Los cuatro se encontraban sin decir palabra alguna. Hijikata fumaba mientras fulminaba al peli plateado sentado frente a él.
-¿Se puede saber que hace aquí Yorozuya?-Hablo Kondo de manera tranquila.
-Tienes suerte que Kondo-san no te mande arrestar. Mira que venir a aquí y causar problemas que descaro.-Como era de esperarse Hijikata no tendría piedad alguna con el intruso.
-¡¿Enserio crees que quería venir a este nido de pulgas?! En este lugar solo lastiman a los civiles.-El dolor del golpe que había recibido no era tan fuerte, pero al haber sido por esos perros del gobierno debía aprovechar.-¡Me duele mucho! Tal vez debería demandarlos para que paguen.
-No tientes tu suerte y agradece que no estas tras las rejas.
-Vamos Toshi no seas tan duro.-Intervino Kondo.-Y tu Yorozuya mejor dinos porque estabas hecho una bestia. ¿Acaso es por la niña china?
En ese momento Gintoki recordó el propósito de su visita y aquellos ojos bestiales se encendieron nuevamente y localizaron a su objetivo recostado junto a la puerta y desprevenido ya que sus ojos eran cubiertos por aquel antifaz rojo.
-¡Souchihiro!-Dijo antes de abalanzarse sobre el.
Sougo quito aquel antifaz de su rostro y pudo observar al peli plateado a medio metro de distancia siendo detenido en el piso por Kondo e Hijikata.
-¿Que ocurre danna?-Se sentó sin darle importancia a la escena frente a el.
-¡Maldito mocoso! ¡Te mataré!-Repetía el peli plateado hasta que finalmente hablo sobre algo mas coherente.-¡¿Donde escondiste a Kagura?! Se que la sedujiste y luego la secuestraste.
Aquel nombre había captado su atención finalmente, no entendía a que se refería con lo demás, pero algo si le quedaba claro.
-¿No se despidió de ustedes?
-¿Crees que una nota es una despedida?-Recrimino Gintoki.
Si Sougo sabía algo de ella era que jamás se iría sin despedirse del danna.
-Danna, la china no esta conmigo.-Aclaró, recordó aquella sonrisa cínica y sus ojos se ensombrecieron.-Se fue con su hermano.
-Ya estoy en casa.-Kagura fue recibida por un inagumi muy alegre.-Disculpa Sadaharu no quise preocuparte.-Dejo su mochila en su armario y se adentro en el apartamento.-Seguro esta en el pachinko.
El lugar seguía vacío, el día había sido muy largo. Decidió aprovechar ese tiempo a solas, tomo un largo y relajante baño de agua caliente. Después de secar su largo cabello y de estar con sus pijamas puestas busco comida en el refrigerador para su suerte había sobrado bastante arroz de esa mañana. Ver la televisión mientras comía era una de las cosas que gustaba de hacer cuando estaba a solas, así podía concentrarse en su programa sin tener que escuchar conversación triviales.
Una vez con el estómago lleno y cansada de ver televisión consideró que seria el momento adecuado para descansar. Mientras observaba el oscuro techo de su armario no pudo evitar pensar en su hermano. Había matado sin titubear, y después de ello actuó como si fuera lo mas normal.
-¿Acaso será por nuestra sangre?-Acaricio sus propios dedos cuestionando su sangre yato. Descarto la idea. Era imposible sabia que la sangre yato puede apoderarse de uno pero en ese momento el no estaba sediento de sangre y no parecía fuera de si. Kamui era consciente de sus acciones.
Siempre a odiado su sangre ya que sabe que esta podría liberar al monstruo que siempre a dormido en ella y ver a su hermano de aquella forma la hizo odiarla aun mas.
-Asesino.-Murmuró pero ante tal palabra se coló cierto castaño. Aun que aquel sádico de ojos carmesís admitiera ser un asesino, ella no podía considerarlo como uno. Ella lo conocía, había peleado junto a el en mas de una ocasión, la había salvado no solo a ella sino a varias personas, e incluso a sido capaz de detenerse en una batalla, el podrá ser un sádico mas no un asesino.
-Estúpido sádico.-Murmuró con una ligera sonrisa que se había colado antes de caer en un profundo sueño.
El silencio volvía invadir aquella habitación. Los tres policías habían explicado los problemas que causo el hermano de la chica. Gintoki quien no había creído en las palabras de Sougo al principio se había calmado.
-Esto no es bueno.-Decía el peli plateado de manera ansiosa.
-Lo sabemos perfectamente.-Contestó Hijikata.
-Me temo que yo no puedo opinar mucho al primer encuentro fui noqueado en cuestión de segundos.-Agregó Kondo.
-Gorila inútil.-Murmuró el peli plateado.-El calvo una vez hablo de él y por lo que dijo ese chico es problemático.
-Un asesino.-La voz del castaño hizo callar a los otros tres, a nadie le agradaba que Kagura se fuese con alguien así.
-Dime Souchihiro, ¿Como sabes que es un asesino?-Pregunto el peli plateado de manera tranquila y con la mirada fija en el.
-Por que yo también lo soy.
Un breve silencio invadió el lugar ambos seguían con la mirada fija sobre el otro.
-Todos aquí lo somos.-Contesto Gintoki, había notado como se mantenía al margen de la conversación pero al mismo tiempo podía notar su preocupación.-Existe un punto en nuestra vida en el que debemos llegar a tal difícil decisión, la cuestión es el propósito por el cuál tuviste que hacerlo.
El castaño sonrió fugazmente ante las palabras del peli plateado, por alguna razón había logrado animarlo un poco.
-No puedo creer que la dejarán ir de aquí.-Se quejaba mientras hurgaba su nariz. No tenía que preguntar ya que su nota cobraba sentido ella había decidido marcharse con su misterioso hermano.
-Es culpa de Hijikata-san los dejo ir aun cuando los dos estaban bajo arrestó.
-Explícame por que Kagura fue detenida.
-Por alterar el orden público.
-No importa que hayan crecido siguen siendo unos niños.-Decía Kondo entre risas.
-Mejor se útil; dame una pluma y papel.-Lo peor no era que Kagura se hubiese marchado con su hermano; la peor parte era Umibouzo quien probablemente vendría a buscar su cabeza por no haber cuidado de su hija.
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Amor Inesperado
FanficLa semana mas larga de Kagura comienza; tristeza, enojo, descontrol y amor son parte de los problemas a comenzar, el causante principal Okita Sougo; el capitán sádico del Shinsegumi quien no solo se encargara de molestarla si no de protegerla del in...