La nave necesitaba ser reparada y el viejo Gengai se había en cargado de examinarla. Dos semanas fueron sus palabras, podía ser menos pero no quería apresurarse a trabajar.
-Dos semanas es mucho tiempo.-Decía Abuto.
-¿No crees que será divertido quedarse aquí ese tiempo?-Kamui se encontraba jugando sobre una silla giratoria.
-Yo no tengo problema alguno usted es quien siempre causa problemas.-Reprochó con cierto tono de cansancio.
-No siempre es tan malo, además tu sabes que no puedo estar quieto.-Se defendió.
-Hoy conocí a un hombre extraño.-Comento de la nada el vice capitán.-Un hombre de cabello plateado.
-Sakata Gintoki.-Aquel nombre le indicaba que su capitán había buscado el nuevo hogar de su hermanita, y eso solo traería problemas de los cuales ya estaba cansado tener que encargarse.-Es un samurai muy hábil.
-Parece que estas buscando problemas capitán.-Advirtió Abuto.
-No esta demás un poco de caos, el y el policía son interesantes, uno parece un simple oficial, pero es como yo puedo notarlo en sus ojos, mientras que el otro parece ser un enigma, no parece importarle quien sea su oponente si se trata de defender.-Analizó con aquella sonrisa.-¿Me preguntó qué pasaría si me enfrentara a ellos?
-¿Y que me dice de su hermana? ¿Cree que ella dejará que los dañe?
-Esa llorona es débil y las personas débiles no me interesan, pero si en algún momento llega intervenir tendré que eliminarla.
-¿No cree que exagera? Estamos casi extintos y usted quiere destruir a alguien de nuestra raza.
-Dos de nuestra raza.-Corrigió el de cabello bermellón.-Estoy seguro que el vendrá aquí, así que no hay necesidad de buscarle mas, y cuando él momento llegue te pido que no interfieras.
-Como tu digas. Avisare a la Harasume que estaremos indefinidamente aquí.-Sabía que ese chico era obstinado, tenía tres objetivos dos ya estaban ahí, y el tercero llegaría indefinidamente. Ninguna de sus palabras lo harían cambiar de opinión así que lo único que debía hacer era permanecer hasta que haya conseguido su victoria.
Despertar en aquel cuarto de hospital era molesto, a diferencia de su armario esta tiene mucha iluminación y eso interrumpía su largo sueño. Otra cosa que le molestaba era que todo el mundo parecía quererla mas debido a sus heridas temprano había venido Gintoki con un par de globos, quien al verla tan tranquila no había dejado de sermonearla por ponerse en riesgo, después de que se marchara recibió la visita de Shimpachi y Otae, el primero le había comprado unos globos los cuales le hicieron compañía a los que el peli plateado había dejado, mientras que la castaña le había traído "comida" la ilusión de comer algo casero murió cuando vió aquella masa oscura de dudosa procedencia.
Al poco tiempo que estos dos se marcharán Tsukuyo había llego junto a Seita y un puñado de globos que decían "Lo siento", ver a la rubia en buen estado la alegro. El resto de la tarde vinieron mas personas, entre ellas, Kyuubei, Otose, Catherine y Tama incluidas, Sarutobi quien iba mas por la idea de ver a Gintoki que a la yato, lo que pudo notar y que fue algo molesto es que todos habían llevado globos, su habitación estaba infestada de ellos que era molesto.
Estaba cansada de tanta visita que lo único que quería era descansar, cosa que le había sido negada y causo cierta molestia. Cuando finalmente llego el fin de las visitas no podía dormir, tenía hambre ya que Otose se había encargado de informar a las enfermeras que ella comería comida casera, y así fue como perdió el único beneficio de estar hospitalizada.
Lo único que quedaba era esperar a que anocheciera para poder escabullirse en busca de comida. Su tobillo ya no era una molestia, pues este había sanado en su mayoría solo se sentía un pequeño cosquilleo que en algún momento tendría que desaparecer.
Una vez llegada la noche y que la mayoría de las enfermeras se había retirado salió fuera de su habitación, estaba segura que podría encontrar la cocina, pero el aroma a fideos la distrajo de su camino, aquel aroma provenía de la habitación continua, su estómago gruñó nuevamente y no pudo contenerse mas.
En sigilo entro a aquella oscura habitación, gracias a la luz de la luna podía distinguir la silueta de alguien recostado sobre aquella camilla. Sintió que la suerte le saludaba pensando que aquel individuo dormía. Se guió por el aroma a fideos y se encontró con lo que parecía ser un gran recipiente con mucha comida.
-Bingo.-Susurró. Por un momento se sintió mal por robar la comida de alguien mas pero el hambre la mataba.
-¿Se puede saber que haces?
En es momento su plan de hurtar aquellos fideos se vió interrumpido por algún intruso que había encendido la luz.
Varios miembros del shinsegumi habían visitado al castaño, los primeros fueron Kondo e Hijikata, el primero se había encargado de llevar unas flores para el herido mientras que el segundo llevaba su discurso reprimenda, no era algo que no hiciese ya así que no comprendía porque lo hacía cuando se supone que debía descansar para sanar. Al tiempo que estos se marcharon llegó Yamazaki con flores y anpan. Sougo odiaba aquella cosa pero no dijo nada ya que lo considero un gesto. Al marcharse llego Matsudaira quien creyó que su presencia animaría a un subordinado y las flores por supuesto no pudieron faltar acompañado de una botella de licor. El último en presentarse fue Sasaki quién considero que un simple ramo de flores no sería suficiente así que llevo cinco; más lo que parecía ser un gran tazón de fideos.
Tras un largo día de visitas se sentía cansado y algo molesto, ya que el aroma de todas las flores recibidas se mezclaba con el antiséptico de aquella habitación. Al anochecer lo único que quería algo de beber para poder comer aquellos fideos que tanto se le antojaban. Para no causar molestias a las enfermeras puso su almohada bajo la cobija para que así creyeran que alguien dormía ahí, al salir de su habitación sentía molestia en aquella herida que comenzaba a sanar, agradecía que el hospital contara con medicamentos alienígenas que ayudaban para la recuperación en ciertos campos medicinales.
Frente a la máquina expendedora se percato que no traía moneda alguna para sacar algo, así que comenzó a presionar los botones hasta que esta se averió y dos refrescos cayeron, hizo lo misma con la otra y cayeron dos bolsas de papas picantes, se sentía con mucha suerte de no ser la figura oscura que entraba a su habitación. Estaba seguro que no era la enfermera de guardia ya que la vió entrar junto a un doctor a una de las habitaciones. Aquella sombra debía ser otro paciente y estaba seguro que lo único que podría atraer a alguien a su habitación seria el delicioso aroma de los fideos.
-¿Se puede saber que haces?-Interrogo al abrir la puerta y así ver la cara del ladrón o mejor dicho ladrona.
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Amor Inesperado
FanficLa semana mas larga de Kagura comienza; tristeza, enojo, descontrol y amor son parte de los problemas a comenzar, el causante principal Okita Sougo; el capitán sádico del Shinsegumi quien no solo se encargara de molestarla si no de protegerla del in...