Capitulo 14

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Para Kagura fue fácil explicarle las cosas a Gintoki y Shimpachi, obviamente si no decía toda la verdad. Omitió detalles que ocurrieron entre ella y Sougo. Mintió diciendo que su hermano estaría indefinidamente de vacaciones en la Tierra y lo mas importante no mencionó que se marcharía cuando la nave sea reparada.

Por su parte Gintoki permaneció callado. Sabía bien lo que ella planeaba, no se creía en nada sus palabras. Ella le había dicho que paso toda la tarde reconectando con su estúpido hermano y que se le había hecho muy tarde.

Para Gintoki esas palabras eran mentiras, el había leído aquella nota que desapareció, había visto que gran parte de las pertenencias de ella habían reaparecido nuevamente en su lugar sin mencionar que podía notar la preocupación que Sougo trataba de disimular. Ella se marcharía de eso no tenía duda.

-Me alegra que tu y tu hermano se lleven bien de nuevo.-Comentó el de anteojos.

Kagura permaneció en silencio, obviamente no mencionó nada respecto al instinto asesino que Kamui tenía.

-¿Y cuando lo conoceremos?-La pregunta que hizo el peli plateado logro alterarla un poco aun así disimulaba lo contrario.

-No creo que sea de tu agrado. Ademas de nada sirve no creo que planee quedarse mucho.-Ni siquiera ella creía en sus palabras lo único que podía hacer era rogar que Gintoki no insistiera.

-Si tu lo dices. Bien saldré por un rato creo que iban a colocar maquinas nuevas en el pachinko.

-Espera, Gin-chan ¿Y si llega un cliente?-Ataco con preguntas el de lentes persiguiéndolo hasta el piso de abajo.

Por su parte Kagura no sabía bien qué hacer, sabía que quedarse implicaba soportar a Shimpachi con sus quejas a la hora de limpiar. No quería lidiar con esos asuntos así que corrió a cambiarse, se coloco su distintivo qipao rojo, sus pantalones negros y sus zapatillas, recogió su cabello en dos coletas y las adorno como siempre, tomo su sombrilla y salió fuera de ese lugar justo en cuanto Shimpachi entraba. El de peinado simple no se esperaba verla correr fuera, dejándolo sin palabras y dándose cuenta que nuevamente el se tiene que encargar de todo.

Patrullar por las calles de la ciudad siempre a sido un tanto aburrido para Sougo. Y ahora lo sería mas sin una china a quien molestar. Por otra parte el hecho de que ella se marchara le hacía darse cuenta que era lo correcto y que así podría enfocarse mas en entrenar y no solo perder el tiempo.

-Parece ser que hoy será un día muy caluroso.-Comentaba Yamazaki tratando de ventilar su rostro con su mano.

-Ambas manos al volante Zaki, no queremos accidentes.-Replico el castaño mientras se reclinaba en su asiento y colocaba su antifaz.

-Okita-san no debería dormir mientras patrullamos.-Se quejo el espía.

Sougo no contestó, prefirió ignorar a su compañero, sabía que Hijikata lo había enviado con Yamazaki para castigarlo, no es que el espía le cayera mal solo no toleraba que este hablara todo el tiempo del bádminton, de la robot sexual que tenía el dana o cosas triviales sin mencionar que siempre olía a anpan.

El clima era sofocante y el ir con Zaki lo volvía aun mas sofocante. Dormir no le servía de nada el antifaz solo daba mas calor. La patrulla freno de golpe.

-Disculpe, no puede atravesarse de tal manera.-Replico el espía através de la ventanilla.

-Lo siento, no era mi intención, es solo que estoy un poco perdido, soy nuevo por aquí.-Contestó aquel hombre de voz áspera.

-Comprendo, solo tenga mas cuidado para la próxima.

-Por supuesto que lo tendré oficial.-Dijo el de cabello cobrizo quien le dirigió una mirada fugaz al castaño dentro de la patrulla.

-Los visitantes de hoy en día si que son muy descuidados ¿No cree Okita-san?-Su capitán había salido fuera de la patrulla y este no se había percatado. Nuevamente había escapado de sus responsabilidades.-Hijikata-san va a matarme.

A cada paso que daba Kagura se arrepentía de haber salido. Afuera el clima era sofocante, incluso si su sombrilla la cubría no podía evitar sentir la gran ola de calor. Ella evitaba salir los climas así, para un yato era como estar en un horno.

Camino por un callejón para cubrirse del sol, y aunque funcionara el calor seguía en el aire. Se recargo en la pared de una edificio, sentía que en algún momento se desmayaría.

-A pesar de vivir aquí no logras adaptarte al clima.-La voz de Abuto la hizo reaccionar. A diferencia de ella el parecía estar mejor ante este clima.

-¿Acaso...eres inmune?-Pregunto con la respiración agitada. Verlo con aquella ropa tan abrigada mas la capa la hacía sentir aun mas calor.

-No lo soy, solo que  no evito estos climas, nos ayuda a adaptarnos un poco y no estar como tú.-Contesto el hombre con ironía.

-Entrenar para...que el calor...no te moleste.-Kagura se rió ante sus propias palabras. Debía admitir que no era mala idea, ella siempre a evitado los días que son excesivamente calurosos y a consecuencia de ello ni siquiera puede mantenerse en pie.-¿Que haces...aquí? Deberías cuidar que...mi estúpido hermano no se...meta en problemas.

-Tampoco soy su niñera, si se mete en problemas es cosa suya.-Respondió con resignación.-Además debo buscar un buen mecánico que arregle la nave, tal vez estemos acostumbrados a estos climas pero no son de nuestro agrado.

-¿Enserio...papi tiene algo...de mi hermano?-Pregunto de la nada la chica. Incluso el hablar con aquel calor era insoportable pero realmente tenía que preguntarle a ese hombre sobre las intenciones de su hermano.

Abuto miro aquel par de zafiros, idénticos a los de su capitán, solo algo los diferenciaba y era que ese par frente a el; tenían un alma pura e inocente.

-Me temo que no puedo hablarte sobre los planes del capitán.-Pudo distinguir como la tristeza invadía el rostro de esa chica, no la conocía pero ante sus ojos era una niña por la cual no pudo evitar sentir pena.-Si no quieres que tu hermano cometa una locura lo mejor que puedes hacer es ir con el y evitarlo con tus propias manos.

Fue lo único que dijo Abuto y ella comprendía muy bien eso; no ir podría ser perjudicial para su familia.

-Tienes razón.-Contesto. Se deslizó de la pared al piso el calor era demasiado que ya no toleraba estar de pie.

-¿Vas seguir parado ahí o vas ayudarla?-Le preguntó al chico que permanecía escondido.

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