Capitulo 46

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En mas de una ocasión Kamui sospechaba que Abuto ocultaba algo, por eso cuando encontró aquella nota no se sorprendió. La nota decía que Umibouzu estaba llegando a la Tierra.

Aquellas palabras le hicieron comprender el porque le hizo entrega del montón de comida y el porque este no quería que saliera, lo hacía para evitar que se encontrarán. Sus puños se apretaron de solo recordar de todas las veces que su subordinado a usado esa táctica lo cual indicaba las veces que este le había impedido su meta.

Un poco de ira se apoderó de sus pensamientos se sentía traicionado por aquel hombre que acepto ayudarlo, y de no ser porque se siente agradecido de que lo ayudara hace tiempo probablemente la ira permanecería hasta que lograra decapitar su cabeza. Eso jamás pasaría por mucho que quisiera, todo el mundo piensa que es un monstruo sin emociones pero la ira y la decepción son dos emociones que siente en ese momento y no se dejaría invadir por ellas al menos no con aquel hombre que lo único que ha hecho es cuidar de el.

En su camino vió el gran castillo del shogun, por un momento pensó en lo fácil que sería infiltrarse para ver a la chica de ojos marrones. Desecho aquella idea, aquella joven era inocente de todo y el no podía llegar con ella a llenar sus manos de sangre, no sería justo.

Continuó su camino sin importar nada, ignoraba aquellas calles tranquilas, a la gente que reía a los niños que corrían felizmente bajo el sol de los cuales no pudo evitar sentir envidia de verlos tener una niñez mas alegre en un planeta lleno de vida.

-Bien, está decidido.-Escuchó la voz del cazador una vez se paro en la entrada de la Yorozuya.-Tienes el permiso para desposar a mi hija.

Aquella voz causó irritación en su interior como era posible que el pudiese decir algo así sobre su propia hija; a quien nunca cuido. Sintió coraje, tal vez él abandonó a su familia pero antes de eso era el quien cuidaba a su pequeña hermana, era el quien cuidaba de su madre enferma, era el quien tenía la responsabilidad, el nunca estuvo y cuando lo estaba no era mas de veinticuatro horas ¿Así que con que derecho cree que el puede dar tan consentimiento?

Unos pasos en el interior captaron su atención así que subió al techo donde pensó que nadie lo vería. Pudo escuchar la puerta romperse y a su hermanita salir mientras peleaba contra aquel policía. El rostro de ambos era tan radiante lleno de vida por pelear de tal forma, que sintió envidia de ambos y no pudo evitar ir tras de ellos.

Verlos pelear un buen rato fue entretenido pero aquel sentimiento en su interior no le permitía irse por su presa, y cuando vió a su hermana besar a aquel chico no pudo contenerse mas.

-Vaya quien diría que fueras tan atrevida.-Habló interrumpiéndolos. Estaba molesto, no por el beso si no porque su débil hermana tenía una mejor vida, de que ella perdonara a ese bueno para nada al que llama papi y que al crecer obviamente dejo de ser débil; era algo que ya no podía negar.

-¿Que haces aquí Kamui?-Pregunto alarmada, no esperaba encontrarlo.

-¿Es un crimen pasear?-Pregunto con aquella falsa sonrisa pero había algo en el tono de voz que alertaba a Sougo.-¿Porque tan serio señor policía?

-¿A que se debe tan placentera visita?-Pregunto con sorna pero manteniéndose alerta con su mano sobre su enfundada katana.

-Vaya pero que hostilidad. Parece que tendré que encargarme de ustedes antes de ir por el calvo en tu casa.

Sus palabras dejaron sorprendidos a ese par y quedaron aún mas cuando este se abalanzó a gran velocidad. Los reflejos de Sougo lo ayudaron a desenfundar su katana y de paso empujar a la yato para que esquivara el ataque.

-¿Que mierda haces Kamui?-Se quejo Kagura. Kamui corrió nuevamente en su dirección pero Sougo se interpuso bloqueando su sombrilla con su katana.

-Señor policía no deberías interferir en asuntos familiares.-Dijo mientras forcejeaba.

-Ella es mi familia ahora así que...

-Si escuche ¿Para cuando la boda?-Interrumpió de manera cínica. Una patada mando a volar al castaño contra un tronco.

-¡Sougo!-Kagura quería correr para cerciorare que estuviese bien pero su enfurecido hermano comenzó a atacarla.-¿Por que haces esto?

-¡Por que no es justo!-Se quejo mientras seguía lanzando golpes.-Vives tranquilamente, encontraste una nueva familia y para colmo perdonas al calvo quien es el asesino de mamá.

-Mami murió por su enfermedad.-Comento Kagura haciendo que este se detuviera.-Lo sabrías bien si no te hubieses marchado.

-No creí que fueras tan tonta como para creer lo que el dice.-Se río.-Ella enfermo por culpa de el, el se encargo de alejarla de donde ella había vivido por mucho tiempo y cuando se la llevó enfermo, se marchito a paso lento como una flor. ¿No es así calvo?

Kagura vió en dirección donde el de trenza miraba y pudo ver a su padre con mirada sería, se sentía confundida y molesta pero no sabía si era por lo que su hermano decía o porque su padre nunca lo había dicho.

Antes de si quiera poder decir algo recibió un fuerte golpe en el estómago y una patada en la cara la mandaron a volar.

-¡Kagura!-Era la voz de Sougo y su padre la que resonó en sus oídos antes de perder la conciencia.

Amor Inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora