Capitulo 23

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En el planeta Rakuyou el clima lluvioso seguía igual, las calles llenas de delincuentes no cambiaban. Aquel planeta se congelaba en tiempo, nada cambiaba ahí y si lo hacía solo eran los rostros lo que cambiaban.

Las miradas de muchos se dirigían al hombre de sombrilla verde, que llevaba un ramo de flores azules y que a su vez tenía una mirada imponente. Quiénes lo reconocían se escondían ya que no estarían a su altura en un combate. Al pasar por una de las calles se adentro a una vieja casa. El interior de aquella casa estaba en terribles condiciones, en el aire se podía oler el polvo y la humedad que se acumulaba. De las paredes colgaban telarañas y lo que parecía ser moho. Coloco la flores sobre la polvorienta mesa y tomo la única fotografía que había en ese lugar y la limpio con su capa.

-Ya estoy en casa, querida.-La fotografía mostraba a una mujer muy similar a Kagura, sus ojos no eran tan amplios como la chica, su cabello era sujetado en una trenza, y de su cabeza sobresalía un mechón como el de Kamui.-Kouka.

Umibouzo regreso la fotografía a su lugar, extrañaba a su mujer, pero de nada servía aferrarse a ello. El pasado no podía cambiarse lo único que existía era el presente y lo que sea que el futuro le depare.

Con las flores en su mano nuevamente camino lejos de aquella casa llena de recuerdos. Se detuvo frente una lápida de piedra que sobre salía del piso. Sobre esta había una simple flor blanca que ya se había marchitado.

-Parece que vino mucho antes que yo.-Reconocía esa flor a pesar de estar marchita, era la favorita de su esposa y la única que siempre recibía por parte de su hijo. Coloco las flores sobre la lápida y se sentó frente a ella.-Parece ser que a Kagura le va bien en la Tierra.-Dijo mientras sacaba un par de hojas de su bolsillo.-Parece ser que ese bueno para nada que la cuida la hace trabajar de mas. Me informó que en mas de una ocasión logro golpear al policía que siempre pelea con ella. Espero que así sea ya que ese muchacho es un irrespetuoso.- Umibouzo le hablaba como si ella aun estuviese con el, necesitaba poder hablar con ella incluso si jamas obtiene respuesta.-Lamentablemente he estado muy ocupado y no he podido contestar sus cartas.

-¿Umibouzo-san?-Un chico de piel azulada y largas orejas se acerco a él.

-Hoshi-.El de bigote corto lo reconoció al instante junto con aquella bolsa que colgaba de su hombro.-¿Acaso es otra carta de mi Kagura?

-Me temo que no Umibouzo-san.-Aquel chico era un mensajero espacial, sus largas orejas podían escuchar por la galaxia para encontrar el destinatario de la carta.-Esta carta también es de la Tierra pero fue enviado por un tal Sakata Gintoki.

-Muchas gracias, Hoshi.-Dijo al tomar la carta, en cuando eso ocurrió el chico se convirtió en una esfera de luz que salió disparada hacia el cielo.

"Calvo, digo Umibouzo, ya ha pasada tiempo ¿No crees? Verás surgió una situación aquí, Kagura está bien ¿Por que no habría de estarlo? Lo que pasa bueno ni siquiera se bien lo que paso solo se lo que me dijeron los perros del shinsegumi, si quieres culpar a alguien esos sería a ellos, ¿Puedes creer que arrestaron a Kagura solo porque a Souchihiro se le antojo? Pero volviendo al tema créeme que yo también estoy consternado por la situación, me e esforzado tanto para criar a esa moco...digo de Kagura y así me lo paga. Solo recuerda lo que dije yo no tuve nada que ver, el shinsegumi fue el culpable.

-Sakata Gintoki

Posdata; Kagura se fugó de casa.

La sombría cara del cazador decía todo, no estaba para nada contento con esa carta y sabía muy bien lo que debía hacer.

-Parece ser que nuestra hija volvió a huir.-Le dedico una última mirada a la tumba.-Lo siento mi querida Kouka pero debo irme; hay unas bolas plateadas que debo cortar.

Aquel estornudo interrumpió su lectura de la Jump.

-Espero no enfermarme.-Se quejo el peli plateado que descansaba sobre el sofá. Miro el reloj el cual marcaba las once de la noche y este comenzaba a preocuparse que la yato no regresará. Sabía que ya no era una niña a la cual cuidar y sabía perfectamente que ella es capaz de cuidarse, pero eso no quitaba la preocupación que tenía, no era habitual que ella no volviese temprano.-¿En donde estará?

El teléfono comenzó a sonar por un momento no planeaba contestar pero el insistente tono no le permitía concentrarse en su Jump.

-Trabajos varios Yorozuya.-Gintoki se dedicó a escuchar la voz de Tsukuyo y no fue hasta que escucho la situación lo que le hizo salir corriendo de ahí en dirección al hospital.

Amor Inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora