Capitulo 18

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Vergüenza y molestia era lo que describía a Kagura en esos momentos. La vergüenza que sentía se debía al haber sido tan torpe como para torcer su tobillo, mientras la molestia era la de tener que aceptar la ayuda que el castaño ofrecía.

Ir sobre su espalda era una molestia, aparte de traer su chaqueta aun puesta sentía que era una escena hecha para fastidiarla. Maldecía su suerte, pues esta es la que había desencadenado todas estas situaciones con aquel sádico.

-Si que eres pesada.-Se quejo el de ojos carmesí.

-El único culpable aquí eres tú, fuiste tu quien me llevo a ese lugar.-Se defendió.

-Y eso fue porque eres tan tonta que ni bajo al sol puedes salir.-No hubo respuesta por su parte, sabía bien que él tenía razón, se a esforzado tanto en evitar los días calurosos que por un instante que salió en uno perdió el conocimiento.-Escuchaste a aquel sujeto, solo debes adaptarte para que no te afecte tanto.

-¿Estabas espiándonos?-Si ese era el caso eso implicaba que había escuchado lo que ella había preguntado.

-Si y no te preocupes por mi no interferiré con tu plan de marcharte. Comprendo que tu familia pasa por una situación difícil, pero el que te vayas...-No sabía que decir estaba confundido, la a conocido desde hace ya varios años, han vivido mucho, se han ayudado e incluso se han golpeado hasta no poder más. La idea de dejarla ir no era algo que le gustase.-Significa que ya no tendría con quien pelear.

-¿Acaso estas diciendo que me extrañaras?-Kagura tampoco quería marcharse, ya que pelear con el era algo que siempre le a gustado. Pero las palabras que el uso en ese momento eran las indicadas para molestarlo.-¿Un perro del gobierno no puede vivir sin su ama?

-Lo único que extrañare será hacerte morder el suelo como la perra que eres.

-Si que eres un idiota sádico, el único perro aquí eres tu.-Se quejo mientras jalaba la oreja del castaño y este intentaba golpearla con su cabeza.

Ya habían llego cercas del distrito Kabuki y Kagura ya sentía mejor su tobillo, obviamente aun no estaba sanado del todo, pero le gustaba que la cargarán así que no dijo nada al respecto, ya que conociendo al chico este la hubiese dejado caer al momento para que caminara por su cuenta.

-¿Kagura-chan?-Tsukuyo se encontraba en el área.

-Tsuky ¿Que haces aquí? ¿No deberías estar en Yoshiwara?-El sol estaba por esconderse por lo general la rubia estaba en Yoshiwara vigilando que no haya alborotos.

-Fui con Otae, necesitaba saber si podía ayudarme con algo, me comento que tú serías perfecta para ello pero si estas en una cita veré si Sarutobi puede.

La palabra cita causo cierto rubor en ambos mas en Kagura que en Sougo, y fue ella quien se mostró mas a la defensiva ante tal idea.

-¡Eso nunca pasaría!-Dijo en voz alta para así bajarse de la espalda del chico.

-¿Acaso pretendes lastimarte de nuevo? ¿Será que aun quieres que te cargue?

-No digas tonterías. Ademas ya no me duele tanto de aquí a mañana estaré como nueva.-Dijo eso último con orgullo.

-Entonces si no estas ocupada necesito que me acompañes a Yoshiwara, te pagare como si fuese una petición a la Yorozuya.-Decía la de ojos morados.

-¿Cuanto cobras por ella?-Comento aquel sádico dispuesto a molestar a la chica como sea, provocando que la chica se enojará con él nuevamente.

-Te equivocas, jamás le pediría que hiciese esa clase de trabajo.-Respondió rápidamente la rubia.-Será una de mis infiltradas.

-¿Infiltrada?-Kagura no comprendía que era exactamente lo que ella quería que hiciera.

-Tenemos un cliente que siempre solicita a las más jóvenes ya sea una cortesana o una de mis guardias, el punto es que después de ser elegidas por el ellas desaparecen a los pocas horas después de marcharse. Varias están asustadas y supuse que tú podrías hacerte pasar por una de mis guardias, eres linda y de todas serías la mas joven, ademas en caso de que algo malo pase se que tu fuerza será capaz de defenderte.

-Claro que te ayudaré.-La determinación que mostraba en ese momento era excesiva, por su parte Sougo no podía entender como estaba dispuesta a hacer algo tan peligroso sin detenerse a pensar en lo que podría pasar en caso que algo salga mal.

-Parece ser que tendré que ir también.-Agregó el castaño dejando a las dos un poco desconcertadas.

-No creo que seas necesario.-Comento la rubia.

-Este sujeto podría ser un secuestrador y como recordaran soy un policía mi obligación es detener a lunáticos como él.

-Me temo que no puedo permitir eso. Los de Yoshiwara no tienen nada que ver con la ley, solo nosotras podemos solucionar nuestros problemas.

-Si ademas un perro del gobierno como tu no podría hacer mucho.-Agregó Kagura como si ella perteneciese a Yoshiwara.-Es nuestro deber así que vete.

-Andando Kagura.-Ambas se fueron dejando al castaño atrás. Kagura trataba de seguirle el ritmo a Tsukuyo si es que su tobillo lo permitía cosa que el chico que fue abandonado notó.

-Parece ser que esa tonta no entiende.-Dijo antes de comenzar su camino a Yoshiwara.

Amor Inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora