Capitulo 15

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Perseguir desconocidos no es algo que suele hacer, por alguna razón cuando escucho la voz de aquel hombre le resulto un poco familiar; como si la hubiese escuchado en un sueño.

Cabía mencionar que aquel hombre era algo sospechoso, no solo su vestimenta, y aquella sombrilla que le hacia recordar a la de la china, no; era la mirada y aquella pesadez a su alrededor lo que le indicaba que no era un visitante ordinario.

Lo siguió por varias calles, hasta que entro en uno de los callejones del lugar, no había casi locales ahí solo edificios viejos, lo único interesante por esa área era el taller del viejo Gengai, pero no muchos se atreven a ir con el ya que sus inventos no tienen muy buena fama.

-A pesar de vivir aquí no logras adaptarte al clima.-Dijo aquel extraño, se había detenido, no comprendía a quien le hablaba el dichoso visitante.

-¿Acaso...eres inmune?-La pesadez en aquella voz era notoria, se escuchaba agitada y  era obvio que apenas podía hablar y aun así el logro identificar la voz de aquella china tonta.

Quería intervenir en ese momento, cruzarse en el camino de ambos, quería esposarla y llevarla contra su voluntad, sabía que era un buen momento, recordó aquella vez que fingió estar enferma y como el calor afectaba a los de su clase. Aunque la charla trivial del entrenamiento era algo bueno para ella y el hecho que la nave en la que planeaban marchase se hubiese descompuesto no dejaba de lado el que ella se va a ir una vez que se repare; cosa que le molestó aun mas.

-¿Enserio papi...tiene algo de mi...hermano?-Escucharla preguntar aquello lo hizo detenerse, aunque su voz sonará débil pudo detectar la tristeza en ella y eso hizo que permaneciera escondido.

La contestación que aquel hombre le dió no fue de su agrado, incitarla a marcharse era una locura, pero era algo que de mala gana entendía. Antes no comprendía el porque ella estaba empeñada en irse, y ahora comprendía, su familia necesita ser salvada y parece ser que solo ella podía hacerlo.

-¿Vas seguir parado ahí o vas ayudarla?-Aquel hombre le estaba hablando a él.

-¿Hace cuanto sabes que té sigo?-Pregunto con curiosidad el castaño.

-Desde el principió.-Contesto Abuto.

-Ustedes si que son una especie interesante.-Admiro el chico, por alguna razón aquel hombre no parecía una amenaza.

-Parece que el golpe de ayer no fue tan malo como parecía.-Alardeo el de la sombrilla verde. Esas palabras lo hacían comprender quien lo había noqueado.-Llévala a un lugar fresco y hazla beber mucha agua-Indico señalando a la chica que estaba desmayada junto a la pared.-Aun no se adapta al clima, a diferencia de ustedes eso causa deshidratación en cuestión de minutos, llévatela antes de que empeore.

Sougo tenía algunas preguntas que hacer, pero su instinto le decía que no recibiría respuesta por parte de aquel hombre, volteo un segundo para ver a la chica que yacía inconsciente que cuando volteo para ver al yato este ya no estaba. Era una especie demasiado interesante que la idea de enfrentarse a uno de ellos se coló en su cabeza.

Cuando se puso frente a la chica podía ver como sus mejillas estaban demasiado rosadas, algunos cabellos estaban pegados en su frente, era obvio que el calor le estaba afectando.

-China tonta.-Murmuró para así encontrarse con aquel par de zafiros.

-Cállate...cara...de niña.-Dijo con la voz un poco audible.

-Creí que estabas muerta.-Bromeó el chico. Una sonrisa fugaz cruzó el rostro de la yato y contesto.

-No...hasta...que...patee tu...trasero.-Su voz era cada vez poco audible y sus ojos se forzaban por mantenerse abiertos. Tomó a la chica entre sus brazos y tomo la sombrilla como pudo, para su suerte la chica era demasiado ligera lo cual era sorprendente para las cantidades de comida que suele comer. Pensó por un momento a donde podría llevarla y recordó que no muy lejos de ahí estaba el bosque y en el había un río el lugar sería perfecto ya que estaría fresco.-¿Sá...dico?

-No hables tonta, que ya te llevare a un lugar fresco.-No entendía como es que aun se forzaba en hablar.

-Sien..to... haber...me...ido...Sou...go.-Dicho esto sus ojos se cerraron por completo y su cabeza cayó recargado sobre el pecho del castaño; quien tras escucharla decir eso y llamarlo así causaron una ligera sonrisa en su rostro. La sujeto bien entre sus brazos y corrió hacía el bosque.

En el bar de Otose todo estaba tranquilo. El calor no atraía clientes mas que a Shimpachi quien ya se había cansado de estar encerrado en la Yorozuya sin hacer nada.

-¿Entonces su dichoso hermano está aquí?-Pregunto la anciana con curiosidad.

-Si, solo espero que logren llevarse bien.-Contesto el de lentes.-Estoy seguro que por eso salió corriendo para ir a verlo.

-Te confías demasiado muchacho.-Reprendió Otose. En su momento llego Tama quien había salido a hacer unas compras.

-Buenas tardes Tama-chan.

-Buenas tardes Virgen-san.-Contesto la robot.

-¿¡Porque me dices así!?-Pregunto exaltado.

-Gintoki-sama me pidió que actualizara mis registros sobre usted. Dijo que aun virgen siempre debe hablársele por lo que es.

-Oye Tama que te he dicho sobre escuchar a ese holgazán. No dejes que te mal influencie.-Se quejo tras darle una calada a su cigarrillo.-Ademas todos sabemos que es un virgen no por eso esta bien recordárselo a diario.

-Otose-san usted también me ataca.-Shimura ya no podía pelear contra esas dos, ambas tenían razón era un otaku virgen, para que negarlo.

-Buenas tardes.-Un chico de ropa oriental entró. Aquel cabello bermellón iba atado en una trenza, sus ojos azules eran idénticos a los de cierta chica, aquella piel pálida y la sombrilla entre sus manos dejaban en claro quien era.-Estoy buscando a alguien.

Amor Inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora