrarla rápidamente, pero está vez quería que sus queridas empleadas aprendieran algo de todo esto, la enana las dejaría sufrir un poquito.

Cabizbaja todas entraron al restaurante, cada una fue hacia su habitación para después acostarse y tratar de dormir, aunque realmente no pudieron lograrlo al cien por ciento, ya que la culpa no las dejaba.

XXX

Nuevo día en orario, el sol empezaba a reinar en los cielos así reemplazando a la luna que ya había cumplido su ciclo, gracias a ellos todos aquellos que se aventuraban en la mazmorra comenzaban su día laboral, no solo eran ellos, también los civiles que poseían algún puesto en las calles de la ciudad también salían a ganarse el pan de cada día, pero está vez dos de los tantos aventureros que había en la ciudad decidieron no despertar.

La alta elfa y el albino seguían durmiendo, aferrados a sus cuerpos los hijos de los ya nombrados también descansaban con una sonrisa notoria en sus rostros, una escena hermosa sin duda, pero lastimosamente esto estaba llegando a su fin.

Abriendo los ojos, ónix, el hijo menor empezó a despertar, el se molestó levemente debido a los rayos de sol que chocaban contra su rostro, el infante trato de cubrirse con ambas manos pero aquel esfuerzo fue inútil, el sol demandaba que el pequeño albino comenzara su día.

Se sentó en la orilla de la cama, miro a su madre que momentos antes estaba abrazando, para después mirar a su padre y hermana, en ese momento una idea perversa llegó a su mente, salto de la cama y corrio hacia su mochila, aquella mochila la había traído con el desde el principio así que el solo conocía su contenido, de ella saco un tipo de lata de aluminio, aunque en la boquilla había una especie de trompeta, aquel artefacto era conocido como "bocina chilladora".

En este tiempo aún no se habían creado pero curiosamente fue creación de su abuela Loki, fue una idea para molestar a sus hijos y el simplemente le pidió una, la Loki del futuro le dió una sin problema alguno, después de todo la misma diosa lo había nombrado como "el aprendiz del bufón", es decir, su aprendiz.

El funcionamiento de aquel artefacto era simple, en su interior contenía aire comprimido y la bocina que tenía en la boquilla tenía una piedra mágica que podrías encontrar en cualquier lado, pero si la usabas bien aquella bocina podía emitir un fuerte ruido pero a la vez chillante, sin duda un artefacto digno de un bufón.

Ónix sonrió, coloco tapones en sus oídos y sin esperar nada apunto la lata hacia su familia, no era nada riesgoso, el no pondría en peligro a su familia, más si era algo molesta... El no tenía como defenderse.

Sin más demora onix apretó el botón que estaba en la parte superior de la bocina, un fuerte sonido se emitió, gracias a eso todos despertaron, pero se alteraron, las primeras en reaccionar fueron riveria y esmeralda que levantaron ambas manos e invocaron circulos mágicos en sus manos, lo curioso es que aquellos círculos eran los mismos... A este punto no podían negar su parentesco, en cuántos Bell el solo se cayó de su cama, onix sonrió y rápidamente empezó a reír,  esmeralda suspiro, ella ya sabía de qué se trataba, con su mano libre sostuvo la mano de su madre e hizo que la bajara, ambas dejaron de tener una mala reacción.

- ¿Que casha pasha?...

Bell aún dormido se puso de pie, miro a su hijo y después a su esposa junto a su hija, ambas sé notaban molestas.

- yo no me meto.

Bell se encogió de hombros, se puso de pie y camino hacia la salida de su habitación.

- ¿Papi?...

Ónix lo llamo.

- lo siento hijo mío...

Con una lágrima algo cómica Bell le respondió a su hijo.

- si sobrevives a esto... Juro que te harás fuerte.

- padre.....

Ónix extendió su mano, Bell se resistio, el quería tomar a su hijo y huir, pero sabía que nada bueno saldría de ello así que solo apretó los dientes y con todo el dolor de su corazón salió de la habitación, lo siguiente que se escuchó fueron lamentos...

- eras tan joven...

Bell se lamentó...

- bueno, que más da, me preguntó si podré conseguir un desayuno.

Bell camino hacia la cocina de la familia Loki, en el camino muchos lo miraban ya que aún no se acostumbraban a su presencia, bueno aún había más tiempo, después de todo, solo estaban a inicios de su mañana.

Fin cap.

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¿Alguna recomendación?.

Siguiente cap: un día en familia parte dos.

BYEEEEEEEEEEEEEEE